BARACK OBAMA Y LOS ROLLING STONES EN CUBA. ¿CUÁL SOCIALISMO?
Angel Gustavo Cabrera 25/03/2016
“Se inventa la investigación artística a la que se da como definitoria
de la libertad, pero esta “investigación” tiene sus límites,
imperceptibles hasta el momento de
chocar con ellos, vale decir, de plantearse los reales problemas del hombre y
su enajenación. La angustia sin sentido o el pasatiempo vulgar constituyen
válvulas cómodas a la inquietud humana, se combate la idea de hacer del arte un
arma de denuncia” Ernesto “Che”
Guevara. 1965
“Dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada”. “Sin
cultura no hay revolución”. Fidel Castro
“Todo ha cambiado/ Nada ha cambiado/Todo ha cambiado arriba/Nada ha
cambiado abajo/ A ese mundo se le llama Socialismo Real. La palabra se ha
quemado con la erosión histórica.” Carlos Franqui. 1981 Tomado del Libro:
“Retrato de Familia con Fidel. Seix
Barral. Biblioteca Breve.
“No creo que la gente vaya a lanzarse a la calle a reclamar sus
derechos, las personas en Cuba lamentablemente prefieren lanzarse al mar y ser
devorados por un tiburón en el estrecho de La Florida, que enfrentarse a un
policía político.” Yoani Sánchez.
Bloguera cubana. 2011.
“…No pierdan nunca de vista que todo hombre es un monstruo en cuanto
puede. Añadido el poder ya no hay salvación posible. En estos 22 años de
miserable existencia lo único que he conocido es la persecución, la esclavitud
y la estupidez ascendida a canon ideológico.” Reinaldo Arenas. Escritor Cubano. 1975
“…Porque Fidel nos contagió a
todos con el Síndrome del Autor Absoluto, del Narrador en Jefe que tiene entre
los dedos los hilos de todas sus marionetas”. Orlando Luis Pardo Lazo. Escritor
Cubano. Tomado del Libro “Boring Home”. 2013.
En estos tiempos posmodernos nada asombra y todo asombra. Los
acontecimientos pasan como hechos de este tiempo del siglo XXI, obviando lo que
se sostuvo con vehemencia, con pasión y furor. Son tiempos de cálculos
estratégicos, de grandes alianzas, de cambios trascendentales, de pragmatismo
políticos y de distensión. Pero sin renunciar, al menos en el discurso, de los
viejos planteamientos que son los que le han dado vida y le siguen dando. La
visita de Barack Obama y el
concierto gratis en suelo cubano de Los
Rolling Stone forma parte de nuevas realidades de este siglo XXI. Los
Estados Unidos como gran potencia cuidan mucho el campo internacional, sabe del
avance del terrorismo en el Medio Oriente y de un posible conflicto entre Irán
y Arabia Saudita, el problema de los inmigrantes y la tensa situación entre
Turquía y Rusia. Obama aspira bajar
las tensiones estrechando las relaciones diplomáticas y una clara apertura económica. De esta manera neutraliza
a Cuba, en momentos de derrotas
políticas de Evo Morales, Cristina Kirchner, Nicolás Maduro. El
Estado Norteamericano sabe de la importancia de América latina y le interesa
que este de su lado, en el marco de la cultura occidental y alianzas
estratégicas. Lo mismo que mermar a la guerrilla colombiana, de los cual Santos y los representantes de la FARC ya
han alcanzado algunos acuerdos, precisamente en la capital de La Habana.
Por su parte el gobierno cubano, dirigido por Raúl Castro, deja atrás el discurso
beligerante antiimperialista y se prepara para el desbloqueo económico y
político impuesto por los Estados Unidos desde hace más de medio siglo. Todo
esto ocurre en plena calma, sin disparar un solo tiro y el odiado enemigo hoy es
un aliado para coadyuvar a la crisis económica que padece la isla, agudizada por
el quiebre de la dependencia rusa y lo poco que le puede ofrecer Venezuela en
este momento de la caída de los precios del petróleo en el mercado
internacional . Necesita transformar su economía con la inversión extrajera, el
empuje turístico capitalista y el impulso de la producción. De esta manera
fomenta el empleo y hace menos dependiente al trabajador cubano del Estado. Además no pone en juego su sistema
de dominación política cuasi-dictatorial
instalado desde el año 1956. Queda así el triste recuerdo de una
revolución socialista, hoy fracasada, donde no hay libertades ni democracia,
donde impera la miseria y las
desigualdades sociales, el control y persecución ideológica, el falso discurso
y el secuestro hasta del pensamiento de los cubanos expresado en el miedo a
hablar con trasparencia. Cuantos no murieron por esa causa equivocada, por esa
revolución convertida hoy en mera caricatura, en humor negro irónico. Cuantos no murieron por la bota implacable del
padre Fidel Castro, y si hoy, hay una estrecha rendija de democracia, ella
se puede cerrar si el régimen se llega a sentirse amenazado. Esto es lo que se
denomina “La revolución permitida”.
Jamás reconocerán que se equivocaron, que fue un error histórico salir de una
dependencia para entrar en otra, que ese modelo estalinista, importado de la URSS, nunca fue soberano ni democrático,
ni utópico. Que la anomía social denunciada por Yoanni Sánchez es a
consecuencia de un fascismo que lleva casi 60 años en el poder bajo un solo
nombre. Cuantos murieron en el exilio, Guillermo
Cabrera Infante, Reinaldo Arenas, Celia Cruz, etc. Y cuantos siguen vivos, tildados de “gusanos” por el delito de pensar distinto y el odio oficial. Esto
no se puede olvidar, pretendiendo
lavarse la cara sobre tanto hedor de este poder criminal y nefasto.
Otro signo de este tiempo
representa el concierto del Grupo de Rock “Los
Rolling Stone” este viernes 25 de marzo. Abjurada la música en ingles con aquello de la construcción
del hombre nuevo, los cubanos, en medio siglo no han podido disfrutar de esta
música porque el régimen castrista la considera que enajena, que es un
pensamiento vulgar, que tiene una influencia ideológica. La escuchaban por vía
clandestina de la Radio de Miami y aquellos que tuvieran colecciones de discos
en ingles eran catalogados de “alienados por
los yanquis”. Por eso escribe Yoani Sánchez
dos sentencias lapidarias en su blog
Generación XY: “Con la presentación de Mick Jagger, el eterno joven de 72 años, y su banda Rollig Stone, hemos ganado nosotros,
los que nos gustó siempre el rock” y agrega “será esta semana en la que
finalmente los cubanos hemos empezado a colarnos en el siglo XXI, aunque el
origen de Los Rolling Stone fue a
mediados del siglo pasado (1962). Cuando era muy joven fui militante de la
izquierda venezolana (PRV-FALN) y, aunque nunca desde el partido nos impusieron la música que debíamos escuchar,
sin embargo el gusto por la música revolucionaria y de protesta era obvio. Común era escuchar a Silvio Rodríguez,
Pablito Milanés, Mercedes Sosa, el grupo chileno Quilapayu, Víctor Jara,
Facundo Cabral, etc. Y de Venezuela
Alí Primera, Soledad Bravo, Grupo Los Guaraguaos y
otros. Se consideraba que esa música
y la letra concientizaban y la otra pertenecía a la sociedad de consumo banal y
burguesa. Sin embargo, siempre tuve un sentimiento universal por la música, de
tal manera que me gustaba todo tipo de música, venezolana y extranjera, instrumental
y cantada, producto de haber crecido en
un hogar que se dejaba escuchar la música en sus diferentes géneros. Además
llegué a tener una Miniteca denominada “Mente
Fresca” donde tenía que ofrecer discos de moda y más de estos grupos como Los Beatles, Los Rollig Stone, Carlos Santana, Leed Zepelín y un largo etcétera. Por otra parte,
cuando visité Cuba, en Enero de 2001 relacioné por qué nos recibieron con un acto cultural donde grupos de niños
danzaban y reptaban por el piso con fusiles de madera y fondo musical de Silvio
Rodríguez, de contenido ideológico guerrerista. También, en conversaciones con el joven guía de la
escuela donde nos hospedaron, me dijo lacónicamente que ellos se encontraban
apartado del mundo en materia musical, y que alguna música extranjera se colaba
por emisoras de radio enemigas del gobierno, que ni siquiera Celia Cruz se podía escuchar mucho.
Incluso después me enteré de las andanzas de Silvio Rodríguez, y su profundo contraste
entre discurso poético y quehacer político. Por un lado canciones
amorosas que hablan de justicia social y solidaridad, por otro,
era un funcionario del régimen
que avala su vil procedimiento. Esto se puede llamar hipocresía o un
tartufo tropical.
Que explicación le doy a esto de
traer a Los Rollig Stone en pleno siglo XXI. Este afamado grupo
musical pertenece a una era que ya no
existe, la época de los hippies, del poder joven, de los pelos largos y la irreverencia hoy es
historia nostálgica, muchos han cambiado
de modo de vida y otros han fallecido (Joe
Cooquer, Hendri, Janes Joplin, etc.). De tal manera que ese grupo británico
viven de sus éxitos pasados. Sin embargo emociona ver a este especie de
reliquia viviente, Brian Jones, Mick
Jagger, Keith Richard y Ron Wood cantando sus canciones, y sobre todo “Symathy for the Devil”, una canción
irreverente que denuncia la guerra, las injusticia, el poder, producida por el
mismo género humano: “Encantado de
conocerte/Espero que adivines mi nombre/ Pero lo que realmente te desconcierta/
en la naturaleza de mi juego”. No obstante vale la pena estar allí en la
isla cubana, aunque hay que destacar que una cosa es lo que significa para el pueblo y
otra para el gobierno castrista. Para el pueblo es disfrutar de este arte que
se les estaba vedado por el anacronismo ideológico. Para el gobierno es una
manera pragmática de atraer turistas y nuevas inversiones extranjeras,
conservando el sistema político de origen, antidemocrático y explotador. Para
el pueblo significa una apertura de tanto ahogo y aburrimiento. Para el
gobierno legitimarse en las nuevas generaciones de cubanos, esa legión de
jóvenes que han perdido el miedo y se conectan con el mundo por las redes
sociales globalizadas. Parece que el régimen castrista no tiene escapatoria, y
lo sabe. Es una lucha entre realidad y manipulación. Espero ver, algún día el final
de esa larga noche y un fresco amanecer resplandeciente.