HOMENAJE A FELIPE
PIRELA EN SUS 80 AÑOS DEL NATALICIO.
“Desde muy pequeño
quise siempre ser algo en la vida/ La pobreza era mi sino, mi mente triste y
viajera/ Mas en mi garganta un hilo triste de dolor cantó/ Me lance a los
cuatro vientos y luché con el destino / Fui bebiendo en el camino hambre,
tristeza y dolor/ Crucé mares sin destino y vencí estando vencido/ Y hoy como
pago recibo cruel egoísmo y traición. /
Lo que es la vida, este mundo en que vivimos/ Por vencer mi cruel
destino ahora me quieren hundir/ Lo que es la vida, me persiguen y maltratan,
crucifican y me acusan de algo que no cometí. / Lo que es la vida, lo que puede
el egoísmo / La envidia que es terca y mata, / Como a Cristo se me achaca el
crimen que no viví… Autor FELIPE PIRELA. Canción Lo que es la vida.
1970.
Entrevistar a Felipe Pírela no resultó nada fácil. Sus
compromisos artísticos y problemas legales se lo impedían, hasta que una noche,
me estacioné cerca de su camerino, al finalizar su recital de boleros y dejar
atrás su fans, me dijo: “Vamos pues, tú has sido muy
perseverante, tienes suerte que estoy de buen ánimo, no concedo entrevistas porque
terminan cambiando lo que uno dice, pero sé que vas a respetar mis palabras,
tienes buen talante y además eres maracucho. Te invito a unos tragos de cortesía. Así que
frente a un vaso de whisky y el humo del cigarrillo comencé a preguntar con la
grabadora encendida. Estaba un poco nervioso, pero el trago me afino mi lucidez
Felipe, ¿Cómo te
sientes? Tienes un aire de felicidad. Me
imagino que es por el respaldo y el calor de tu público, que te aprecia tanto.
Si chico, el calor humano que uno siente al escucharme, es
que se identifican con mis boleros y la sonoridad romántica de mi voz. Es una
de las mayores satisfacciones que he disfrutado en esta vida, uno se debe a su
público que lo admira y lo quiere. Vez que no se conforman en comprar mis
discos sino que asisten a donde quiera que me presente. Lo que ellos no saben
es que cuando uno se baja del escenario, que las luces se apagan, soy otro
cualquiera, con sus problemas, desarreglos, tristezas y dolores del alma.
Eso se parece mucho a
la letra de una canción que interpreta Héctor Lavoe, llamada “El Cantante”. Que
le queda perfecta, y se la compuso su pana Rubén Blades
Esa historia me la conozco. Cuando hablaba me acorde
inmediatamente de mi hermano Héctor, conocido como “El cantante de los cantantes”. Por cierto hay mucha semejanza entre
su vida y la mía llena de muchas tribulaciones, incomprensiones. No te creas,
esta profesión tiene sus altas y sus bajas, y cuando caes cuesta levantarse de nuevo. Lo que pasa es que
uno se transforma en el escenario,
parecido al teatro vale. Por cierto le agradezco mucho que me haya dedicado un
disco integro “RECORDANDO A FELIPE
PIRELA” en el año 1979. Héctor no es bolerista, pero como se faja con los
boleros, “AUSENCIA”, entre tantos, es un gran bolero y le queda muy bien. Mira
como dice: “Ha terminado otro capítulo en mi vida/ la mujer que amaba
hoy se me fue/ Esperando noche y día/ Y no se decide a volver/ Pero yo sé que
volverá/ Y si no de penas moriré/ ¿Qué yo he hecho que te hizo partir?/ No sé,
si con el tiempo está herida se sanara… …..Mejor
continua con la entrevista porque me voy a poner nostálgico, esa es una canción
de despecho…
¿De dónde surgió esa
vena artística y romántica Felipe?
Buena pregunta. Déjame decirte que mi madre, Lucia, era un
ama de casa, pero en sus ratos libres se dedicaba al barrio, era muy popular, cantaba,
hacia teatro, escribía poemas y componía canciones. Ella entonaba canciones
como “Perfidia”, “Frenesí”, entonces yo me los aprendía. Es mi madre la que en
todo momento me motivó a seguir adelante porque mi papá no canta ni en la radio
patrulla. Incluso mi viejo constantemente le reclamaba a mi madre su empeño de
yo querer ser artista. Imagínate que a los nueve años debuté en una radio local, allá en Maracaibo. Yo
admiraba y admiro a Alfredo Sadel, era mi ídolo de niño.
¿Y también la época te
favoreció, estamos hablando de la década de oro
en los boleros, la década de los años cuarenta?
Sí, es como tú dices, mi niñez transcurrió en la época
gloriosa del bolero. En la radio y rockolas de los botiquines se dejaban escuchar los temas, voces y
orquestas que harían historia musical. Y más en el barrio “El
Empedrao” de la Parroquia Santa Lucia. Déjame decirte que si no hubiera
sido cantante, no habría sido nadie porque desde pequeño soñaba con el
canto.
¿A qué edad debutaste
como cantante? Corrígeme si estoy equivocado, fue con la Orquesta de Billos.
Ya va… espérate un poco, no vayas tan de prisa, con la Billos
era el cantante más joven de Venezuela, pero yo comencé mucho antes, permíteme
contarte esta anécdota que muy pocos
saben. Hay una experiencia bonita de familia, teníamos un grupo con mis
hermanos y compañeros del barrio, tocábamos con potes, la trompeta era un
periódico enrollao. Edgar, mi
hermano tocaba el bongo y cantaba guarachas y yo cantaba los boleros. Recuerdo
que el bolero que más cantaba era “Desesperanza”
de María Luisa Escobar, esa es una
pieza bellísima, todo un poema. Tenía siete añitos. Ahora mi debut fue en la emisora Ondas del Lago, una de la
más importante del Estado Zulia. Así que les gustó mucho y conseguí presentarme
en varios programas de radio. Todo eso era gratis, pero me interesaba la
promoción y que me escucharan. De ahí adelante no pare de cantar, terminé el
sexto grado y ya mamá sabía que no iba a seguir estudiando. Lo que más me
interesaba eran las novedades musicales que ofrecían por la radio en las voces
de Alfredo Sadel, Mario Suarez, Los Panchos y otros. El estilo de Lucho Gatica era fenomenal, sobre todo en aquella canción titulada “Sinceridad”.
¿Cuándo supiste que
ibas a llegar a la altura de los grandes cantantes, como Alfredo Sadel, Carlos
Gardel, Lucho Gatica, Benny More, Jorge Negrete, Pedro Infantes?
Si tú supieras que nunca me llené de ínfulas por mi capacidad
vocal, más bien siempre tuve temor de caer en mi carrera musical. Sentía que
podía llegar muy alto pero eso no me quitaba el sueño. Lo que quería era cantar
y cantar. Recuerdo que mi abuela me enseñaba una foto de Jorge Negrete y me
decía que iba a ser como él.
¿Siendo un joven que
apenas alcanzaba la mayoría de edad, como te sentías en ese mundo artístico de
la radio y la televisión en medio de grandes orquestas, mujeres y vino?
Fue un gran aprendizaje para mí, yo mismo me imponía una
disciplina para los ensayos, fíjate que ni siquiera pensaba en novias.
Imagínate estar en los programas donde cantaba Sadel, Héctor Murga, Olga
Guillot, Pedro Vargas, Tony Aguilar. Un día Rafa Galindo, el trovador de la
radio, me dio una recomendación para mantener la voz clara, como era no hablar
mucho antes de cantar, nunca dejar de concentrarse cuando se cantaba y sobre
todo no hacer el amor antes de cantar
porque hay un desgaste y las gotas agudas descienden. Yo lo tome en cuenta y
cuando hacia el amor me acordaba de sus lecciones.
¿Qué significó para ti
el maestro Billos Frometa?
Imagínate, era como un padre, me protegía, hacía los arreglos
de los boleros y jamás se me olvidó su consejo que debía ser un bolerista
popular, que me quedaba bien los boleros de despecho y tristeza. Recuerdo que
en el debut con la orquesta canté “No
vale la pena” y tuve que cantarla tres veces. Cuando me baje de la tarima
todas las muchachas querían agarrarme y me halaban por la corbata. Era una
furia colectiva. Esa canción se identifica con mi vida.
¿Pero no te quedaste
solo con esa clase de boleros donde la
infidelidad y el despecho era la clave?
No chico. Eso fue el comienzo, después con la misma Orquesta
canté aquella celebre melodía que todavía se escucha llamada “Puerto Cabello” de Italo Pizzolante, “Quisqueya
del Maestro Frometa. Y después,
independiente canté a ritmo de bolero tangos, rancheras y canciones románticas
del mexicano Armando Manzanero. Nunca quise quedarme en un solo estilo.
¿Hiciste mucha fortuna
Felipe?
Si tú supieras que no. Tuve que mantener a mi familia que era
muy numerosa, es más hubo una época que mi hermano Edgar me administraba
el dinero para que alcanzara. Si vivía
bien y me daba mis gustos pero a quien
le quedaba la mayor ganancia era a las compañías disqueras y las empresas que
nos contrataban. Además de mi propia familia que estaba formando, pero eso es
otra historia. Fíjate que ahorita no tengo casi trabajo y hay una caída en la
venta de los discos. No tengo residencia fija, y me quedo en hoteles, la casa
de mi hermana, casa de mis padres y una pequeña parcela muy modesta que tengo por la carretera vieja Caracas-La
Guaira.
A estas alturas de la entrevista Felipe hizo un alto para ir
al baño. Se veía sobrio a pesar de la media botella de Whisky consumida. Yo
tomaba poco. Lo que me hartaba era el
humo del cigarrillo, pero la conversa estaba tan buena que preferí no decirle
nada para evitar incomodar.
¿Felipe y con tantas
mujeres que te rodeaban en medio de tu fama, como fue que al final te
enamoraste de una adolescente de apenas 14
años?, ¿Puedes responderla? Total eso es del conocimiento público
Si es cierto querido amigo. Eso fue un flechazo de cupido
aquel 18 de julio de 1964. Yo que jamás creí en el amor a primera vista me
envolví en ese romance avasallante para casarme. En un primer momento ambas
familias se opusieron a ese matrimonio, además de los amigos y empresario, pero
nada, ni ella ni yo estábamos dispuestos a desistir, pensaba que era la mujer
de mis sueños. Así que hicimos los preparativos de la ceremonia civil y para el
11 de septiembre de ese mismo año nos estábamos casando. Yo estaba súper
enamorado de esa muchacha y recuerdo que siempre le preguntaba: ¿Sabes ya por lo que tiene que pasar la
esposa de un cantante?”. Y ella me
respondía: “Ni celos ni escenas, mucha colaboración para que triunfes es lo que
quiero” Para mí eso era la clave,
yo la sentí muy dócil y comprensiva.
Perdona esta pregunta
Felipe. ¿Nunca pensaste que le estabas pidiendo demasiado? Que era apenas una
niña que se había deslumbrado contigo por toda la fama que tenías, pero que en
las exigencias y compromisos tuyos se iba a sentir sola. ¿No resultaba demasiado
pedirle que se amoldara a ti en tus largas ausencias? La vida de los artistas
tiene ese problema. No eres el primero ni serás el último
Aquí Felipe abre los ojos y gesticula con las manos con la
sensación de asombro
Claro, ese fue mi error. Fui un iluso porque en el fondo yo
era un muchacho de 23 años cuando me casé con Marielita. No tenía experiencia con mujeres, era en verdad un
imberbe. Nunca pensé, amigo mío, que las letras de los boleros que cantaba se
iban a parecer tanto a mi vida privada. Llegué a cantar lo que estaba sufriendo
en carne propia. Y fíjate que así como me casé violentamente, así fue la
separación. Casi dos años duro la felicidad matrimonial, después vendría el
calvario que no se lo deseo a nadie. ¿Quién
tuvo la culpa de todo lo que paso? Se pregunta indignado, para responder el
mismo. Fue su madre que la indujo a ensañarse contra mí, Mariela fue solo un
instrumento. Me llegaron a dictar prohibición de salida del país y a retardarme
el divorcio. Pero la gran tragedia fue el negar ver a mi hija Lennis Beatriz que me ama como yo a ella. Eso no se lo
perdonaré jamás. Éramos demasiado jóvenes en ese amor a primera vista. Por
favor no más preguntas de ese naturaleza, ya me quiero ir a descansar, es casi
la medianoche.
En ese momento Felipe se detiene, se levanta de la mesa, lanza unas
bocanadas de humo al aire y toma la palabra como si quisiera hacer una
reflexión más profunda
Ya te dije lo que quería expresar, pero recuerdo que Tite
Curet Alonzo, el mismo que le escribía las canciones a Héctor Lavoe señalaba
que la fama, la más de las veces, atonta cuando no la puedes comprender y haces
cosas equivocadas que se tornan progresivas, es decir irreversibles, a mí me
llegó demasiado temprano, y vamos a ver en los próximos años logro recuperarme, no me voy a detener… Guarda silencio como de no más preguntas.
Está bien Felipe, estoy
muy agradecido de esta entrevista, aparte de gran artista, eres un
excelente persona, familiar y amistoso este encuentro. Y ahora
que tienes la firme disposición de irte del país que te vio nacer, ¿qué le
dices a tu público que te ama y te idolatra?
Mira me voy físicamente, pero FELIPE PIRELA, no morirá jamás. Siempre estaré en las canciones que
cante con el alma, esta es mi tierra, aquí está mi hija Lennis que tanto amo, mi señora madre, quien le debo lo que
soy. Me voy dolido con mucha gente que me dio la espalda cuando más necesitaba
de su apoyo y ayuda, pero así es la vida, no le guardo rencor a nadie. Jamás
pensé que en mi patria los falsos moralismos, las calumnias y mentiras se iban
a volcar contra mí, de la manera infame como lo hicieron. Ni siquiera el presidente Rafael Caldera respondió
una carta que le envíe en los momentos más difíciles de mi vida. Deje una
canción que pido sea tomada en cuenta de lo que soy, su título: LO QUE ES LA VIDA, grabada el año 1968.
Estoy convencido que la historia resarcirá mi nombre. Y te agradezco publicar
este entrevista cuando te enteres que estoy en San Juan de Puerto Rico, antes
no.
Eran las dos de la
mañana, el ambiente silencioso y solitario, y la voz de un hombre muy joven, casi apagada y melancólica, despidiéndose y llamando a un taxi.
Fuente consultada: La Universidad de La Vida/ Luis Ugueto: LO QUE ES LA VIDA: FELIPE
PIRELA.