“El primer juicio militar que me
abrieron fue el premio de mi silencio; el segundo es el precio de no aceptar
mordazas…” Diego Salazar
“Hasta cuando seguir gritando que
jamás abandonaré mi capa de insurgente/ Hasta cuando si desde siempre mis
cartas están sobre la mesa”. Víctor
Valera Mora.
“Diego siempre fue así, un luchador,
un soñador, un amigo, un hermano y todo lo decía con una ternura
extraordinaria”. Ramón Elías Morales
Rossi
“Hay hombres que luchan toda una
vida, esos son los imprescindibles”
Bertolt Brecht.
“Diego Salazar (Padre) fue un
distinguido combatiente, fue el primer guerrillero urbano de Caracas, hizo las
mejores operaciones militares como guerrillero”. Douglas Bravo, ex comandante guerrillero del
Partido de la Revolución Venezolana. Semanario “La Razón”. 10/12/2017
La noticia más sonada de estos días es la captura de varios
personajes ligados a PDVSA, entre ellos un tal Dieguito Salazar, que según ha
acumulado fabulosas cantidades de dólares en la banca internacional producto de
lavado de dólares y alguna cantidad que sustrajo de las arcas de PDVSA. Parece
ser que este señor vino a una fiesta el fin de semana y lo pusieron preso sin
aviso y sin protesto. Después vendrían las averiguaciones. Este procedimiento
también lo hicieron con Eulogio Delpino, presidente de PDVSA y otro
representante de la compañía estatal. Lo tenían muy guardado el procedimiento,
lo que no les dio tiempo a huir del país. Ahora falta saber si Rafael Ramírez,
nuestro representante en la ONU hasta hace poco, el zar de PDVSA roja rojita,
las tiene bien puesta y se viene a Venezuela para defenderse de todo lo que se
dice de él y su entorno. No puedo estar en contra de toda esta limpieza que
se pretende hacer en la corrupción más
escandalosa de los últimos tiempos, pero advierto, y ellos lo saben, la lista
es larga y huele más a intereses políticos y rivalidades de grupos que el
saneamiento de la administración pública, porque a decir verdad no quedaría ni
uno de ello. Por lo pronto Rafael Ramírez desde algún lugar ha declarado que se
le pretende cobrar sus posiciones políticas y recomendaciones hechas al alto gobierno en materia económica,
además que estuvo en contra de la violación a la Constitución Nacional en el
nombramiento de la Asamblea Nacional Constituyente. Hay algo más que no va a
revelar. Aquí se acabó el mito de que por ser de izquierda no se iba a
enriquecer a costa del erario público.
Sin embargo después de hacer este preámbulo, lo que me lleva
a escribir este artículo es el editorial de El Nacional de fecha 7 de Diciembre de 2017 titulado: ANDORRA TE DA SORPRESAS. Entre amigos y
viejo amores. Observo que el tratamiento está elaborado con mala intención,
porque si bien es cierto que tienen suficiente información acerca de Rafael
Ramírez y su entorno familiar, con respecto al padre Diego Salazar se refieren
escuetamente y hasta de manera
despectiva. Veamos: “De Diego Salazar,
el padre, se sabía que sobrevivía vendiendo pólizas de seguro, oficio que enseño a su hijo, quien
si supo verle el queso a la tostada”. Considero que DIEGO SALAZAR Padre fue algo
más que eso en su noble y aguerrida
existencia, entregada a la verdadera causa revolucionaria y en segundo lugar su
nombre no puede ser enlodado por lo que haya hecho su hijo. Son dos
generaciones distintas. Diego Salazar muere en mayo de 2003 cuando el proceso
revolucionario apenas estaba comenzando y todavía no se pensaba en la
degeneración y perversión que ha dado como resultado, ya prácticamente
irrecuperable. Esto que estamos viviendo no es más que una dictadura fascista,
abyecta y criminal, de lo cual dudo mucho que DIEGO SALAZAR Padre pudiese apoyarla de estar vivo. Aún más Diego
Salazar Padre provenía de familia con recursos económicos y jamás se interesó
por el bienestar personal. En relación a su hijo, que no conozco, es otra
historia e insisto es absurdo endilgarle sus malos pasos al Padre.
El 24 de mayo de 2003 publiqué en El Periodiquito un artículo
de opinión breve titulado: DIEGO SALAZAR que paso a
transcribir de manera íntegra para que se conozca verdaderamente a este
personaje:
“Conocí a este personaje en la década de los
años setenta cuando arreciaba la lucha social contra el bipartidismo
adeco-copeyano y su más cruenta represión. La democracia burguesa dependiente
se había quitado la máscara develando su horrible rostro. Saldo altísimo de
asesinatos y torturados políticos, corrupción y reparto del poder bajo el
clientelismo partidista y las cúpulas CTV-Fedecámaras- Fuerzas Armadas,
demagogia y populismo electoral, economía dependiente e hipertrofiada.
Diego Salazar estaba doblemente
preso en el Cuartel San Carlos, por sus ideas subversivas militando en el PRV
que dirigía Douglas Bravo y un juicio que se le abrió por haber publicado el
libro “Después del Túnel, cuyo tema novelado es la gran fuga del Cuartel San
Carlos en el año 1976. Allí lo conocí, de talante jovial, sencillo, una sonrisa
de muchacho bueno, como si no estuviera preso y la libertad la llevará en el
corazón y en las ideas. En el año 1979 escribe su segundo libro desde el
cautiverio impuesto por el régimen despótico de Carlos Andrés Pérez, titulado
“Los Últimos días de Pérez Jiménez donde
relata el ocaso de esa dictadura y la bestialidad contra el pueblo y sus
dirigentes. Cuenta Diego, que apenas tenía 17 años, estudiante universitario y
su participación activa contra la tiranía lo llevaron a prisión y a sufrir el
tormento de las torturas en los calabozos de la Seguridad Nacional. Escribe
Diego Salazar en la última página de su libro, desde la prisión: “quieren cobrarme ni firmeza, mi moral a toda prueba,
mi condición de preso irreductible, el hecho de que no han podido doblegarme,
de que no me arrodillo ni pido clemencia, ni me duelo de mi prisión que llevo
con orgullo, porque es el precio de no aceptar mordazas en la escritura”. En
este hombre no hay derrota ni fracaso porque toda la vida es una lucha.
Deje de verlo en la diáspora del
PRV hasta que lo vi en un bautizo de un libro de Douglas Bravo, en el Ateneo de
Caracas, donde me obsequio una nueva edición de “Los últimos días de Pérez
Jiménez” y me escribió una escueta nota:
“Para Gustavo Cabrera con mi abrazo profundo y nuestra hermandad eterna.
29-01-1998. Diego Salazar es esos personajes, como Mandela, que salen de
prisión y no se llenan de odio, venganza ni rencor como arma política. Muchas
veces lo vi por televisión defendiendo sus posiciones políticas e ideológicas
frente al adversario sin molestarse o expresar rabia. Su pasta noble e hidalga
no se lo permitía”.
Lo triste y lamentable de esta historia vivida y sufrida es
que se está repitiendo
con nuevos actores y una mayor pesadilla. Y
cuando hablamos de presos políticos, hambre, miseria, represión, torturados, desaparecidos, jóvenes
asesinados, liquidación de la protesta, corrupción administrativa espantosa, etc. No estamos en el pasado sino en el presente.
Ese ropaje rojo rojito que exhiben representan al fascismo de Stalin, de Fidel
Castro, y que hoy sus banderas las recoge en este continente Raúl Castro,
Nicolás Maduro y todos sus acólitos. Por supuesto que nos duele que su hijo, que lleva su mismo nombre, haya tomado la senda corrupta del gobierno
actual y no la consecuencia revolucionaria y sobre todo honesta de su padre.
Aunque los tiempos hayan cambiado, y el comunismo -socialismo
se convirtió en reaccionario, los
ideales de justicia, democracia y libertad son eternos. Que descanse en paz
nuestro amigo y camarada Diego Salazar. “La
única palabra valedera es la conducta”.