miércoles, 23 de junio de 2021

NICARAGUA: DANIEL Y SOMOZA SON LA MISMA COSA

NICARAGUA: “DANIEL Y SOMOZA SON LA MISMA COSA”

 


“Al principio todos le dimos nuestro apoyo a la revolución sandinista, porque creíamos que sería la primera revolución hispanoamericana completa, una que luchaba por la justicia, pero que no disminuía sus libertades, consiguiendo democracia social sin la perdida de la democracia política. Pero en cambio traicionaron a todo un pueblo que soñaba ser libre”. Violeta Chamorro. 1980



“En Nicaragua hay una dictadura del estilo más clásico, más tradicional del Caribe. Es una dictadura donde el Estado de Derecho ha desaparecido y ha sido sustituido por leyes de la tradición vernácula de la política. Leyes muy represivas. Se podría hablar de un racimo de cinco leyes, entre ellas  la que se está aplicando con mayor frecuencia ahora y que es una Ley de defensa de la soberanía nacional. Pena cualquier opinión en contra de la familia gobernante o del régimen bajo la acusación de responder a interese extranjeros…” Sergio Ramírez. Escritor y ex vicepresidente nicaragüense. 20 de junio de 2021. Diario Clarín.



“¿Qué es aquella luz allá lejos? ¿Es una estrella/ Es la luz de Sandino en la montaña negra./ Allá están él y sus hombres junto a la fogata roja/ con sus rifles al hombro y envueltos en sus colchas,/ fumando o cantando canciones tristes del Norte,/ los hombres sin moverse y moviéndose sus sombras/ …Y Sandino no tenía cara de soldado,/ sino de poeta convertido en soldado por necesidad,/ y de un hombre nervioso dominado por la serenidad.” Extracto del poema Hora 0. Ernesto Cardenal Poeta Nicaragüense.

 




¿Por qué a Daniel Ortega lo comparan con Anastasio Somoza? ¿Por qué esa consigna se popularizo en las manifestaciones populares de abril de 2018 en Managua y todo el país nicaragüense? Hay un dicho que dice: Por los hechos los conoceréis. Detengámonos por un momento en cada uno de los personajes, sus contextos históricos de donde vienen y su conducta.




La familia de Los Somoza fue una dinastía que se estableció en el control del poder a través de un Sistema Dictatorial llamado Somocismo y que se apoyaba en una estructura política, militar, económica y social que manejo ese país a su real antojo desde 1937 hasta 1979. Una familia de terratenientes oligárquica  que creó un verdadero Estado Policial terrorista sostenida por los Estados Unidos. Época que este país mantenía una férrea hegemonía en países de América Latina,  y sobre todo los países centroamericanos. Anastasio Somoza Debayle, hijo menor de Somoza García,  fue el último dictador de esa dinastía, quien fue derrocado por un movimiento de oposición armada identificado como  el Frente Sandinista de Liberación Nacional conformado por un grupo de patriotas que desde el campo y la ciudad venían conspirando desde 1961, año de creación del FSLN. No obstante las raíces históricas de este Frente Sandinista hay que buscarlas en la resistencia nacionalista de un puñado de patriotas lideradas por AUGUSTO CESAR SANDINO, quien dirigió su pequeña guerrilla campesina en la resistencia  contra el ejército de ocupación estadounidense  entre 1927 y 1933. Derrotado el ejército norteamericano, se  crea la Guardia Nacional y de allí surge el General Anastasio Somoza García, quien traicionando los principios sagrados del nacionalismo patriota nicaragüense, y bajo las órdenes de la embajada norteamericana, manda a asesinar al General Augusto Cesar  Sandino y a dos de sus generales. Ese hecho ocurrió en la noche del 21 de febrero de 1934. Dos años después, Anastasio Somoza García toma el poder derrocando para ello al Presidente Juan Bautista Sacaza.



La otra cara de la moneda representa José Daniel Ortega Saavedra, quién formó parte de la Junta de Gobierno que derrocó a Somoza en el año 1989, al lado de otros personajes de pensamiento democrático que desde la ciudad conspiraban contra la dictadura , como Violeta Chamorro, Sergio Ramírez (Intelectual del FSLN), Alfonso Róbelo, Moisés Hassan  etc. Esta Junta de gobierno no pudo completar su periodo por el sectarismo político de miembros del FSLN, y de lo cual terminaron renunciando, además de las acusaciones de corrupción y burocratismo. Esta situación contribuyó a que ganara  las elecciones Violeta Chamorro en abril de 1990 hasta 1997,  quién desarrolló  un ejercicio democrático desde el poder, no obstante Daniel Ortega y un grupo radical del FSLN sabotearon su gestión, como lo expresa el escritor y político Sergio Ramírez en entrevista reciente en el Diario Clarín de Argentina: “El discurso de Ortega era que no se podía perder el poder de la revolución que se conquistó con las armas, había que seguir gobernando desde abajo, lo que implicaba hacerle la vida imposible al nuevo gobierno de Violeta Chamorro. Los que planteábamos que la única manera de regresar al gobierno era respetando al sistema democrático y compitiendo en las elecciones. Eso para Ortega era socialdemocracia, de tal forma que fuimos echados del partido y decidimos formar un nuevo partido, el MRS (Movimiento Renovador Sandinista). Toda la dirigencia de este partido es la que hoy es barrida, es llevada a la cárcel. Quien no este identificado con él es un traidor”. (Domingo 20 de junio de 2021). Desde que Daniel Ortega recupera el poder en el año 2006 se planteó no perder más nunca, siguiendo la línea de los Castro en Cuba,  Chávez-Maduro en Venezuela y Vladímir Putin en Rusia. La estrategia del autócrata es clara: dominio de los controles institucionales y jurídicos, establecimientos de leyes que inhabiliten a los oponentes, estructuras paramilitares con el ala radical del FSLN para hacer el trabajo sucio y pactos y negociaciones con sectores de la oligarquía y la empresa privada. Además de toda una red con testaferros, militares y familiares, especie de un poder corporativo, donde cada quién tiene su cuota de poder y él como autócrata da la cara.



Tomas Borges fue un guerrillero fundador del FSLN, antes de su muerte en 2012 y tras el retorno del FSLN al poder por la vía electoral, dijo sobre la política del país centroamericano: <<Todo puede pasar aquí, menos que el FSLN pierda el poder (…) Me es inconcebible el retorno de la derecha en este país. Yo se lo dije a Daniel Ortega: ‘hombre, podemos pagar cualquier precio, digan lo que digan, lo único que no podemos perder es el poder’. Digan lo que digan, hagamos lo que tengamos que hacer, el precio más elevado sería perder el poder. Habrá Frente Sandinista hoy, mañana y siempre>> (tomado de Nueva Sociedad. Opinión. Junio 2021. Salvador Martí Puig y Mateo Jarquin EL PRECIO DE LA PERPETUIDAD DE DANIEL ORTEGA). Y no podemos olvidar que el comandante Tomas Borges fue un cuadro político formado en Cuba).



Por otra parte Daniel Ortega y la Vicepresidente Rosario Murillo, su mujer, mantiene es una retórica de izquierda y vacío de contenido las predicas del FSLN, no cambio el modelo productivo heredado de tres lustros de desarrollo neoliberal, ni en el agro ni en los servicios. Daniel Ortega articuló un régimen con las elites económicas y religiosas, cooptó las instituciones, todos los poderes del Estado, también la fuerza de seguridad, especialmente la Policía Nacional. En lo que atañe al apoyo de los sectores populares, difícil de medir en un contexto autoritario, el gobierno creo una amplia red clientelar a través de programas de transferencias (generalmente en especies) gestionadas desde el aparato partidario del FSLN que actúa desde el Estado, denominado Consejos del Poder Ciudadano (CPC) y los Gabinetes de Familia (GF). Pero a pesar de todo esto el malestar crece cada día, la pobreza aumenta desmesuradamente y no hay derecho a la protesta.



La sociedad nicaragüense, sin embargo, paso factura y  las primeras protestas se centraron en el malestar por la reforma y desmejoras del sistema de pensiones y la mala gestión gubernamental ante los incendios en la reserva de biosfera de Indio Maiz, pero rápidamente se sumaron diversos colectivos que impugnaron al régimen en su totalidad por su carácter arbitrario, represivo y corrupto. La estrategia represiva del régimen a través de la llamada “OPERACIÓN LIMPIEZA”, término usado en la época de Somoza, fue  eliminar los tranques y barricadas y  dispersar a los manifestantes de cualquier forma. Los acusaron de vándalos y terroristas y anunciaron que la crisis sería el comienzo de la <<Tercera Fase de la revolución popular sandinista>> con el argumento que las protestas eran parte de un Golpe de Estado encubierto de la derecha y Estados Unidos. Además de negar la posibilidad  de elecciones anticipadas. De tal manera que las protestas fueron sofocadas a balazos por policías y paramilitares sandinistas, con un saldo de 328 muertos, 2.000 heridos, centenares de detenidos y unos 100.000 emigrantes y exiliados, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El gobierno solo reconoció 200 muertos en los tres primeros meses de protesta, abril de 2018. Tras recuperar el control a sangre y fuego, Ortega prohibió en septiembre de 2018 las manifestaciones opositoras. Desde entonces la policía detiene a quien se atreva a salir de su casa con una pancarta o una bandera de Nicaragua. Además se han creado nuevos sistemas de vigilancia ciudadana y una estructura de civiles armados, en su mayoría militares retirados del ejército y del Ministerio del Interior Sandinista, operando como una fuerza armada paralela a la policía, denunciados por organismos de derechos humanos locales y del extranjero. “Cada vez más la palabra <<revolución>> despierta más odio. Cada vez es mayor la distancia entre lo que fue el Sandinismo y lo que es hoy”, comento un nostálgico ex militar nicaragüense que emigro a California a mediados de los años 90. La poeta Daisy Zamora, ex Vice ministra de Cultura en los tiempos de Ernesto Cardenal escribe: “Nicaragua vive atrapada en un círculo vicioso que engendra dictadores”. Igual lo señala la poeta Gioconda Belli (Managua 1948) perseguida durante la dictadura de Anastasio Somoza y un referente importante para la revolución sandinista hasta que rompió con Ortega a mediados de los 90 ha dicho al Diario La Nación de Argentina: “Somoza actuaba contra una oposición armada. Fue cruel, sanguinario y corrupto. Ortega actúa contra una oposición desarmada con igual saña y además bajo la bandera y el discurso de que es revolucionario, cuando él ha pervertido el sentido de lo que es una revolución. Es un saqueador no solo del presente sino de las tumbas de tantos  que murieron para que acabaran las dictaduras en Nicaragua”. 23 de junio de 2021.

 



De tal manera que la pareja presidencial ahora enfila sus baterías contra líderes opositores demócratas, dirigentes históricos disidentes y  personalidades que se han expresado contra la dictadura impuesta, adelantándose a las elecciones de Noviembre de este año, donde sabe que las tiene perdida en una contienda electoral transparente y libre. Por eso hostiga, encarcela, aterroriza, acusa, condena e inhabilita. Sabe que perdió la calle, que no tiene pueblo y no le queda otro recurso. Este mes de junio abrió la ofensiva: Cinco posibles candidatos a la presidencia de Nicaragua: Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Madariaga, Juan Sebastián Chamorro y Miguel Mora. Exfuncionarios: exprimera dama María Fernanda Flores, el exVicecanciller Víctor Hugo Tinoco, el excanciller José Pallais apresado por la policía en la ciudad de León. El hermano de la escritora Gioconda Belli, fue allanado y huyo del país. Banqueros: Luis Rivas Anduray, Gerente General del Banco de la Producción. Lo acusan de “incitar a la injerencia extrajera, pedir intervenciones militares y gestionar bloqueos económicos. Periodista Miguel Mendoza, periodista deportivo crítico del presidente es detenido ayer 22 de junio. También están detenidos el expresidente del Gremio de Empresarios José Adán Aguerri, la activista Violeta Granera, los disidente sandinistas Dora María Telles y Hugo Torres, dos grandes figuras de la revolución Nicaragüense que fueron lo que sacaron a Daniel Ortega de la cárcel de Somoza y comandaron asaltos importantes de la revolución sandinista. Este es el resultado del JUNIO NEGRO que desató el binomio Ortega-Murillo, algo parecido a una razzia fascista, ya implementado en Cuba en lo que se conoce como la primavera negra cubana, ocurrido en la primavera de 2003 con la detención de 75 disidentes, a los cuales le fabricaron expedientes incriminatorios.  



Soy de los que pienso que esta oleada represiva no se va a detener hasta tanto no cumplir con sus objetivos intimidatorios y oscuros. Que Daniel Ortega no hará caso a la condena internacional y a los exhortos de la OEA y ONU  de liberar a los prisioneros y a prepararse para unas elecciones democráticas en el mes de noviembre. Sorprende la posición de México y Argentina, adheridos a una criminal dictadura, sorprende el gobierno Argentino, quien sabe lo que se sufre con regímenes autoritarios. O será que se están preparando para más adelante dar ellos el zarpazo. Una nunca sabe, las vueltas que da la vida de esta llamada Izquierda, más cercana al eje Rusia-China-Cuba que de las democracias occidentales y europeas.  Por lo pronto me quedo con la posición del escritor Sergio Ramírez al señalar que: “La historia de Nicaragua enseña que cada vez que un sistema dictatorial, autoritario se agota y se resuelve por las armas, el patrón se vuelve a repetir. Y las armas quedan en manos de un nuevo caudillo. ¿Cuál sería el cambio profundo de un país tan pequeño y pobre como Nicaragua? Que la solución no sea por las armas. Que se logré una salida de la dictadura por una transición, con otro medio de lucha como lo que está ensayando la gente ahora. Una rebelión desarmada”.    AMANECERA Y VEREMOS