lunes, 1 de marzo de 2021

CRONICA: ORLANDO ABREU. UN CASO DE XENOFOBIA EN PERU

 

CRONICA: ORLANDO ABREU. UN CASO DE XENOFOBIA.

 


XENOFOBIA: “Se denomina el rechazo, el odio o la hostilidad hacia los extranjeros. Las actitudes de intolerancia y aversión xenófobas hacia quienes vienen de otros países o de culturas diferentes, pueden provocar reacciones diversas entre los xenófobos, que van desde  la indiferencia, la falta de empatía y el rechazo manifiesto hasta  el desprecio, las amenazas y las agresiones físicas y el asesinato”. Tomado de significados. Com.   

Yo desde los 11 años fui esclavo del te local (droga). Tuve en la cárcel muchas veces  y cometí toda clase de robo hasta llegar matar a una persona. Pertenecí a la banda de “Los Pulpos” y “Los Malditos del Triunfo”.  Todo lo que he hecho lo pagué. Ahora soy pastor evangélico y predico en las comunidades. Solo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, Cristo me salvó”.  Declaraciones a la prensa de Oscar Narro. Octubre, 2020. Peruano ex presidiario, pastor evangélico.  

 


2017 fue un año crucial para Venezuela. La hiperinflación, las colas y la escasez de alimentos y del dinero en efectivo,   la violencia y muerte en las manifestaciones callejeras, en fin la muerte de la democracia hicieron que el éxodo de venezolanos al extranjero se elevara. Su destino Colombia, Perú, Panamá, República Dominicana, Ecuador, Uruguay y Argentina, entre otros. De aquel hermoso pueblito llamado Santa Cruz de Aragua partió ORLANDO ABREU hacia tierras lejanas. Un muchacho noble, de familia modesta, que recién salía de la adolescencia, que solo conocía el pueblo de Santa Cruz de Aragua.  Le habían dicho que en Perú era un sitio ideal para establecerse para trabajar y ayudar a su familia. La decisión de emigrar no resultó fácil porque Orlando era muy popular en Santa Cruz por su espíritu jovial, jocoso,  alegre y conversador. Sus padres hasta el final le rogaron que no se fuera, pero pudo más la terquedad del joven impetuoso y su promesa de ayudar económicamente a sus padres, que atendían un negocio de comida, pero las perdidas eran cada día mayores. Su hermana María José quería irse también, porque era muy pegado a su hermano, pero a la final ni tenían el dinero y los padres se lo impidieron. Orlando le dijo a su hermana que esperase a establecerse para mandarle dinero y se fuera a donde el estuviera. El día que se fue, nadie lo podía creer en  el pueblo. Se fue de madrugada y solo sus padres y hermana lo sabían, porque dizque no lo iban a dejar ir. Pero él decía: “Yo por ayudar a mis padres ver por mi futuro  hago lo que sea, menos robar”. Orlando, con apenas 22 años, se consideraba con muchas fortalezas para seguir adelante, sus planes eran establecerse en Perú y regresar a los cinco años y seguir estudiando.




Después de un intenso y agotador viaje en autobús Orlando llegó a la ciudad de Trujillo, provincia del Perú, donde se estableció, con la ayuda de varios venezolanos. Trujillo es la segunda ciudad receptora de población colombiana y venezolana. Allí tuvo varios trabajos menores  en tiendas y repartidor hasta que con sus ahorros se compró mercancía de bisuterías y fantasía y vendía de manera ambulante por la ciudad y los mercados. Había caído muy bien en el lugar, tanto es así que por su actitud servicial era muy querido y solidarios con él. A los dos años cumplió lo prometido,  se trajo a su hermana María José, quien no se hallaba sin su hermano tan lejos. La pandemia del Covid19 les afecto muchísimo y sus ahorros escaseaban, tanto así que habían pensado en regresar a su país. Orlando era de muy buen carácter y caía en gracia a donde llegaba, aunque no soportaba las injusticias y las actitudes xenófobas de algunos peruanos. María José lo dice: “Aquí vinimos fue a trabajar y a luchar por nuestro futuro, los venezolanos somos alegres y emprendedores, debe ser eso los que les causa egoísmo y hasta odio hacia nosotros. Una vez mi hermano me dijo que había un problema con una peruana de nombre Manuela López que cada vez que lo veía en el mercado lo echaba y le decía que se fuera para su país, incluso llegó a llamarlo  <<basura>>. Esto indigno a mi hermano y le dijo que ese mercado no era de ella y que tenía libertad para trabajar allí y recorrer sus instalaciones cuantas veces el quisiera. De tal manera que el odio de esa señora fue creciendo contra mi hermano día a día”.  




OSCAR ENRIQUE NARRO CORREA, peruano, de 50 años, de extracción popular, con profundos traumas por abandono de sus padres,  con un alto prontuario delictivo que incluía robo, estafas, líder de bandas y hasta un crimen por lo que estuvo en la cárcel once años, supuestamente se había regenerado al salir de la cárcel, convirtiéndose en Pastor Evangélico, declaraba que: “muchas cosas había hecho por la ignorancia, pero todo lo que he hecho ya lo pagué, ahora soy un hombre sano entregado a Cristo”. Amigo de  Manuela, fue quien le habló de  los intercambios de palabras que había tenido con el joven venezolano ORLANDO ABREU días antes,  fermento de odio visceral.  De tal manera que la xenofobia se le fue a la cabeza y con el añadido de alcohol y droga se buscó una pistola que tenía guardada para cometer atracos y se fue en la tarde a esperar que llegara al lugar donde Orlando guardaba su mercancía. Ya eran casi las siete de la noche del 24 de Enero del 2021,  cuando CARACORTADA, como también es conocido, lo intercepta sin permitirle salir del depósito y lo acusa:



¡Conmigo no te metas! ¡Respeta a la gente que está hablando!

¿Qué paso viejo? ¿Qué pasó? Yo no me he metido con nadie, yo no me he metido con ustedes

¡La concha de tu madre! ¡La concha de tu madre! (Intenta dispararle en dos ocasiones pero el arma se le traba). El joven venezolano se agacha para protegerse detrás del mostrador, pero CARACORTADA se le acerca impaciente, intenta golpearlo y se aleja nuevamente.

Escúchame viejo, yo no me he metido con ustedes (reculando un poco)

¡No te metas con la gente que no debes! ¡No te metas con la gente! ¡Yo te quiero matar! Grita el asesino.

Segundos después, el pistolero logra destrabar el arma y dispara dos balazos al cuerpo. Orlando cae aparatosamente y empieza a llorar desconsoladamente pidiendo ayuda. El delincuente se escapa y al joven  se le va la vida lentamente y con ellos los sueños truncados de volver a  su casa y abrazar a sus padres. El llanto amargo y desolador que se escucha en el video  es de un niño inocente, truncado sus sueños de regresar a su país y abrazar a sus amados padres.




Después vendría el viacrucis para su hermana MARIA JOSE ABREU. La conmoción de la fatal perdida, el trago amargo de informarle a sus padres en Venezuela y ver a su hermano en la morgue.  En su auxilio acudió una legión de venezolanos y amigos peruanos que se habían ganado los hermanos Abreu y unieron esfuerzos, hicieron colectas “para hacerle un velorio digno a mi hermano y la cremación” dice María José. Cuanto pesar por una muerte injusta ante un criminal de baja calaña, que se escondía detrás del evangelio sus frustraciones, su xenofobia, su odio contra sus semejantes. Oscar Narro, alias caracortada, escapó  del lugar y se escondió con una mujer en su casa de un barrio cercano al mercado. Producto del escándalo y el video que se hizo viral a nivel mundial, donde se evidencia el vil asesinato a sangre fría y Orlando solo defendiéndose con palabras, es que finalmente la policía peruana se vio obligada a dar con su paradero, después que habían transcurrido tres semanas del hecho. Muchos fueron los artistas venezolanos y extranjeros que se pronunciaron contra la xenofobia en el Perú y que  se hiciera justicia.    Su abogado señaló posteriormente a la prensa que el sujeto “pedía perdón y que él no tenía nada en contra de Orlando Abreu, que actuó bajo los efectos del alcohol y las drogas”. Una manera de manipular y reducir su pena carcelaria, ya que se estaba pidiendo cadena perpetua para este  asesino reincidente.  



No bastaba el calvario que MARIA JOSE llevaba  por dentro desde el momento que se enteró de la muerte de su hermano. Ahora vinieron las amenazas y mensajes que también a ella le pasaría lo mismo, que no denunciara a caracortada, lo que supone una red de mafias desde los bajos fondos. Así que María José se vio obligada a salir del país de manera secreta hacia el país vecino para resguardase. “Mi única ancla en ese país era mi hermano. Perú me arrebato a mi hermano en la persona de ese criminal para lo cual pido la pena máxima, no me gustaría volver a ese país. Siempre recuerdo que me decía: Gorda, a pesar de  todo, siempre tienes que seguir adelante, siempre. Le doy las gracias a las redes sociales, a los artistas que se manifestaron por las redes, porque eso ayudó mucho a agilizar la captura del asesino, de la policía que estuviera más pendiente. Gracias, porque la gente se entere de la verdad y que mi hermano era un CHICO HONESTO Y TRABAJADOR”.




Por estos días un  crespón  oscuro cubre el pueblo de Santa Cruz de Aragua. Un llanto sordo convertido en letanía en aquella humilde familia que solo recibirá una cajita de madera,  de lo que algún día fue su sueño, su amor y alegría en aquel primer hijo. ¿Cuándo se podrá cerrar este círculo fatal para los venezolanos?

Angel Gustavo Cabrera 28/02/2021