sábado, 6 de febrero de 2016

LA LUCHA DE CLASES EN PLENO SIGLO XXI. Por Angel Gustavo Cabrera

LA LUCHA DE CLASES EN PLENO SIGLO XXIPor Angel Gustavo Cabrera

“Hay que repensarlo todo. Debemos volver a empezar. La noción de metamorfosis es más rica que la de revolución”. Edgar Morín.



“La izquierda necesita un nuevo paradigma. El marxismo-leninismo ha fracaso estruendosamente. Rusia se vino abajo, Cuba sobrevive apenas. Fidel Castro no tiene mensaje para la juventud. Ni la Revolución Cubana tiene mensaje, no cuenta para nada. Es un anacronismo.” Domingo Alberto Rangel

En aquellos tormentosos años setenta, siendo un imberbe adolescente,  en las marchas y manifestaciones gritábamos “la lucha es de clases, de pobres contra ricos”. El pensamiento revolucionario y de izquierda venezolano estaba  impregnado del dogma marxista  según el cual  “la historia de las sociedades era la historia de la lucha de clases, del proletariado contra la burguesía y sus lacayos”. Toda nuestra formación política era de índole marxista, en lo cual lo más importante era repetir palabras y conceptos que definían a un militante revolucionario: Plusvalía, explotados y explotadores, Oligarquía, Burguesía reaccionaria,  proletariado,  lucha de clases, División social del trabajo, Socialismo, Comunismo, Capitalismo, etc.  Además teníamos como referentes a la revolución soviética, china y la más reciente la cubana. Les rendíamos culto a nuestros líderes y obedecíamos las órdenes  del partido como un mandato irrevocable.  Eso pasó en la Venezuela de aquellos años,  soñábamos con tomar el cielo por asalto, desatando la violencia armada contra la burguesía y sus gobiernos entregados al Imperio Norteamericano y tomando el poder político para construir el socialismo. Eso no fue posible, el proceso armado fue derrotado, y todas las organizaciones políticas terminaron en diferentes momentos  participando en las luchas políticas y sociales dentro del juego democrático-representativo, pautado en la Constitución de 1961. Fue así como el Teniente Coronel  Hugo Chávez Frías llega al poder por la vía electoral y  después del  fraguado golpe cívico-militar del año 2001 se declara socialista, forma un partido de tendencia comunista, se erige líder único desarrollando un culto a la personalidad  que superaba al presidencialismo de los últimos  cuarenta años, con una variante al  señalar que estaba   construyendo el socialismo del siglo XXI y que era diferente a todas las experiencias conocidas. Sin embargo el accionar político y económico copió los modelos existentes, tales como expropiaciones, control  de los medios de comunicación, partido único, estatización de empresas privadas, culto al líder único, división de la sociedad entre escuálidos y chavistas, persecución y control político, etc. Se autoproclaman de izquierda y los enemigos los ubicaba en la derecha.  Así que las terminologías marxistas se presentan  en sus discursos y praxis política de Chávez y sus dirigentes, del cual una de las que más gusta  es la relacionada con las clases sociales  y por consiguiente la lucha de clases. Por supuesto los chavistas aparecen como los salvadores y protectores del pueblo y sus trabajadores contra sus enemigos, la burguesía apátrida  que odian a los pobres. Y solo ellos están llamados a defender y luchar por ellos. Todo esto extraído del dogma marxista-leninista


Hay varias premisas que quiero analizar, someramente,  sobre el tema en cuestión: Existe una gran diferencia entre la lucha de clases sociales para el siglo XIX en los orígenes del capitalismo y el siglo XXI. Para aquel entonces estaba surgiendo el capitalismo y existía una clase obrera súper explotada y vivía en condiciones miserables, de allí que Marx crea la tesis de la lucha de clases como motor de la historia. Pero en el transcurso del siglo XX sucedieron grandes cambios en los países altamente industrializados no solo desde el punto de vista tecnológico y progresos en  las relaciones patrono-proletariado,  sino que,  los trabajadores se organizaron en sindicatos y movimientos  organizados y conquistaron,  a través de sus luchas importantes reivindicaciones económicas y de trabajo. Y aunque Marx pensaba que las revoluciones comunistas se darían en estos países, no fue así. La Unión Soviética, China y Cuba, eran países con economías semi-feudales,  con mano de obra campesina y no proletaria, sin desarrollo industrial y fue allí donde triunfaron las revoluciones comunistas,  las cuales desplazaron a la burguesía y se instauraron nuevas clases dominantes, conocidas como la nomeklatura, clase burocrática del Estado que  reprimían  a los trabajadores y le negaban  el derecho a  organizarse en sindicatos. Recuerdo como en el año 1984 los trabajadores polacos tuvieron que organizarse en un sindicato independiente denominado SOLIDARIDAD  en abierta confrontación contra el gobierno Polaco y la URSS, exigiendo ser reconocidos como sindicato anti-patronal  y demandado un conjunto de reivindicaciones. Este desafío contó con  el respaldo internacional  y el rechazo a la intervención soviética. Esto demuestra que esos países, sus dirigentes identificados  con la causa comunista, jamás acabaron con las clases sociales y más bien los trabajadores soportaban regímenes de esclavitud, con ausencia de derechos. Así lo señala Fernando Claudin, un comunista español de vieja data, decepcionado de lo que sucede en los países del este: “En las postrimerías del siglo XX frente a la crisis de la civilización capitalista, se observa que han alumbrado, del  Elba al Pacífico, una nueva forma de esclavitud social, donde los trabajadores están privados, frente a un  Estado omnipotente, de todo instrumento legal de defensa y control. La liquidación de la propiedad privada capitalista no ha abierto paso allí a la propiedad y gestión social  en sentido socialista- sólo  concebibles en el marco de una sociedad organizada democráticamente-  sino a un poder calificado, con acierto, de  <<totalitario>> por detentar el monopolio absoluto de los medios de producción, de la fuerza de trabajo, de todos los aparatos económicos, informáticos, culturales, ideológicos; por excluir cualquier tipo de actividad social independiente, cualquier forma de libertad y democracia. La facultad de decisión está concentrada en una reducida oligarquía –cuando no es un dictador carismático – de altos funcionarios del Partico Comunista, el partido que ha creado y regenta este Leviatán burocrático” Fernando Claudín. La  oposición en el <<socialismo real>> 1981.    


Basta esta larga cita para demostrar la gran tragedia de los trabajadores y apreciar como la lucha de clases no se termina con el comunismo. Y mucho más ahora  cuando están de regreso hacia el capitalismo abiertamente.

¿Significa  esto que la lucha de clases fue un invento de Marx que ya no tiene vigencia? ¿Qué papel juegan los trabajadores en la sociedad capitalista? ¿Han dejado de ser una clase social? ¿Y los empresarios que rol les corresponde? ¿Qué debe pasar en este siglo?

El siglo XXI tiene unas características importantes: Primero, en los países industrializados ya el proletariado se ha reducido por la tecnificación de la producción y por tanto la demanda de mano  obra es calificada; Segundo, la formación de trasnacionales traslada el problema a países subdesarrollados y de economías que dependen del mercado internacional, con la presencia de una fuerte mano de obra y grandes masas depauperadas, ejemplo de Brasil, México, Colombia, Argentina; Tercero, el caso de los países comunistas, ahora capitalistas, siguen en las mismas condiciones de explotación anteriores, sólo que ahora hay patronos independientes del Estado.  Cuarto, la lucha de clases no se extinguirá en el mundo globalizado pero  tampoco se plantea acabar con el empresariado burgués,   porque la utopía comunista resulto un fracaso. En todo caso la igualdad social resultó un mito, lo cual no quiere decir que las luchas de clases  se extingan, ellas seguirán marcado el ritmo dialectico del mundo capitalista, ahora globalizado y Quinto, esa masa depauperada que observo Carlos Marx y Federico Engels en Alemania y Europa para finales del siglo XIX, en la actualidad,  es posible que se manifieste en países del Continente Oriental y Asiático,  y probablemente las luchas de los trabajadores sea por reivindicaciones ya conquistadas en muchos países occidentales. 

En el caso venezolano el capitalismo es una realidad tanto del sector privado como del sector estatal, existen burguesías de ambos lados, que en la actualidad buscan ponerse de acuerdo en su rol de dominación social. De tal manera que cuando uno escucha a Diodado Cabello, a Nicolás Maduro, Aristóbulo Isturiz, hablar de lucha de clases, uno se pregunta ¿A quién pretenden engañar? Si forman parte de una elite política burguesa, son  representantes del capitalismo estatal en contubernio con un sector de la burguesía criolla.  

                                                             Creo, para finalizar, que a los trabajadores del mundo no les queda otra alternativa sino mantener su independencia  del patrón, sea estatal o privado, luchar por sus intereses económicos  y sociales sin dejarse atrapar por los viejos dogmas marxistas. Su futuro lo ubica en grandes luchas históricas por un nuevo modelo civilizatorio que le corte al capital su preeminencia absoluta  y cese el industrialismo contaminante del planeta.