INQUISICIÓN Y HEREJIAS
EN DOS TIEMPOS / 2da parte. Angel Gustavo Cabrera.
“La inquisición nos remite a la imagen de monjes sombríos y
sin rostros que, envueltos en sus sayales, escuchaban las confesiones de pobres
desdichados, sometidos a la tortura en
subterráneos tenebrosos, iluminados por la luz imprecisa de las antorchas” Natale Benazzi y Matteo D´Amico. EL LIBRO
NEGRO DE LA INQUISICION. 2000.
“Somos imperfectos, nuestro cuerpo es débil, la carne es
mortal y corrompible. Pero por eso mismo aspiramos a algo que no tenga esa
desgraciada precariedad: a algún género de belleza que sea perfecta, a un
conocimiento que valga para siempre y para todos, a principios éticos que sean
absolutos. Al levantarse sobre dos patas traseras, este extraño animal abandona
para siempre la felicidad zoológica e inaugura la infelicidad metafísica que
resulta de su dualidad: descabellada hambre de eternidad en un cuerpo miserable
y mortal” Ernesto Sábato. EL ESCRITOR Y
SUS FANTASMAS. 1998.
“Estamos en el momento crucial de una aventura loca que
empezó hace ocho mil años, llena de crueldad y de grandeza, de apogeos y
desastres, de servidumbres y emancipaciones, y que hoy arrastra a seis mil
millones de seres humanos. ¿Cómo no sentir que, en esta crisis y a causa de
ella, se recrudece la formidable lucha entre las fuerzas de la muerte y las de
la vida”. Edgar Morín LA VIA. 2010
Un buen amigo me pregunta ¿Cuál es mi empeño en retrotraer
hechos históricos y establecer comparaciones con la contemporaneidad? Qué eso
es clavo pasado y nada tiene que ver con el mundo moderno, que sus
instituciones democráticas liberales son
totalmente distintas. El problema está que si no desentrañamos de dónde
venimos jamás podremos comprender y
reflexionar sobre el mundo de hoy. Que en pleno siglo XXI todavía campea
rastros de fundamentalismo, antisemitismo, pensamientos dogmáticos y doctrinas
conservadoras gobernando a conglomerados
humanos. Asombra ver grandes masas
humanas en situaciones de rebaños, reproduciéndose de manera ilimitada para una
vida de sometimiento global, asfixiada por la monotonía, el trabajo y el
consumo. El problema radica que somos un
continuo histórico de hechos incrustados
en nuestros genes y cultura, aunque
pretendamos ignorarlos, están allí en marcos civilizatorios definidos como
huellas indelebles. Además la libertad
individual y colectiva siempre será relativa porque los seres humanos estamos
propensos a regirnos por egidas, estandartes, ideologías, conceptos, que se
hilvanan el en decurso de la sociedad, por lo tanto no existen destinos
providenciales ni casualidades. En segundo lugar tengo como hipótesis que los
seres humanos vivimos en una contradicción libertad-sujeción. Por un lado
ansiamos y construimos paradigmas libertarios, mientras que los imprinting culturales nos conducen a convencionalismos, religiones, elites de
poder vertical, de lo cual no es fácil zafarse. En la modernidad las sociedades democráticas de economías
liberales existe una alta complejidad
que permite la circulación de ideas y controversias, distintas a las sociedades
totalitarias y absolutistas donde la complejidad es demasiado baja y los
niveles de homogenización del pensamiento demasiado altas. Sin embargo esto no
niega mi hipótesis, en todo caso la reafirma porque que son las ideologías sino
reproductoras de dogmas y ortodoxias.
Cuando hablo de INQUISICION
Y HEREJES EN DOS TIEMPOS me refiero a como unos conceptos que nacieron en
el medievo, hace más quinientos años, con
la Iglesia y los poderes absolutistas han evolucionados a nuevas formas de
opresión y control social. En aquel entonces nadie podía oponerse a los
designios de la Iglesia, sus jerarquías
eran sagradas, no se podía cuestionar sus riquezas ni criticar sus
procedimientos. Además los ritos y postulados de la Iglesia cristiana no podían
ser profanados porque los Tribunales del
Santo Oficio actuaban de inmediato bajo
procedimientos que iban desde interrogatorios, penitencias, castigos
corporales, torturas, exhibiciones de herejes, hasta condenas perpetuas y la
hoguera. La Inquisición necesitaba herejes para enfrentar esas almas indóciles y los Tribunales del Santo Oficio no solo
contribuía a estados de miedo, sumisión y carta blanca a la hora de tomar
decisiones condenatorias, sino que podía lograr su objetivo a como diera lugar.
Veamos la investigación histórica acerca del
fraile Dolcino, quien para 1300 profetiza que “el tiempo de la esclavitud, bajo la egida de una Iglesia infiel a Dios
y fiel a los poderes terrenales, está por terminar… que derrocado el falso papa
Bonifacio VIII y, con él, todo el clero… empezará una época de paz universal,
con la elección de un Papa Santo, verdadero guía de todos los hombres que
siguen el espíritu de Dios”. Lleno de coraje, valentía y heroísmo emprende
una lucha guerrillera que lo llevará con sus huestes por diversos territorios
hasta que desde diciembre de 1306 hasta finales de marzo del año siguiente llegan a la primavera
sin más fuerza ni esperanzas. Una jornada
en la que las tropas organizadas del Obispo Raniero, el duque y la Inquisición
se enfrentan a las milicias de Dolcino
desnutridas, pero empujadas por la fe y la desesperación. 140 capturados, entre
ellos Dolcino y su compañera Margarita. Todos sometidos a torturas y a la
muerte. El caso del profeta Dolcino es excepcional. Devastado su cuerpo en público con torturas sangrientas hasta morir.
Había devastado el cuerpo de la Iglesia y recibía el mismo castigo aleccionador.
Entre los siglos XIX y
XX se teje otra historia. La
Revolución Francesa y sus posturas críticas al poder oscurantista de la
Iglesia, además de su primacía laica, civil, secularizada, marca nuevas concepciones
del hombre y su destino. El desarrollo
tecnológico e industrial fue un hito importante en los cambios civilizatorios y
la liberación de las ideas y pensamientos de la modernidad. Se
erigió el Estado Civil como un ente
administrador y regulador de las clases sociales. Hasta aquí todo parece
indicar nuevas formas de relaciones humanas menos horribles de las padecidas
con la inquisición. La iglesia cede ante el avance de la sociedad civil y se
augura nuevos tiempos. Emergen los relatos keynesianos capitalistas y su
contraparte el marxismo-comunista. La Iglesia pasa a ser aliada del capital
mundial. Se desarrollan los intereses de las naciones y nuevos imperios en
medio de dos guerras mundiales. La herencia de la inquisición ahora está
concentrada directamente en el poder económico, político y militar, entre
dictaduras, democracias liberales y el fascismo. Los Tribunales Civiles se
ajustan al derecho romano. El
pensamiento comunista salvador de la opresión, de la igualdad y de la libertad
fracasa en la praxis soviética y china, convertidos en Estados que asfixian la
vida ciudadana y en nombre de la libertad y de la igualdad masacran y
encarcelan a todo movimiento disidente, creando campos de concentración y persiguiendo
a todo aquel que piense diferente. No puedo dejar de lado en este análisis el
caso de los judíos y el papel jugado por los antisemitas, en palabras escritas de Sábato: “De los nueve
millones quinientos mil judíos que vivían en Europa a fines de 1930, sólo
sobrevivían 3.500.000 al terminar la guerra. Aisladamente o en grupos, muertos
a golpes en las calles de Berlín o Varsovia, torturados en los campos de
concentración, quemados en barrios enteros, asfixiados en las cámaras de gas,
seis millones de niños, mujeres y hombres fueron exterminados… Lo horroroso es
que aún haya gente que lo aplauda. Son centenares de miles o quizá de millones
de individuos que en el mundo añoran a Hitler
y a su doctrina” (Del libro APOLOGIAS Y
RECHAZOS, pag.29).
Esta rápida hojeada por el siglo XX, sin hacer acotaciones al
estalinismo, el maoísmo, el castrismo, gobiernos militares en América Latina
auspiciados por Estados Unidos, no parece advertir que la humanidad y sus
elites gobernantes hayan aprendido la
lección para el siglo XXI. Los antiguos tribunales de la inquisición devinieron
en instituciones civiles amparadas en
leyes para impartir “justicia”. Y como la ley tiene su lado oscuro en la maldad
de los hombres, de nuevo aparecieron los interrogatorios amenazantes, las torturas, las cárceles, sillas
eléctricas, campos de concentración, la cadena perpetua y el paredón de
fusilamiento. Ahora a los herejes lo consideran disidentes.
¿Qué nos depara el
siglo XXI? Parece
que estamos muy lejos de un mundo de paz, armonía y solidaridad. Sigue siendo
una utopía, porque mientras persistan injusticias, elites de poder, grandes
desigualdades sociales, opulencia y pobreza, aunado a un planeta tierra
contaminado, superpoblado y contra-naturaleza
existirá herejes y herejías representado en otras
formas de concebir el mundo distintas a los siglos XII y XIII. El martirio y la
crueldad de unos contra otros continuaran su marcha ineluctable. Nuestra amada Venezuela es el mejor ejemplo
de lo que digo. En los últimos veinte años se incrusto fuerzas malignas de
poder, retrogradas, que han conducido a enterrar la democracia, suplicio y
muerte de los nuevos herejes, diáspora,
multiplicación de la pobreza, choques sociales con las fuerzas militares,
resurgimiento de elementos de la guerra fría en esta época de distensión con la
paradoja de la globalización capitalista. Estamos muy lejos de aquella
sentencia filosófica de Edgar Morín: “Un
cambio filosófico que nos conduzca a una sabiduría antropológica, renunciando
al dominio y dominación del mundo, estableciendo una nueva alianza con la
naturaleza”. Huele a utopía, pero ese es otro tema que algún día abordaré. AMANECERA
Y VEREMOS.