domingo, 30 de mayo de 2021

ALBERTO FERNANDEZ: ENTRE DICTADORES TE VEAS

 

ALBERTO FERNANDEZ: ENTRE DICTADORES TE VEAS



La Democracia y el Estado de Derecho son la casa que habitamos, y no admite la existencia de sótanos en donde caben las peores prácticas y en los que las transparencias irremediablemente se pierden.” Alberto Fernández. Prólogo del  libro “La Justicia acusada”. Agosto 2020.

Se utilizó al sistema democrático,  que estaba herido, se aprovecharon elecciones, partidos políticos, medios de comunicación, una industria petrolera para conquistar el poder y luego destruir la democracia y mutar en un Estado criminal que ha desgarrado a los venezolanos”. David Smolansky, Comisionado de la Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados. 27 de mayo de 2021.




“La demanda contra Venezuela ante el CPI que el gobierno argentino le retiro el apoyo, incluye: 131 asesinatos en manifestaciones, 8.292 ejecuciones extrajudiciales, más de 12 prisiones arbitrarias, 289 casos de tortura, 192 casos de violación, al menos 6 casos de desapariciones.” Santiago A. Canton. Director de Derechos Humanos de RFK Human Rights.



Ciertamente, como dice una canción la vida te da sorpresas, sorpresas te la vida”, desde que  llegué a Buenos Aires en marzo de 2020, me causó una impresión muy grata las intervenciones del Presidente Alberto Fernández, por televisión y sus declaraciones en  los periódicos nacionales. Se notaba un dirigente político mesurado, de buen tono de voz y equilibrado. Un cabal demócrata,  enfrentando una pandemia con medidas acertadas y sin aprovechar la coyuntura para hacer proselitismo político. Siempre he pensado que el rol de un Presidente de un país es clave para los ciudadanos, sobre todo si estamos en  un país democrático, de lo cual el presidente  no representa los colores de su partido sino de la pluralidad nacional. Sentía una diferencia de 180 grados con mi país Venezuela, que atraviesa por la peor situación política, económica y social, jamás conocida desde que somos República independiente, por allá por 1830. Inclusive, da hasta vergüenza al establecer comparaciones, no solo con Argentina, sino con los países democráticos  de América Latina. Además que veníamos de cuarenta años de gobiernos democráticos, salvo algunas escaramuzas que no pertenecen a este análisis. La época de las dictaduras quedaba para la historia, a diferencia de Argentina que tuvo una recia dictadura militar desde los años 1976 y 1983. De tal manera que los argentinos saben lo que es vivir en dictadura con desaparecidos, torturados, libertades ausentes, persecución y control político.



Pero mi impresión inicial se ha venido derrumbando y lo que queda es una horrible mueca de un dirigente político parcializado, antidemocrático, populista, sin autonomía, entregado a los designios de La Campora y de Cristina Kirchner que tienen lazos internacionales  con las dictaduras del Continente latinoamericano,  estamos hablando de  Cuba y Nicaragua. Sabe Fernández que hay una gran diferencia entre Chávez y la dictadura sangrienta de Maduro.  Y para  sorpresa es que el Doctor Alberto Fernández es profesor  de Derecho Penal de la UBA y conoce de leyes y procesos judiciales en sociedades democráticas. En un prólogo de un libro señala: “Citando la Reforma de 1994,  uno puede pensar entonces que después de tan traumática experiencia y recuperada la república, la división de los poderes comenzaría a funcionar a plenitud. Sin embargo esto no ocurrió. La influencia del poder político sobre el judicial se manifestó una y otra vez, buscando la legitimación de las decisiones tomadas por el gobierno o la protección de los funcionarios, cuya conducta era cuestionada.” Alberto Fernández. Prólogo del libro “La Justicia acusada”. Agosto. 2020. Alberto Fernández se refiere a la traumática dictadura militar y lo difícil que resultó recuperar la democracia y todo el andamiaje legal que había que montar para su protección y estar pendiente de gazapos antidemocráticos, protectores de corruptos, entre otros. Tiene claro las diferencias antagónicas entre democracia y dictadura y peor aún sabe que en Venezuela el sistema democrático se perdió definitivamente con Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Tan es así, que su país desde 2017 suscribió EL GRUPO DE LIMA, Foro Regional de 13 países (Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y otros, los cuales plantean una salida democrática a la crisis social, política y económica de Venezuela. Estamos hablando de un Presidente  que avaló  las acusaciones contra la dictadura de Maduro por crímenes de lesa humanidad, que actualmente se tramita en la Corte Penal Internacional de la Haya, y de lo cual  reconoce que acompaño a la Alta Comisionada Michelle Bachelet en el informe que se introdujo en La Corte Penal Internacional (CPI).




Sin embargo observamos que de la noche a la mañana lo vemos  prisionero de un sector de la coalición interna izquierdista, decidiendo  traicionar sus propios  principios, sagrados del derecho y la justicia,    entregándose  a la lealtad de la Vicepresidenta Cristina Kirchner. La irreversible decisión de retirarse del Grupo de Lima, de eliminar  el apoyo a la demanda contra Nicolás Maduro y dirigentes del chavismo por crímenes de lesa humanidad que se tramita en la Corte Penal Internacional, a través de sus representantes internacionales, así lo confirma. La gota que derramó el vaso  fue las infelices declaraciones de Alberto Fernández cuando la semana pasada opino que “el problema de los derechos humanos en Venezuela estaba desapareciendo”. Estas absurdas declaraciones causan estupor ya que recordemos que los crímenes de lesa humanidad no prescriben y el INFORME BACHELET de 2019 no miente, es claro y argumentado al señalar: “ejecuciones extrajudiciales y torturas, en la mayoría de los casos se  sometió a las mujeres y a los hombres detenidos a una o más formas de tortura o trato o pena cruel, inhumana y degradante, como la aplicación de corriente eléctrica, asfixia con bolsas plásticas, simulación de ahogamiento, palizas, violencias sexuales, privación de agua y comida, posturas forzadas y exposición a temperaturas extremas”.




Investigando la historia  de Argentina en relación a la última  dictadura militar, vemos que Graciela Fernández en un artículo de opinión  publicado en el Diario Clarín del domingo 30 de mayo de 2021 titulado “El caso Venezuela: ¿Crímenes de lesa humanidad que desaparecen? señala algo importante como para ver las contradicciones. Ella escribe: “Después de recuperada la democracia, el gobierno Argentino procedió a juzgar a los máximos responsables del terrorismo de Estado acusados de haber propiciados o cometido asesinatos, desapariciones, ejecuciones sumarias, torturas y apropiaciones de niños hijos de algunas de las víctimas… En 2003 y 2005, durante el gobierno de Néstor Kirchner, siendo Alberto Fernández su Jefe de Gabinete se invocó la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad, se anularon los efectos de los procedimientos que los habían interrumpidos y se reiniciaron los juicios que continúan todavía”. Entonces uno se pregunta a la luz de los horribles hechos ocurridos en Venezuela: ¿Ya no hay nada que reclamar en materia de los derechos humanos? ¿Cómo quedan los familiares de las víctimas como si no fuera pasado nada? ¿Qué sentido tiene entonces las Madres de la Plaza de mayo? ¿Por qué el sectarismo aberrante de los izquierdistas argentinos termina imponiéndose? ¿Ya se le olvido su juramento ante la Dama Ciega del equilibrio de la Justicia en la Academia?;  ¿La justicia es para uno y para otros no existe? El “Nunca Más” es un latiguillo en la conciencia del Doctor Alberto Fernández.



Le recuerdo al Señor Presidente de Argentina que en Venezuela sigue incólume la dictadura criminal. Que los actores que provocaron esos asesinatos e hicieron triza a la Constitución siguen gobernando y que los motivos  por lo cual se produjeron las protestas desde 2014 en adelante  siguen, más aún han empeorado: Población diezmada, sin comida, la migración crece de manera exorbitante, los presos políticos siguen en las cárceles sin juicios preliminares y con acusaciones infundadas, un presidente ilegitimo, usurpador del cargo con un TSJ impuesto por la dupla Maduro-Cabello-Padrino. Y para completar una Asamblea Nacional irrita y fraudulenta, sin reconocimiento de los países democráticos.



Y como colofón ahora se comenta que el Presidente de Argentina Alberto Fernández está candidateado para ser un representante plural en la mesa de dialogo dictadura-oposición. Ósea que prácticamente vamos a seguir en la misma, con la experiencia reciente del papel jugado por Rodríguez Zapatero. Como dicen el refrán “No mejora nada el enfermo”.  Pienso que se necesita ser bien lerdo para caer a estar alturas en es esa nueva encerrona de anti-dialogo.  Trampa que seguro está conectada con la asesoría rusa y cubana, que son unos expertos en montar estas mesas de dialogo con cartas escondidas.

Vine a Argentina por poco tiempo y calibro el vaivén de su democracia, sus diatribas y diferencias, la libertad de prensa y expresión, la división de los poderes. Tanto es así que la posición asumida por el  gobierno de Alberto Fernández contribuyo a que varios diputados de diferentes corrientes solicitaron la interpelación del Canciller Felipe Solá para que explique los motivos de ese retiro intempestivo. Facundo Suarez Lastra y Sebastián Salvador, acompañado de una docena de opositores, sostuvieron que “la medida,  encendió las alarmas de quienes defienden la democracia y al Estado de Derecho como  sistema de gobierno y convivencia en el respeto de los derechos humanos y las libertades civiles”.



Hay que dormir con un ojo abierto y otro cerrado. Es la sociedad toda quien debe defender su democracia y el respeto a las libertades ciudadanas.