ENTRE DIÓGENES
ESCALANTE Y EDMUNDO
GONZÁLEZ URRUTIA: CRONICA DE UNA
TRANSICIÓN
“Diógenes Escalante fue un hijo de la Venezuela
campesina que, en el contexto de la
barbarie gomecista, se educó, se
formó como diplomático y representó de manera ejemplar y digna los intereses de
su patria. Más importante, evocarlo
como un modelo de unidad y consenso, como el político luminoso que entre enero
y septiembre de 1945 fue capaz de unir a los venezolanos tras su proyecto para
construir una Venezuela moderna y democrática.” FRANCISCO SUNIAGA. Escritor. Autor de la novela El
Pasajero de Truman, alusivo a la historia de Diógenes Escalante.
“Nunca, nunca, nunca
había pensado estar en esta posición. Esta es mi contribución a la causa
democrática y podemos logarla en paz… Dije, cuando me plantearon esto, que si esta designación era de manera
unánime, es decir si tenía el respaldo de todas las fuerzas políticas,
evidentemente era un compromiso que iba a aceptar. No tengo miedo, pero si reservas por la inmensa responsabilidad que
esto comporta. Estamos en un momento en que este régimen no nos juega muy bien.
Para ellos no somos adversarios, sino enemigos” Declaraciones de EDMUNDO GONZÁLEZ
URRUTIA a INFOBAE. 25 de Abril de
2024.
“Ahora todos hablan del tema de la
transición, hay un anhelo por llegar a ella, pero muchos no sabe en qué
consiste. La transición es un
periodo que transcurre entre un régimen político y otro, es una zona gris, ni
ha muerto el régimen político anterior ni se ha llegado al otro régimen,
conviven ambos y quien presida la transición necesita de mucha inteligencia
para conducir y que no retrocedamos a un periodo de violencia. Las transiciones
son un estado intermedio entre lo que queremos dejar para siempre y a dónde
queremos ir. Para conducirlo hay que ser paciente, inteligente y flexible”.
Doctora e Historiadora de la UCV
Margarita López Maya. 24 de abril de 2024.
Quien lo iba a pensar que a vuelta de casi ochenta años se repetiría la historia de buscar un
candidato presidencial para Venezuela, de eso que hoy en día llaman outsider, es decir un candidato que reúna
una condiciones mínimas ante el electorado y que tenga credibilidad y una hoja
de servicio política aceptable. Además de ser “aceptado” por el régimen. El venezolano y diplomático Diógenes Escalante (1879-1964) y el venezolano y diplomático Edmundo González
(1949. Edad 74 años) Urrutia son los
protagonistas de este hecho casuístico, poco usual en la historia política de
Venezuela. Dos grandes desconocidos por el pueblo, ¿Porque se consideran
figuras estelares entre el pasado y el presente? ¿Cuáles son las similitudes y
los contrastes en todo esto? ¿Qué importancia tiene esto en la historia
política venezolana en lo que se conoce como transiciones? Estudiemos cada caso y posteriormente hagamos una reflexión al
respecto.
Diógenes Escalante era un civil, de carrera diplomática
que había ocupado distintos puestos diplomáticos en Europa, además había sido
representante de Venezuela ante las Sociedad de Naciones Unidas, antecedente de
las Naciones Unidas. Fue un hombre de
confianza del régimen gomecista, combatió al lado de Juan Vicente Gómez
contra Cipriano Castro y ocupó algunos cargos públicos, además propone la
creación del periódico “El Nuevo Diario” siendo su director entre 1913 y 1915.
Posteriormente parte hacia Europa a hacer vida diplomática. Vale decir que esta larga estadía fuera del
país le permite formarse y ver la política desde una visión más plural y
democrática. Cuando le propusieron
lanzar su candidatura para presidir el país en el año 1945, llevaba algún tiempo como embajador en
Washington. Escalante, era prácticamente el candidato de consenso de todos,
contaba con el respaldo del gobierno que dirigía el General Isaías Medina Angarita y el beneplácito del General Eleazar López Contreras,
mientras que del lado civil el Partido
Acción Democrática estaba también de acuerdo. El mismo Rómulo Betancourt y Raúl Leoni había ido a los Estados Unidos
a proponerle la candidatura presidencial, bajo el compromiso de impulsar las reformas democráticas como
la aprobación del voto universal, directo y secreto de los venezolanos y otras
medidas para salvaguardar a los nacientes
partidos políticos y las seguridades sobre la libertad de imprenta y
sindicato. Diógenes Escalante llevaba 26
años fuera, pero conocía la realidad venezolana pre-petrolera y reconocido
entre las elites políticas y militares del país. Al llegar a Caracas en
septiembre de 1945 el recibimiento fue notorio, mucha gente y caravanas de
vehículos, lo que indicaba amplio respaldo. No olvidemos que para ese entonces
el cargo de presidente de la república se elegía en el Congreso Nacional y el
Partido de Medina Angarita tenía amplia mayoría.
Al final todo se frustró porque Diógenes Escalante entro en situación de demencia, perdiendo la
razón y por más que los médicos y psiquiatras intervinieron no pudieron hacer
nada. La historia señala que el 3 de septiembre de 1945 su secretario
particular fue a buscarlo al Hotel Avila donde se hospedaba para una reunión
con Medina Angarita y cuando habló con él expresaba con incoherencia mostrando
un desorden mental. No pudo recuperarse ante la atención médica y el 11
de septiembre de 1945 un avión enviado por el presidente norteamericano Harry Truman
despegaba de Caracas a Los Estados Unidos para su recuperación, cuestión que no
se logró, muriendo años después. Ante la indisposición mental del frustrado
presidente el General Medina propuso como candidato de consenso a su Ministro
de Agricultura, Ángel Biaggini, el
cual no contó con el respaldo de Acción
Democrática y el mismo Betancourt lo considero “Anodino y gris”. Este vacío y esta discordia fueron aprovechados
por un sector militar joven que tuvo
como cabecilla al General Marcos Pérez Jiménez y el Cadete Carlos Delgado
Chalbaud, y del lado civil, militantes
del Partido AD, dirigidos por Rómulo Betancourt. Lo demás es otra historia.
Por su parte Edmundo
González Urrutia es un internacionalista, diplomático, político y escritor
venezolano, de 74 años de edad. Digamos que ya recogido en sus cuarteles de
invierno, es llamado por la oposición democrática mayoritaria a jugar un papel
preponderante en los destinos del país. En
su primera entrevista concedida al periodista Cesar Miguel Rondón, ante la
pregunta ¿Edmundo, preséntate ante el país, ¿Quién eres tú? El responde después
de titubear: “Bueno mira no es fácil
hablar en primera persona, pero yo
pertenezco a la Venezuela democrática de los años de la República Civil, yo
nací y viví en La Victoria, Edo. Aragua por dieciséis años, hijo de una familia modesta, sin bienes de fortuna. Mi padre cuando yo
empecé a estudiar en la universidad me decía – caramba tú te vas a estudiar eso
de diplomacia, eso es una carrera para ricos, porque así se pensaba en ese
tiempo. Yo estudié en un colegio público
tanto la primaria como la secundaria y me gradué de bachiller hasta el año 1965
que me vine a Caracas a estudiar en la UCV. Ingresé al servicio exterior de
Venezuela en el año 1971 por concurso de
oposición, hice mi posgrado en Relaciones
Internacionales en una universidad de Estados Unidos con los costos
cubiertos por el Ministerio de Relaciones Exteriores, es decir por el Estado
Venezolano. Mi formación y funciones básicamente han estado ligadas a la
Relaciones Exteriores y a la diplomacia. Y allí he estado por treinta años, no de ninguna parcialidad política. Yo recuerdo, como anécdota, que
el Ministro de Relaciones Exteriores, Reinaldo
Figueredo, en el gobierno de Carlos Andrés Pérez decía que estaba rodeado de
directores que no pertenecía al partido de gobierno, y eso habla bien de su
amplitud de lo que debía ser la política exterior de Venezuela donde se debe respetar sus las orientaciones y
principios básicos de la política exterior de un país democrático. Yo
ingresé con el Presidente Caldera en el primer año, serví con el Presidente Lusinchi, estuve en los dos
períodos del Presidente Pérez. En Washington en su primer mandato y como
embajador de Argelia en su segundo mandato. Con el presidente Caldera trabaje
los cuatro años como Director de Política Internacional y al final me designó
Embajador de Argentina.”
Como podemos observar posee una hoja de servicio inmejorable
en el marco de un país democrático y mucho más para una transición en paz y con
el concurso unitario de los líderes y partidos políticos demócratas. Es una
reserva moral y ética de la tan
vilipendiada “cuarta república”. Como puede notarse no es un hombre de
partido, sino un demócrata cabal. No
pongo en duda el absoluto respaldo que va obtener de la
población venezolana en este momento crucial. Pero todos sabemos que esto no basta, que las
fuerzas de la tiranía madurista, atrincheradas en Miraflores,
sabemos que no se van a dar por vencida y aparte de los
trapos rojos que pongan en práctica para evadir las elecciones
presidenciales limpias y transparentes, pueden materializar nuevas
inhabilitaciones, de la que el mismo Urrutia no se escapa. Es la hora de dormir
con un ojo abierto y el otro cerrado porque cuando el enemigo siente que puede
perder el poder, no tiene escrúpulos y cualquier artimaña, trampa o violencia
es válida, como lo ha venido haciendo hasta ahora, donde una mayoría ciudadana
de todos los estratos sociales ha dicho a viva voz y en contundente
mayoría: ¡QUEREMOS CAMBIO, YA BASTA!
La diferencia y
similitudes entre la transición de ayer
y la de hoy, es clara.
Ayer
el camino entre los protagonistas estelares (oposición-gobierno) estaba
allanado en esa figura de alto prestigio llamada Diógenes Escalante, lamentablemente no se pudo por las razones ya expuestas. Hoy la dictadura, aun pérdida no quiere
dar su brazo a torcer poniendo las cosas más tensas y difíciles ante un proceso
electoral que se sabe perdedor. Esperemos que no se empañe en los derroteros de
la Venezuela Democrática y podamos coronar con éxito unas negociaciones
políticas para recuperar la democracia y la inmensa tarea que nos toca. Ese
ayer era una Venezuela rural-pre
petrolera, que recién estaba saliendo de
una de las dictaduras más largas (27 años) que hemos tenido con sus frutos y sus
cuestiones negativas en la represión, presos políticos y torturas, asesinatos políticos y sin libertades civiles. Este hoy, 25 años del siglo XXI, lleva por las menos dos generaciones con el
secuestro del sistema democrático. La sociedad entera clama por un
respiro de libertad y justicia, y
recuperar así el Estado de Derecho y la
división de los poderes públicos, el respeto
a los derechos humanos, la decencia
pública, una educación de calidad, un
país sin presos políticos, libertad de prensa y de reunión pública, etcétera. La ciudadanía no desea transitar el
camino de Cuba y Nicaragua. Ya no hay
engaño posible y el régimen chavista es completamente tóxico.
En el pasado la transición no se logró porque al no haber
consenso con el candidato propuesto por Medina Angarita, un grupo de militares
conjuntamente con AD promovieron un golpe de estado, 18 de octubre de 1945 y posteriormente ese mismo grupo militar le
da el golpe al escritor Rómulo
Gallegos en 1948. Felizmente se recupera la democracia, después de diez
largos años con la huida del dictador Marcos Pérez Jiménez, con el ascenso por
vía electoral de Rómulo Betancourt. Allí queda una gran lección que no vamos a
dilucidar porque nos escaparíamos a elucubraciones, no obstante hay historiadores que sostienen que de haber
llegado Diógenes Escalante a ser Presidente Constitucional nos habríamos
ahorrado esa cruenta dictadura
pérezjimenista y más tiempo para una educación republicana democrática que
nos alejara de desviaciones militaristas y caudillistas. Es decir probablemente
el finado Hugo Chávez no hubiera llegado al poder y hacer lo que hizo.
La historiadora Margarita López Maya ha agregado: “Bajo el régimen chavista se ha hablado de transición, en 2012, en 2015 con las parlamentarias, incluso hay quienes dicen que estamos en un proceso de transición. Lo cierto del caso es que ni entramos ni estamos por entrar todavía. Pero claro cada vez que aparece la unificación de la oposición y con algún agregado de presiones internacionales, entonces la gente empieza a tener más esperanza en la posibilidad de un cambio político. Creo que lo positivo en la actual coyuntura es que hay una unidad estratégica y una ruta electoral y todos están remando hacia ese mismo lado. A esto se agrega una coyuntura internacional, no tanto por lo que digan los Estados Unidos y Europa, sino a nivel subregional las declaraciones de PETRO Y LULA han sido muy importantes. Petro y Lula son amigos de Maduro, pero tiene intereses y ello tiene que ver que se detenga el flujo migratorio que tiene desangrado esas economías. Aunque Maduro tiene sus amigotes, Rusia, China, Turquía, Irán, pero están lejos y tienen muchos problemas. Considero que nosotros muchas condiciones para llegar a una transición, pero tenemos un gran obstáculo, casi que insalvable, y es la poca disposición del gobierno para ir a una transición. Él no ha dado las señales ni la disposición para eso, como si lo dio el General López Contreras en su momento. Vemos como sea fallado en las negociaciones porque se dialoga, se firman acuerdos de buenas intenciones, pero posteriormente el gobierno hace caso omiso y ahora ni siquiera se puede pensar en que la salida sea la electoral, que no debería depender de ninguna negociación sino que la dictadura cumpla con unas elecciones limpias y transparentes. Ese es el panorama actual. Si llegamos a esas elecciones es casi seguro que las Fuerzas Democráticas la ganen. Esa es la gran incertidumbre que tenemos que el gobierno no está dispuesto a perder las elecciones.”
Por lo pronto todos deseamos un cambio y por el bien de la
patria tenemos que lograrlo. Detener cualquier imponderable que lo impida y
llegar a buen puerto con el timonel elegido. Derrotar a un enemigo que
consideramos imposible es el sueño de todos los venezolanos y todos aquellos
amantes de la democracia y de la paz.
Hay que seguir de manera inteligente desarrollando
estrategias para llegar a la meta.