viernes, 26 de agosto de 2016

CARTA ABIERTA A CARLOS LANZ RODRIGUEZ. Por Angel Gustavo Cabrera

CARTA ABIERTA A CARLOS LANZ RODRIGUEZ.  Por  Angel  Gustavo Cabrera

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“Los hombre hoy  somos, mañana no” Alí Primera
“La humanidad necesita para vivir mitos y mentiras. Si uno ve la verdad escueta se pega un tiro”. Fernando Vallejos. Escritor Colombiano
“Bailas al son que te toquen”  Poeta Víctor Valera Mora
“Los revolucionarios se proponen liberar al ser humano privándolos de su libertad”.  Poeta Rafael Cadenas
“Los “tirapiedras” y “comeflores” de antes, ahora andan en grandes y lujosas camionetas, con legiones de escoltas, y se mudaron a mansiones inexpugnables” Fabricio Ojeda, hijo.
“Su éxito (el del socialismo real) se ha logrado al costo de abandonar de manera definitiva e irreversible la tendencia a construir una sociedad sin relaciones despóticas. Este era su propósito originario, como lo había sido antes del liberalismo, propósito que el socialismo siempre tuvo como motivación ideal de su acción inmediata, pero que, con el pasar del tiempo se fue desplazando siempre más en un futuro inalcanzable”. Enzo del Bufalo.
“Hay que repensarlo todo. Debemos volver a empezar”. Edgar Morín.

Desde hace algún tiempo quería escribirte esta carta abierta pues nos conocemos desde mucho tiempo atrás y me quedo asombrado ¿Cómo es que te encuentras callado frente a todo lo que está sucediendo en Venezuela? , por lo menos demarcarte de todo este horror de cosas que lo que han hecho es aumentar la corrupción, el autoritarismo militarista, patear la Constitución   y el empobrecimiento generalizado de los venezolanos, exceptuando la capa privilegiada del gobierno y su entorno boliburgués. No veo por ningún lado tu opinión sobre el proyecto destructivo del Arco Minero en Guayana y  la manera antidemocrática como han decidido las cosas  donde los indígenas están solo en el papel.  A veces pienso que puede ser la cosificación del pensamiento ideológico que ha mineralizado tus viejas ideas marxistas y no hay manera que se contrasten con el siglo XXI. Es posible que sea la senectud  y  la vida cómoda que llevas con los tuyos. Pero reconozco, no siempre fue así,  tu entrega desprendida en la década  violenta de los años sesenta-setenta-ochenta y tus posiciones irreversibles adherentes a la guerrilla, lucha armada, por el socialismo y la liberación nacional,  eran otros tiempos que han pasado a ser historia, solo eso historia.  Recuerdo que formabas  parte de  un grupo clandestino denominado “Comandos Revolucionarios Algimiro Gabaldón”, que tuvo implicado en el secuestro de aquel industrial norteamericano llamado William Frank Niehous en el año 1976. Y después, en la legalidad,  te entregaste con tesón y aliento a construir un gran movimiento pedagógico nacional y los Encuentros de Educadores Nacionales, al lado de Carlos Manterola, Jorge Díaz Piña,  Arnaldo Este, entre otros. Tanto hiciste, con ese acumulado de experiencias, que fuiste la piedra fundamental  del  Proyecto Educativo Nacional, conocido como el famoso PEN, ya comenzando este siglo XXI. Eras el candidato número Uno para ser Ministro de Educación e impulsar ese conocido proyecto. Pero a Hugo Chávez no le dio la gana de  nombrarte y siempre puso a personajes secundarios e irrelevantes para un cargo tan delicado y comprometido. Te nombró  asesor de las industrias básicas de Guayana, ósea  que  de un solo plumazo te borró del marco educativo y te mando bien lejos en otros asuntos  de interés obrero. Claro con tu aceptación,  porque como dice el dicho  un cargo es un cargo aunque sea en la China, y si es por la revolución bien venido sea. Luego me enteré que regresaste al Estado Aragua y desde aquí  armaste todo una propuesta denominada “Manos a la siembra”, igualmente participaste en la comisión de alto nivel  para la Ley Orgánica de Educación, haciendo aportes interesantes y  asesor  del Ministerio de Educación Superior. Trabajaste, me costa, de manera incansable con Héctor Navarro hasta que lo sacaron del ministerio y lo mandaron a la ducha por pretender  “criticar esta revolución”. Recientemente te vi por la televisora estatal  hablando  sobre la guerra económica, la guerra no convencional, las estrategias ideológicas del Imperialismo y sus lacayos en Venezuela, los medios alienantes, etc. Y me hice una pregunta  ¿Será que Carlos cree en todo eso que asevera? Pareciera estar escuchando a un militante del Partido Comunista de Venezuela, como por ejemplo Jesús Farías  o Pedro Ortega Díaz, en su  prédica pro soviética. ¿Cómo es que siga anclado en viejos conceptos pro soviético  que le sirvieron a Fidel en su tiempo pero que hoy en día no sirven para nada? Y ¿Dónde está el pensamiento crítico distante del marxismo dogmático?  O es que es incapaz de comprender los grandes desaciertos cometidos en materia económica y política que han conducido al  país a la quiebra. Me niego a pensar que siga sosteniendo aquella vieja tesis marxista que “el pueblo o las grandes mayorías están influenciadas por la  burguesía y su medios alienantes  por el discurso de la oposición, y por lo tanto la verdad la tiene el presidente Nicolás Maduro  y sus acólitos. Creo que tu hermano Rigoberto Lanz, desde hace tiempo hubiese marcado más distancia sino es porque fallece lamentablemente. Rigoberto tenía una lucidez filosófica y política brillante para entender estos tiempos posmodernos   y el desgaste del discurso de la modernidad y sus protagonistas, que según él caían en el anacronismo y la manipulación política para controlar el poder. 
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Carlos, tengo entendido que has investigado sobre el pensamiento complejo de Edgar Morín. Yo me he leído los cinco tomos y de veras que me he quedado perplejo sobre cómo funcionan  las ideologías y el control que ejercen sobre la humanidad y las sociedades, como fragmentan en teoría y praxis  con el único interés de dominar y engañar. En ese particular Marx intento explicar la cuestión ideológica a través del materialismo histórico y dialectico y el comportamiento del hombre genérico, pero al pasarlo por el tamiz doctrinario- ideológico  en la praxis soviética-china-cubana lo que hicieron fue sacralizar  al hombre, separarlos entre buenos y malos, víctimas y victimarios, acólitos y disidentes, justificando la acción estatal contra lo privado y lo peor sometiendo al concepto de libertad a la adhesión ideológica oficial.  Nunca funcionó la democracia ni hacia adentro y mucho menos hacia afuera, nunca hubo un debate serio y enjundioso sobre los grandes temas de la humanidad sin exclusión, el autócrata  siempre tenía  la razón. Razón tiene el poeta Rafael Cadenas cuando señala que los revolucionarios que rechazaban  la riqueza, ahora se entregan a ella  de manera tan vulgar y asombrosa como ha estado ocurriendo en Venezuela con las empresas de maletín y pare Ud. de contar.  Hace varios años estuve en Cuba y observe el sometimiento del pueblo y las marcadas diferencias de clase en una revolución que tiene más de sesenta años.  Y yo me pregunto seriamente porque los intelectuales como tú, Pereira, Brito García,  les cuesta tanto romper con los viejos esquemas de pensamiento esclerotizados. Eso quedará en su conciencia y en el olvido. Porque lo que si estoy seguro es que el pueblo avanzará tarde o temprano  sobre esta ignominia y sus malos hijos. Yo milité por mucho años en las ideas revolucionarias marxistas, pero creo en la evolución del pensamiento y por ende de las ideas, no me ato a ideologías y no tengo nada que perder al decir  lo que siento. No voy a estar de espaldas a la realidad, como jamás lo estuve en la época de la hegemonía adeco-copeyana.  Y algo importante, aprendí a no idolatrar a nadie, porque todos, absolutamente todos los seres humanos manipulamos, engañamos, mentimos, controlamos, somos perversos, egoístas, insinceros, insidiosos, tramposos, competitivos, discurseros, etc. aunque tengamos otras cualidades que nos salven. Chávez era un experto en eso.  Y si no revisas que hacen hoy en día los revolucionarios de ayer: acomodados, burocratizados en altos cargos, justificando su modo de vida que jamás será el de los pobres y sus largas penurias que tienen que pasar para conseguir el pan. Según ustedes  son culpa de otros, que falacia  del tamaño del sol. Yo mismo he hecho colas de hasta 9 horas por simple dos o tres productos.  Pero, así somos los humanos. Por eso no sacralizo a nadie ni monto en un pedestal a nadie. Algún día tendrá que salir la verdad de tanto latrocinio y tanta entrega a nuevos imperios. Hay algo que se llama conciencia, esa vocecita interior que le bajamos el volumen para no escuchar lo egoísta que somos, aunque a otros le funciona el autoengaño  a la perfección, y como no tiene nadie que los critique son felices hasta la muerte. Así somos. Por eso te digo nada de lo humano me asombra.

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Carlos, naciste para ser historia, lamentablemente la embadurnaste con este mal gobierno insincero y manipulador por lo que no te auguro un buen recuerdo, no solo para ti, sino para todos aquellos que hoy guardan silencio bien sea por que creen en esto o por pérfidos burócratas. Lo que sí está claro es que la distancia entre el pensamiento de Edgar Morín y esto que llaman “revolución” es abismal. El pensamiento complejo clama por la unidad en la diversidad y lo que está sucediendo en Venezuela  es cuasi-fascismo. (Revisa las declaraciones de Cabello y Maduro sobre el revocatorio y Turquía, además de la opinión de Vladimir Villegas y la  solidaridad  de Maduro con Endorgan).
Me despido con un texto del Chino Valera Mora, uno de los pocos que renegó siempre del poder y su autenticidad lo llevó a vivir sin ningún tipo de ostentación material:    Has bailado eres reconocido oficialmente/ publicado en bellas ediciones/ festejado por los poetas del grupo/ corona del municipio y de la nación/ con la conciencia tranquila/ porque la suerte sigue igual / de mala para los demás.     

Angel Gustavo Cabrera. 26/08/2016.    

jueves, 25 de agosto de 2016

DE LA CATEDRA ERASMO FERNANDEZ AL TECHO DE LA BALLENA. Por Angel Gustavo Cabrera.


Desde esta ciudad, que perdió su apellido  y que aún no sabemos cuál ponerle, emerge un personaje que lleva por nombre esta digna Cátedra poética para hurgar sobre el modo de la palabra, sus decires, contrastes, elocuencias, bravatas y cuanto de humano tenga el mundo en que vivimos. Escribe Erasmo Fernández desde la tierra que pisa: Rescate, dedicado a una arboleda a punto de ser arrasada por una construcción. Yarda a Yarda se disputan tierra/mar, cielo/ No queda un ápice libre en la geografía,/ pero el árbol de aquel patio/ con esa ave planeándose un vuelo,/ no le pertenece al mortal más avaro./ Ahora se hará poema y no podrán/ arrancárselo de las manos a nadie. Allí  está la carga del poema, para vengar, tomar, asir, testimoniar  la avarienta actitud de los mortales. Y es que las sonoridades de las palabras son proyectiles de protesta contra blancos donde solo llega el ojo del poeta. He allí este poema bastante contumaz cuyo título ya es una sentencia Respuesta de un traidor: Tranca, tranca, tranca/ Trancaron la avenida/ la calle del medio/ el callejón sin salida./ Llegaron los desposeídos/ con sus trastos/ caucho y candela./ Se hizo caos el día/ era fiero el barullo en la Gobernación:/ niños, mujeres, ancianos y jóvenes exigían viviendas, alimentación/ educación y respeto./ El Gobernador no dio la cara/ pero si dio/ la orden de arremeter con furia/ contra todo lo que oliera a pobre/ y empezaron las peinillas, las bombas/ patadas y coñazos./ (La tuya ripostaban,/ trancao con llave y candao// decían en desbandas perseguidos por la policía, tomado del poemario Saldadías de 1984. Hay allí una sed de justicia que el poeta no lo deja para que se resuelva a futuro sino   en el trajinar  de la vida con un final lúdico.  Pero su canto juglaresco adquiere vida infinita propia de los poetas trascendentes que no piden nada a cambio: UN POEMA es un racimo/ de palabras o imágenes/ que ningún artificio/ razonado puede desgajar,/ ni viento, invierno y fuego/ de todas las edades corroer./ El texto estará suspendido/  intacto./ Invicto entre gases de toda tentativa./ Al ser silabeado por el ojo/ acucioso del interlocutor,/ hará saltar chispa con vida/ de tiempo sin historias./ Transferirá su energética/ de arcano a quien sea,/ en cuerpo y alma,/ De siglo en siglo de por vida. Tomado de Encarnado al vuelo. 1998.
Gonzalo Fragui escribe unas notas introductorias en la OBRA POETICA, de ediciones Mucuglifo que recoge fielmente al personaje en tono de agradecimiento: “...un acto de agradecimiento por haber venido a Mérida. Agradecerle sus peleas, con los gobiernos, con las modas, con los policías, con los papeles literarios, con las burocracias. Agradecerle al poeta sus enseñanzas, agradecerle su falta de método y de sistema, porque el poeta enseña sin el fastidio del facilitador, del tallerista, del funcionario. Agradecerle al poeta su bondad y su rabia, porque no hay poeta fácil. El poeta a veces también enseña pero los dientes... ¡Salud Poeta!” Por su parte el poeta Alberto Hernández le dedica su poemario EL POEMA DE LA CIUDAD con el epígrafe: “a Erasmo Fernández, quien dice de la ciudad mejor que nadie” y escribe el poema Nacimiento: Erasmo cruza el relámpago,/ duerme en la boca abierta del sueño,/ se apareja con el poema/ apedrea los frutos del bombillo/ de la última calle de la madrugada/ Entonces la pesadilla enciende/ la ciudad.
Saldada esta cuenta que tenía con el poeta Erasmo Fernández, me ha estado rondando en la cabeza de donde proviene esa poética de Erasmo, muy a propósito de la creación de esta Cátedra, y por ende de muchos poetas y locos vivos o ya fallecidos. Sé que la lista es interminable, pero hay nombrar los que pasan por mi memoria: Zoraida García, Miguel Henríquez, Daniel Herrera, Eleazar Marín, Goyo Correa, Efrén Barazarte, Agustina Ramos, Tatiana Escobar, Pablo Acosta, Alejandro Ramírez, Manuel Cabeza, Alberto Hernández, Harry Almela, Wilson Camero, Rubén Serrano, Jaime Betancourt, Claudio Castillo,  William Hernández, Rosana Pasquier, Yolanda Pantin, Wilfredo Carrizales, Aly Pérez, Alberto Flores  y un largo etcétera. Pero esto no se queda allí, sino que continúa fuera del marco regional para extenderse al país nacional  y más allá de sus fronteras. Porque, como dice el Chino Valera Mora en su poema
Nuestro Oficio: Jamás la canción tuvo punto final./ Siempre deja una brecha, una rendija,/ algo así, como un hilito que sale,/ donde el poeta venidero pueda/ ir halando, ir halando, ir halando,/ halando hasta el mañana./Nosotros, los poetas del pueblo cantamos por mil años y más. (Tomado del poemario  Canción del soldado justo.1961).
Precisamente ese hilito conductor me da pie para llegar a la Pandilla de Lautremont, fundada por Víctor Valera Mora en la década de los años sesenta, de la cual forman parte Mario Abreu, Angel Eduardo Acevedo, Caupolicán Ovalles y Luis Camilo Guevara,  grupo por demás irreverente y contestatario en la poética y la plástica, sin afiliación a dogmas de cualquier signo ni partido político alguno. Eso no quitaba su militancia en las ideas revolucionarias vanguardistas identificadas con la lucha armada, de lo cual me voy a referir más adelante. Esta requisitoria me va a conducir al Techo de la Ballena y Tabla Redonda que destaca muy bien Javier Lazarte en el prólogo de las Obras Completas de Víctor Valera Mora, veamos: “Por otra parte, como desvincular su poesía (la del chino) de sus congéneres inmediatos de los primeros sesenta: el alucinado yo de Cuadernos del destierro o el tono entre bíblico y desenfadado de “Derrota” de Cadenas; el trabajo sobre el habla coloquial regional de Palomares; el humor negro y macabro de Fantasma y enfermedades o Los venenos fieles de Pérez Perdomo; la crítica de la selva urbana enajenante de Calzadilla; la poesía política de Aray, Guédes, Pereira o Acosta Bello, donde el poeta se muestra como una suerte de guerrero maldito; o el antecedente mayor de la irreverencia valeramoriana, el Caupolicán Ovalles con el largo poema ¿Duerme Usted Señor Presidente? , de cual cito un  fragmento: “EL PRESIDENTE vive gozando en su palacio,/ come más que todos los nacionales juntos/ y engorda menos/ por ser elegante y traidor/ Sus muelas están en perfectas condiciones;/ No obstante, una úlcera/ le come la parte bondadosa del corazón/ y por eso sonríen cuando duerme./ Como es elegido por voluntad de todos/ los mayoritarios dueños de inmensas riquezas/ es un perro que manda/ es un perro que obedece a sus amos,/ es un perro que menea la cola/ es un perro que besa las botas/ y ruñe los huesos que le tira cualquiera/ de caché./ Su barriga y su pensamiento / es lo que llaman Water de urgencia./ Por su boca corren las aguas malas/ de todas las ciudades/ Con sus manos destripa virgos/ y/ como una vieja puta/ es débil/ y orgulloso de sus coqueterías./ Se cree el  más joven/ y es un asesino de cuidado/ Nadie podrá decir/ cuál es su gesto de hombre amado,/ porque todos escupen su signo/ y le dicen cuando pasa: <<Ahí va la mierda más coqueta>>/ Cuando/ se paga la luz/ el teléfono,/ el gas / y el agua,/ como un recién-nacido/ entre cuidados y muelles colchones,/ la vieja zorra duerme./ Nada le hace despertar./ EL PRESIDENTE vive gozando en su palacio.”

El techo de la Ballena representó una ruptura con las visiones clásicas del arte poético y plástico, pero a su vez conectado con  el propio continuo histórico de la vanguardia intelectual  con la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958. Los destaca Juan Calzadilla en un prólogo reflexivo denominado Los años Turbulentos: “La vanguardia intelectual se estima parte interesada en el debate, interviene, actúa, sale de su burbuja estética y abandona el refugio de la clandestinidad, hostigada por los secuaces del régimen betancurista , para incorporase a la vida pública y dar a conocer  su escepticismo, su anarquía, su ideario liberal comprometido con su arte de minorías. Lectores de los clásicos, admiran a Saint John Perse, Faulkner, Huxley, Eliot, Mann, Breton y los surrealistas, a Rilke, A Vallejo, Pesoa y Huidobro, y hacen una literatura de aspiración metafísica, alejada de la tradición retórica. Surge Salvador Garmendia, Adriano González León, Ramos Palomares, Rafael Cadenas, Efraín Hurtado, Mary Ferrero, Carlos Contramaestre, Caupolicán Ovalles y muchos otros.”   




                                         
En Caracas, dan a conocer su Primer Manifiesto aparecido en una publicación titulada Rayado sobre el Techo, Ediciones de El Techo de la Ballena, 1961,  que dice: “¿Por qué la ballena?, pregunto alguien con esa irritante necesidad reflexiva que muestra a veces quien, justamente, no tiene cómo explicarse para qué ha nacido. Y es que hay una manera de justificar el hecho de no tener respuestas, jugando pomposamente, profesoralmente o con falsa ingenuidad, en medio del vacío, con el quehacer de los demás. En el disparadero mental de nuestra cultura, en medio de esta salsa musgosa de país sometido y vejado, en esta especie de muladar de los grandes consorcios, es quizás lo menos esperar actitudes semejantes… Necesidad de la acción: de una poesía y una pintura  acción. Poblar, despoblar, declararse en huelga, santificar los niples, tirar las cosas a la calle. Una aventura en la cual el propio riesgo de la consumición del artista es en sí valedero como quehacer estético y humano. Actividad y pasión al rojo vivo, porque el trabajo paciente y el llamado buen juicio solo ha servido para conducir a la academia, a los decanatos, a la administración o al disfrute del buen padre de familia… Una simple navegación por el agua botada o los desechos dejados por la BALLENA significa al menos para nosotros, el encuentro con una certidumbre: la pintura y la poesía en nuestro país no podrán seguir siendo un manso escalonamiento de honores, que se obtienen impunemente, pues no hay vías pacíficas que permitan el llamado disfrute de la consagración. Todos los títulos, los documentos, los apellidos, las influencias, los conciliábulos, los premios, prodúzcanse ellos en las escuelas universitarias, en los museos o en las casas de los mecenas, no adquieren por eso su única solvencia y están sometidos a una vigilante línea de fuego… Ese empuje hacia lo desconocido que pueda acrecentarnos la razón de vivir y contaminar los instrumentos de una sustancia corrosiva que cambie la vida y transforme la sociedad.” Creo que los fragmentos citados explican por si solo su carga critica, reflexiva, punzante, mordaz, hurgando nuevos horizontes creativos y contestatarios. Quien se dedique a investigar más de las cosas que dejaron estos balleneros, no  encontrará ninguna alusión a ideologías, dogmas y ortodoxias, muy a pesar que eran los tiempos donde las ideas marxistas y socialistas estaban en boga. Esto será de cardinal importancia para la posteridad y  por lo que hoy estamos atravesando, que es  el tema final de este borrador o paseo por antecedentes vitales del hecho cultural venezolano.
Lamento decirlo, pero hoy es una realidad,  la cultura en Venezuela en sus manifestaciones más sensibles ha  estado sometida desde los inicios de este siglo al sesgo político-ideológico-dogmático-sectario  de quienes gobiernan. Sus intelectuales, poetas, pintores, han quedado sometidos, escrutados, vigilados, dominados, entre líneas fronterizas que ya poco se comunican. El Estado ha logrado separarnos, dividirnos. Hay quienes reciben todas las loas, los premios, los reconocimientos, mientras hay  otros que son despreciados, calumniados, atropellados y en el peor de los caso ignorados, recordando la Cuba de los años sesenta que vilipendió y atropello a los poetas y artistas que no estaban identificados con ese modelo pro soviético en una etapa de su revolución conocida como “época oscura”.  No basta lo que está pasando en el mundo entero con el derrumbe de los modelos socialistas y sus divisiones fascistas, no basta la caída del Muro de Berlín, hoy todo queda circunscrito a las órdenes de Miraflores  y su entramado militar. La línea editorial del Perro y la Rana, Monte Ávila-Editores pasa por la censura de quienes determinan la política cultural-comunicacional  del Estado. Hay que ser valiente para decirlo, recordando a Valera Mora en su clásico poema Con Nombres Propios, de un lado está Calzadilla, Crespo, Pereira, Earle Herrera, Tarek William,  Luis Brito Garcia, Néstor Francia, etc. gozando de las mieles del poder, obviando una gran verdad que ya se ha vuelto clásica: Los intelectuales, artistas y poetas no deben anexarse al poder y gobierno constituido porque quedan sometidos a sus  designios y decisiones, pierden el derecho a opinar y hablar con pensamiento propio, son marionetas que hablan  al son que les toquen. Y lo digo con sinceridad, es para mí penoso esta afirmación. Del otro lado está Leonardo Padrón, Laureano Márquez, Rafael Cadenas, Adriano González León (fallecido), Rodolfo Izaguirre, Alberto Hernández,  Harry Almela, Cesar Miguel Rondón Alberto Barrera Tiska, etc. sin ataduras y gríngolas, pudiendo expresarse libremente aún con  las limitaciones que establece está mal llamada “Democracia participativa y protagónica”. Lo que expresaba en un artículo de opinión en julio de 2014 cuyo título era “La cultura sin cortapisa”, como una advertencia, hoy tiene una vigencia mayúscula: “Hay que reflexionar sobre lo que está sucediendo y las transformaciones que deben ocurrir en todos los estamentos de la sociedad de cara al siglo XXI. Las posturas fundamentalistas, dogmáticas y míticas conducen al pensamiento absolutista, homogéneo y unilateral, en el fondo representan al pasado de persecución y exclusión en nombre de una ideología y de un poder hegemónico. Hacen un daño terrible porque se lanza al foso una historia, que ha construido una venezolanidad, un modo de pensar y actuar, de hacer cultura, que debe abrirse, ahora más que nunca, a la diversidad cultural”.
Creo sí, hay que recuperar esa historia  del Techo de la Ballena, irreverente y creativa, incluso ir y venir en toda nuestra historia republicana desde la búsqueda en el hecho cultural venezolano y no cerrarnos en construcciones ideológicas cerradas y obsoletas. Como bien lo plantea el poeta  Rafael Cadenas: “El poeta moderno habla desde la inseguridad. No tiene más asidero que la vida. Seguramente una voz queda le dice en los adentros: La época de las causas terminó. Ya no puedes aferrarte a religiones, ideologías movimientos, ni siquiera literarios. Se acabaron las banderas. Pero este desengaño lo libera para luchar en otra clave por lo que religiones, ideologías, movimientos que  dicen defender: lo religioso, lo humano, lo valedero. Esa voz, que parece la del nihilismo, podría ser más bien la voz de la vida que desea recuperarnos”.


                                                                                                                        Angel Gustavo Cabrera. Maracay. 15-07-2016