NICARAGUA: “DANIEL Y
SOMOZA SON LA MISMA COSA”
“Al principio todos le
dimos nuestro apoyo a la revolución sandinista, porque creíamos que sería la
primera revolución hispanoamericana completa, una que luchaba por la justicia,
pero que no disminuía sus libertades, consiguiendo democracia social sin la
perdida de la democracia política. Pero en cambio traicionaron a todo un pueblo
que soñaba ser libre”.
Violeta Chamorro. 1980
“En Nicaragua hay una
dictadura del estilo más clásico, más tradicional del Caribe. Es una dictadura
donde el Estado de Derecho ha desaparecido y ha sido sustituido por leyes de la
tradición vernácula de la política. Leyes muy represivas. Se podría hablar de
un racimo de cinco leyes, entre ellas la
que se está aplicando con mayor frecuencia ahora y que es una Ley de defensa de
la soberanía nacional. Pena cualquier opinión en contra de la familia
gobernante o del régimen bajo la acusación de responder a interese extranjeros…” Sergio Ramírez. Escritor y ex vicepresidente nicaragüense. 20 de junio
de 2021. Diario Clarín.
“¿Qué es aquella luz
allá lejos? ¿Es una estrella/ Es la luz de Sandino en la montaña negra./ Allá
están él y sus hombres junto a la fogata roja/ con sus rifles al hombro y
envueltos en sus colchas,/ fumando o cantando canciones tristes del Norte,/ los
hombres sin moverse y moviéndose sus sombras/ …Y Sandino no tenía cara de
soldado,/ sino de poeta convertido en soldado por necesidad,/ y de un hombre
nervioso dominado por la serenidad.” Extracto del poema
Hora 0. Ernesto Cardenal Poeta Nicaragüense.
¿Por qué a Daniel Ortega lo comparan con Anastasio Somoza?
¿Por qué esa consigna se popularizo en las manifestaciones populares de abril
de 2018 en Managua y todo el país nicaragüense? Hay un dicho que dice: Por los
hechos los conoceréis. Detengámonos por un momento en cada uno de los
personajes, sus contextos históricos de donde vienen y su conducta.
La familia de Los
Somoza fue una
dinastía que se estableció en el control del poder a través de un Sistema Dictatorial llamado Somocismo y
que se apoyaba en una estructura política, militar, económica y social que
manejo ese país a su real antojo desde 1937 hasta 1979. Una familia de
terratenientes oligárquica que creó un
verdadero Estado Policial terrorista sostenida por los Estados Unidos. Época
que este país mantenía una férrea hegemonía en países de América Latina, y sobre todo los países centroamericanos. Anastasio Somoza Debayle, hijo menor de
Somoza García, fue el último dictador de
esa dinastía, quien fue derrocado por un movimiento de oposición armada
identificado como el Frente Sandinista de Liberación Nacional conformado
por un grupo de patriotas que desde el campo y la ciudad venían conspirando
desde 1961, año de creación del FSLN.
No obstante las raíces históricas de este Frente Sandinista hay que buscarlas
en la resistencia nacionalista de un puñado de patriotas lideradas por AUGUSTO CESAR SANDINO, quien dirigió su
pequeña guerrilla campesina en la resistencia contra el ejército de ocupación estadounidense entre 1927 y 1933. Derrotado el ejército
norteamericano, se crea la Guardia
Nacional y de allí surge el General
Anastasio Somoza García, quien traicionando los principios sagrados del
nacionalismo patriota nicaragüense, y bajo las órdenes de la embajada
norteamericana, manda a asesinar al General Augusto Cesar Sandino y a dos de sus generales. Ese hecho
ocurrió en la noche del 21 de febrero de 1934. Dos años después, Anastasio Somoza García toma el poder
derrocando para ello al Presidente Juan Bautista Sacaza.
La otra cara de la moneda representa José Daniel Ortega Saavedra, quién formó parte de la Junta de
Gobierno que derrocó a Somoza en el año 1989, al lado de otros personajes de
pensamiento democrático que desde la ciudad conspiraban contra la dictadura ,
como Violeta Chamorro, Sergio Ramírez
(Intelectual del FSLN), Alfonso Róbelo, Moisés Hassan etc. Esta Junta de gobierno no pudo
completar su periodo por el sectarismo político de miembros del FSLN, y de lo cual terminaron
renunciando, además de las acusaciones de corrupción y burocratismo. Esta situación
contribuyó a que ganara las elecciones
Violeta Chamorro en abril de 1990 hasta 1997,
quién desarrolló un ejercicio
democrático desde el poder, no obstante Daniel Ortega y un grupo radical del FSLN sabotearon su gestión, como lo expresa
el escritor y político Sergio Ramírez
en entrevista reciente en el Diario Clarín de Argentina: “El discurso de Ortega era que no se podía perder el poder de la
revolución que se conquistó con las armas, había que seguir gobernando desde
abajo, lo que implicaba hacerle la vida imposible al nuevo gobierno de Violeta
Chamorro. Los que planteábamos que la única manera de regresar al gobierno era
respetando al sistema democrático y compitiendo en las elecciones. Eso para
Ortega era socialdemocracia, de tal forma que fuimos echados del partido y
decidimos formar un nuevo partido, el MRS
(Movimiento Renovador Sandinista).
Toda la dirigencia de este partido es la que hoy es barrida, es llevada a la
cárcel. Quien no este identificado con él es un traidor”. (Domingo 20 de
junio de 2021). Desde que Daniel Ortega recupera el poder en el año 2006 se
planteó no perder más nunca, siguiendo la línea de los Castro en Cuba, Chávez-Maduro en Venezuela y Vladímir Putin
en Rusia. La estrategia del autócrata es clara: dominio de los controles
institucionales y jurídicos, establecimientos de leyes que inhabiliten a los
oponentes, estructuras paramilitares con el ala radical del FSLN para hacer el
trabajo sucio y pactos y negociaciones con sectores de la oligarquía y la
empresa privada. Además de toda una red con testaferros, militares y
familiares, especie de un poder corporativo, donde cada quién tiene su cuota de
poder y él como autócrata da la cara.
Tomas Borges fue un guerrillero fundador del FSLN, antes de su muerte en 2012 y tras
el retorno del FSLN al poder por la vía electoral, dijo sobre la política del
país centroamericano: <<Todo puede pasar aquí, menos que el FSLN
pierda el poder (…) Me es inconcebible el retorno de la derecha en este país.
Yo se lo dije a Daniel Ortega: ‘hombre, podemos pagar cualquier precio, digan
lo que digan, lo único que no podemos perder es el poder’. Digan lo que digan,
hagamos lo que tengamos que hacer, el precio más elevado sería perder el poder.
Habrá Frente Sandinista hoy, mañana y siempre>> (tomado de Nueva
Sociedad. Opinión. Junio 2021. Salvador Martí Puig y Mateo Jarquin EL PRECIO DE
LA PERPETUIDAD DE DANIEL ORTEGA). Y no podemos olvidar que el comandante Tomas
Borges fue un cuadro político formado en Cuba).
Por otra parte Daniel Ortega y la Vicepresidente Rosario
Murillo, su mujer, mantiene es una retórica de izquierda y vacío de contenido
las predicas del FSLN, no cambio el
modelo productivo heredado de tres lustros de desarrollo neoliberal, ni en el
agro ni en los servicios. Daniel Ortega articuló un régimen con las elites
económicas y religiosas, cooptó las instituciones, todos los poderes del
Estado, también la fuerza de seguridad, especialmente la Policía Nacional. En
lo que atañe al apoyo de los sectores populares, difícil de medir en un
contexto autoritario, el gobierno creo una amplia red clientelar a través de
programas de transferencias (generalmente en especies) gestionadas desde el
aparato partidario del FSLN que actúa desde el Estado, denominado Consejos del Poder Ciudadano (CPC) y
los Gabinetes de Familia (GF). Pero
a pesar de todo esto el malestar crece cada día, la pobreza aumenta
desmesuradamente y no hay derecho a la protesta.
La sociedad nicaragüense, sin embargo, paso factura y las primeras protestas se centraron en el
malestar por la reforma y desmejoras del sistema de pensiones y la mala gestión
gubernamental ante los incendios en la reserva de biosfera de Indio Maiz, pero
rápidamente se sumaron diversos colectivos que impugnaron al régimen en su
totalidad por su carácter arbitrario, represivo y corrupto. La estrategia
represiva del régimen a través de la llamada “OPERACIÓN LIMPIEZA”, término usado en la época de Somoza, fue eliminar los tranques y barricadas y dispersar a los manifestantes de cualquier
forma. Los acusaron de vándalos y terroristas y anunciaron que la crisis sería
el comienzo de la <<Tercera Fase
de la revolución popular sandinista>> con el argumento que las
protestas eran parte de un Golpe de
Estado encubierto de la derecha y Estados Unidos. Además de negar la
posibilidad de elecciones anticipadas.
De tal manera que las protestas fueron sofocadas a balazos por policías y
paramilitares sandinistas, con un saldo de 328 muertos, 2.000 heridos,
centenares de detenidos y unos 100.000 emigrantes y exiliados, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH). El gobierno solo reconoció 200 muertos en los tres primeros
meses de protesta, abril de 2018. Tras recuperar el control a sangre y fuego,
Ortega prohibió en septiembre de 2018 las manifestaciones opositoras. Desde
entonces la policía detiene a quien se atreva a salir de su casa con una
pancarta o una bandera de Nicaragua. Además se han creado nuevos sistemas de
vigilancia ciudadana y una estructura de civiles armados, en su mayoría
militares retirados del ejército y del Ministerio del Interior Sandinista,
operando como una fuerza armada paralela a la policía, denunciados por
organismos de derechos humanos locales y del extranjero. “Cada vez más la palabra <<revolución>>
despierta más odio. Cada vez es mayor la distancia entre lo que fue el
Sandinismo y lo que es hoy”, comento un nostálgico ex militar nicaragüense
que emigro a California a mediados de los años 90. La poeta Daisy Zamora, ex Vice ministra de Cultura en los tiempos
de Ernesto Cardenal escribe: “Nicaragua vive atrapada en un círculo
vicioso que engendra dictadores”. Igual lo señala la poeta Gioconda Belli (Managua 1948) perseguida durante la
dictadura de Anastasio Somoza y un referente importante para la revolución
sandinista hasta que rompió con Ortega a mediados de los 90 ha dicho al Diario La Nación de Argentina: “Somoza
actuaba contra una oposición armada. Fue cruel, sanguinario y corrupto. Ortega
actúa contra una oposición desarmada con igual saña y además bajo la bandera y
el discurso de que es revolucionario, cuando él ha pervertido el sentido de lo
que es una revolución. Es un saqueador no solo del presente sino de las tumbas
de tantos que murieron para que acabaran
las dictaduras en Nicaragua”. 23 de junio de 2021.
De tal manera que la pareja presidencial ahora enfila sus
baterías contra líderes opositores demócratas, dirigentes históricos disidentes
y personalidades que se han expresado
contra la dictadura impuesta, adelantándose a las elecciones de Noviembre de este
año, donde sabe que las tiene perdida en una contienda electoral transparente y
libre. Por eso hostiga, encarcela, aterroriza, acusa, condena e inhabilita.
Sabe que perdió la calle, que no tiene pueblo y no le queda otro recurso. Este
mes de junio abrió la ofensiva: Cinco posibles candidatos a la presidencia de
Nicaragua: Cristiana Chamorro, Arturo
Cruz, Félix Madariaga, Juan Sebastián Chamorro y Miguel Mora.
Exfuncionarios: exprimera dama María
Fernanda Flores, el exVicecanciller Víctor Hugo Tinoco, el excanciller José
Pallais apresado por la policía en la ciudad de León. El hermano de la
escritora Gioconda Belli, fue allanado y huyo del país. Banqueros: Luis Rivas Anduray, Gerente General del
Banco de la Producción. Lo acusan de “incitar a la injerencia extrajera, pedir
intervenciones militares y gestionar bloqueos económicos. Periodista Miguel Mendoza, periodista deportivo crítico del
presidente es detenido ayer 22 de junio. También están detenidos el
expresidente del Gremio de Empresarios
José Adán Aguerri, la activista Violeta
Granera, los disidente sandinistas Dora
María Telles y Hugo Torres, dos grandes figuras de la revolución Nicaragüense
que fueron lo que sacaron a Daniel Ortega de la cárcel de Somoza y comandaron
asaltos importantes de la revolución sandinista. Este es el resultado del JUNIO NEGRO que desató el binomio Ortega-Murillo, algo
parecido a una razzia fascista, ya
implementado en Cuba en lo que se conoce como la primavera negra cubana,
ocurrido en la primavera de 2003 con la detención de 75 disidentes, a los
cuales le fabricaron expedientes incriminatorios.
Soy de los que pienso que esta oleada represiva no se va a detener hasta tanto no cumplir con sus objetivos intimidatorios y oscuros. Que Daniel Ortega no hará caso a la condena internacional y a los exhortos de la OEA y ONU de liberar a los prisioneros y a prepararse para unas elecciones democráticas en el mes de noviembre. Sorprende la posición de México y Argentina, adheridos a una criminal dictadura, sorprende el gobierno Argentino, quien sabe lo que se sufre con regímenes autoritarios. O será que se están preparando para más adelante dar ellos el zarpazo. Una nunca sabe, las vueltas que da la vida de esta llamada Izquierda, más cercana al eje Rusia-China-Cuba que de las democracias occidentales y europeas. Por lo pronto me quedo con la posición del escritor Sergio Ramírez al señalar que: “La historia de Nicaragua enseña que cada vez que un sistema dictatorial, autoritario se agota y se resuelve por las armas, el patrón se vuelve a repetir. Y las armas quedan en manos de un nuevo caudillo. ¿Cuál sería el cambio profundo de un país tan pequeño y pobre como Nicaragua? Que la solución no sea por las armas. Que se logré una salida de la dictadura por una transición, con otro medio de lucha como lo que está ensayando la gente ahora. Una rebelión desarmada”. AMANECERA Y VEREMOS