EL MUNDO TRAS UN BALONPIE. Por Angel Gustavo Cabrera.
A Ibrahim Cabrera,
amante del futbol, hoy en tierras de Messi.
El alma no alcanza para ganar una batalla
“Cuando los héroes numerados saltan a la cancha, lo que está
en juego ya no es un deporte. Alineados en el círculo central, los elegidos
saludan a la gente. Solo entonces se comprende la fascinación atávica del
futbol. Son los nuestros. Los once de la tribu” Escritor Juan Villoro. Tomado del libro “Espejo retrovisor”
“De la ciudad del interior pasa a un club chico de la capital
del país; en la capital el club chico no tiene más remedio que venderlo a un
club grande; el club grande,
asfixiado por las deudas, lo
vende a otro club más grande; y finalmente el jugador corona su carrera en
Europa” Escritor uruguayo Eduardo
Galeano. “Futbol a sol y sombra”.
DIOS DEL FUTBOL. Sus templos/ se han diseminado/ a lo largo
del planeta./ Algunos son inmensas/ catedrales/ en los que grandes sacerdotes/
practican acrobacias/ y renuevan los pases/ y los ritos./ Cada movimiento,/
Cada signo,/ vale su tiempo/ en oro./ En los templos/ pequeños,/ de los pueblos
lejanos,/ a tres mil metros/ sobre el nivel del mar;/ o en el corazón/ de tristes
barriadas,/ callampas o favelas,/ en la orilla de la opulencia,/ los niños le
rinden su tributo,/ sueñan con el oro prometido/ y los grandes iconos/ que
aparecen diariamente/ en las tres páginas/ dedicadas a este dios/ que nunca
pasa de moda./ Le llaman en todas las voces/ de todos los idiomas,/ el más
popular,/ el más querido./ Pese a todo,/ algunas veces,/ en la esquina del
corner,/ el dios del fútbol/ llora con tristeza/ la humilde desventura/ de
residir en negros toperoles. Poema
escrito por Fredy Gambeta. Tomado de Revista Literaria EN ANCAS. 1977. Caracas.
Sin lugar a dudas que cada cuatro años el futbol ocupa la
atención mundial. Es una fascinación atávica y hasta genética que contribuye a
centrar la emoción en una pelota en
juego. Son once jugadores en el terreno que vibran tras el balompié, uno
de ellos es el guardameta que debe impedir cueste lo que cueste que el
balón entre en su arquería. Lo esencial lo ponen los jugadores y sus múltiples
combinaciones que deben hacer entre los
integrantes del equipo utilizando todo el cuerpo menos brazos y manos. Nunca
faltará el jugador con mayor destreza en la jugada y considerado el
imprescindible para colocar el balón en
la portería contraria, pero el juego no
depende de un solo jugador por muy talentoso que sea. Por otra parte en este
espectáculo están los llamados hinchas o fanáticos que le ponen esa energía
viva y festiva, la cual corona con una
inmensa alegría o amargura ante el gol o una buena jugada o un error nefasto
que ocasione un penalti. El escritor uruguayo, ya fallecido, Eduardo
Galeano dice que un estadio solo con los jugadores no es nada sin la
fanaticada que colma de energía vibrante el ambiente, el rugir de las voces es
vital. Un hincha puede salir descorazonado del
estadio o sumamente contento. Igual pasa con los miles de millones de personas que siguen las
incidencias en vivo por televisión, aunque es obvia la diferencia. Estar físicamente
en los estadios es sentirse protagonista, es aupar a sus ídolos. Los mundiales de fútbol se han convertido en
una gran empresa de pingues dividendos mercantiles.
En estos tiempos posmodernos la globalización y el mundial de
futbol 2018 se dan la mano y nada más y nada menos que es Rusia, país
calificado de comunista, quien abre sus puertas para servir de sede a LA COPA MUNDIAL DE LA FIFA. Lo que
muestra las cámaras son unos estadios majestuosos, arquitectura moderna, al mejor estilo burgués de la controvertida sociedad que recién se
incorpora al capitalismo. Llama la
atención las pantallas horizontales que rodean las canchas de futbol mostrando
marcas empresariales trasnacionales como
Coca Cola, Adidas, M Donald, Powerade, Airways, Kia Motors, etc. A Rusia le interesa mostrar su nuevo rostro
por los beneficios económicos ante un evento de factura mundial. Cada día son
más de 100 mil espectadores venidos de
todas partes del planeta que pagan sus
entradas, y de la ciudadanía rusa solo las elites tendrán acceso a los
lujosos estadios. Son situaciones antagónicas
que el espectáculo y la publicidad oculta. Atrás, en el siglo XX, quedaron sepultados millones de víctimas,
sueños y esperanzas de un experimento comunista
fracasado, y lo más triste es el regreso al mismo
punto contra lo que se luchó, la sociedad capitalista. Precisamente la posmodernidad tiene esa
particularidad, convivir con el pasado que regresa por sus fueros. Pero ese es
harina de otro costal que no corresponde a este trabajo.
El futbol es mundial y tiene su acervo cultural e histórico
desde tiempos inmemoriales. Está desplegado en los cuatro continentes más importantes,
en la diversidad de países y regiones. Esta nueva edición de LA COPA MUNDIAL, acoge a 32 países participantes, productos de las
eliminatorias y las diferencias entre bloque de países de un continente a otro. Recordemos, también que en el caso de Europa
este deporte es conocido como “la industria del futbol” que cotiza muy bien a
sus jugadores y mantiene clubes y ligas
de fútbol de alta exigencia. Esto hace que muchos futbolistas profesionales de
otras naciones terminan emigrando al fútbol europeo, por su alta rentabilidad.
Son jugadores de alto rendimiento, prestado para un espectáculo mundial. Es
triste decirlo pero en los mundiales se ven como máquinas que combinan una
pelota para hacer goles. Que piensa, por ejemplo LEONEL MESSI, de la selección argentina de las derrotas sufridas.
Alguien le interrogará sobre su estado de ánimo, que piensa de ese uso
desproporcionado de su nombre en las franelas convertido en una mercancía y la propaganda que lo coloca como el máximo
líder, cuando él sabe que es un trabajo de equipo. Que siente de lo ingrato que
es este espectáculo cuando al perder lo espera la crítica despiadada y el olvido. Eduardo
Galeano señala que “el futbol es un deporte que ha sido instrumentalizado
por la política de los mercados financieros”, y esto lo sufren los jugadores y
mucho más en este siglo XXI que los cambios son más acelerados, distinto a los
inicios del fútbol cuando surgió nuestro amado PELE
Volviendo al Mundial de Fútbol 2018, ya están definidos los
equipos de los Octavos de final, para la penúltima fase. Se observa mucha violencia
y atropellos entre los jugadores en las competencias, por lo cual creo que las tarjetas amarillas y
rojas están marcado record con respecto a los eventos anteriores. Igual pasa
con algunas decisiones infaustas y parcializadas de los árbitros principales, aunque ahora
están sometidos al llamado Video de Asistencia al Árbitro, conocido con las
siglas . Una suerte de ayuda
tecnológica para precisar mejor algunas situaciones de juego que ameriten mayor
precisión. A pesar de estar eliminado Alemania, Argentina, España, Dinamarca y
Suiza, que eran grandes favoritos para llegar hasta el final, sin embargo
todavía quedan grandes colosos del fútbol mundial, esperando que esta edición
mundialista siga deparando sorpresa para los cuartos de final, subcampeón y
campeón mundial. No me atrevo a pronosticar el ganador de la copa pero si me gustaría
que Uruguay se titulara campeón mundial. Hasta ahora, a mi parecer, ha hecho un
juego excelente.
Ojala que en los próximos años emerjan nuevos jugadores, que
nazcan nuevos equipos, escuelas de fútbol y ligas amateur y profesional donde
los aspirantes de los barrios, de las favelas, de las zonas populares, tengan
más oportunidades y que puedan cambiar muchas de las condiciones actuales,
especie de embudo que termina tristemente en el salto de pocos al mundo
europeo, como la gran meca mundial del fútbol.