ENTREVISTA IMAGINARIA
AL PRESIDENTE ISAIAS MEDINA ANGARITA
UN SOLDADO DE LA
LIBERTAD EN VENEZUELA.
Esta entrevista es posible, gracias a su esposa Doña Irma Felizola de Medina, quien le
hizo rogar al General Isaías Medina Angarita que me concediera esta entrevista, ya que había
decidido, desde hace cinco años, no
hablar más de su pasado político, había manifestado que ya estaba en los libros de historia, en las muy
buenas investigaciones historiográficas, además que había escrito un libro Cuatro años de Democracia, donde estaba su legado histórico, no
necesitaba agregar nada más. El General
siempre estuvo recostado en una hamaca, mirando casi siempre al horizonte de un
paisaje vegetal, descansando en una casa de campo prestada por un amigo suyo, y
me hizo prometer que no revelara el lugar donde se encontraba porque estaba de retiro, lo aquejaban algunas
dolencias y lo que deseaba era mucha
paz. El General, recién había llegado de New York donde estuvo residenciado
desde su destierro en aquel año terrible de 1945. Aunque, siempre dijo: “la suerte de Venezuela nunca me será indiferente”.
Después de agradecerle la cortesía, me hizo ver que “fuera
al grano” y que me daba solo una hora para responder las preguntas que
yo quisiera. Pude noté su grado de
bonhomía personal que impregnaba el ambiente.
General, debo
agradecerle a su esposa y a Usted concederme parte de su valioso tiempo para
esta entrevista. Soy de estas tierras andinas y siempre me ha llamado la
atención la importancia histórica de los andinos en el poder, en ese tránsito
del caudillismo a la democracia, de una Venezuela rural a la urbana. Con Ud. se
cierra ese ciclo histórico. ¿Qué me dice al respecto?
IMA.- Joven periodista, Ud. me hace recordar mis años en la carrera de las armas. Le voy a revelar un secreto: Yo admiré a mi padre José Rosendo Medina, no solo por su gallardía y temple en la defensa de la patria en aquella batalla de San Cristóbal en la que perdió la vida, sino sus valores de hombre justo y de pensamiento moderno. De manera que desde muy chico jugaba a ser soldado, extraía uniformes de escaparate y baúles familiares, tarareando himnos marciales y marcando el paso como un pequeño prusiano de pura cepa. Así que cuando cursé el 2do año de bachillerato se me planteo de nuevo mis inclinaciones profesionales, y dije: Yo quiero ser militar, y el 09 de marzo de 1912 aparece registrado en la Escuela Militar de Caracas el nombre de: ISAIAS MEDINA ANGARITA de 14 años… Disculpe, que me desvié de su pregunta, pero debo decirle que estas tierras andinas se caracterizan por hombres tenaces y metódicos, disponen de una admirable cabeza organizadora, de espíritu callado y taciturno. Si… es verdad, ha producido caudillos a todo lo largo del siglo XIX, pero fueron necesarios para la gobernabilidad y el ordenamiento de la república. Mire que al mismo Juan Vicente Gómez se le reconoce el aporte unificador del país. Me tocó abrir un nuevo ciclo histórico de la era democrática a partir de 1941, y si no es porque se atraviesa las ambiciones personalistas y golpistas de un reducido grupo, hubiese cumplido mi mandato y el Doctor Ángel Biaggini hubiese completado la magna obra.
¿Cuál magna obra Presidente
Medina?
No creo que no conozca
la historia. Le cuento, En el Congreso teníamos una candidatura de consenso,
que me iba a reemplazar al culminar mi mandato. Aprobada por Acción Democrática y el Partido Democrático
Venezolano, representada en el diplomático de carrera Diógenes Escalante. Así que lo mandamos a buscar de Washington
donde ocupaba el cargo de Embajador de la ONU para que fuera candidato
presidencial y seguro Presidente de Venezuela
por el acuerdo político en el Congreso, lamentablemente se enfermó y tuvo que
renunciar a su candidatura, por lo que propuse al Doctor Ángel Biaggini que gozaba de respeto entre todos y su carta
democrática era indiscutible. Había sido senador por el Estado Táchira ante el
Congreso Nacional de Venezuela y una experiencia de gerente público, que lo
acreditaba para el cargo presidencial, además era un civil que respaldaba los
cambios políticos democráticos que estaban por venir.
¿Pero, disculpe
Presidente Isaías Medina, no se ha
referido a la magna obra?
Tiene razón, lo que sucede es que doy por sentado que ella se
conoce. Entiendo que nada se puede dejar por fuera, y mucho más cuando se trata
de una entrevista. Yo tuve un lema adecuado para ese momento histórico
venezolano: IR SIN PRISA…PERO SIN PAUSA.
En nuestro país estaba todo por hacerse, como señalaba mi amigo y escritor
Mario Briceño Iragorry: “El siglo XX
comienza en 1940”. Había que trabajar por los derechos civiles y las
libertades políticas. Por ello duramente mi gestión se legalizaron todos los
partidos políticos, no tuve ni siquiera un preso político. Se vive en Venezuela
en plena libertad y durante todos esos años no hubo un solo detenido político.
El gobernante ya no es un signo de terror. Yo, por ejemplo, me gustaba andar
sin escolta en los recorridos por el país, de igual a igual con la gente de
todos los sectores sociales….
En eso lo interrumpe su
esposa Doña Irma, para contar una anécdota, muy risueña:
“Una vez estábamos en el cine viendo una película, entonces
alguien a quién él le impedía la visión por su ancha espalda y altura, le toco
a la espalda y le dijo que no lo dejaba ver, y Isaías se rodó. Cuando vino el
intermedio, que prendieron las luces, el señor se quería morir, pensaba que
represalia vendría. Y mi esposo le dijo: “Amigo no se preocupe, Usted tiene
sobrada razón, no tengo la culpa de ser un hombre tan grande y tan fuerte”
¿Según tengo entendido
pudo Ud. armonizar intereses con los empresarios, los campesinos, la incipiente
clase obrera y con los Estados Unidos?
Las directrices estaban claras, siempre con la sinceridad y
la honestidad por delante, mi convicción democrática era inquebrantable, no
solo por formación, independiente a la carrera militar, sino por el reto de
país en construcción que estaba frente a mí. Estaba claro que mi función era
civil por lo tanto me quité el uniforme, una vez que asumí mis funciones
presidenciales. No podía desconfiar de nadie y mi trato con los demás fue de
igual a igual. Forme un extraordinario
equipo de gestión pública con personas probadas, e inclusive con ciudadanos
intelectuales que ya conocía. Te menciono a Arturo Uslar Pietri, a Mario Briceño
Iragorry, Tulio Chiossone, Nicomedes Rivas, Caracciolo Parra Pérez, Alfredo
Machado, Manuel Morán, Eugenio Mendoza, Manuel Silveira, Alejandro Fuenmayor,
Gustavo Herrera, Julio Diez, Ángel Biaggini, Pedro Sotillo, y muchos más.
Todos, estábamos unidos en proyectos, aportes y
nuestra causa era Venezuela. Abrimos la
posibilidad que los trabajadores formaran los sindicatos para el reclamo de sus
derechos laborales. Estaba en aprobada la Reforma Agraria en el Congreso y le había dado su ejecútese para potenciar con justicia
y equidad el trabajo y la productividad moderna en el campo venezolano. Creamos
la Ley del Seguro Social obligatorio, Ley de impuesto sobre la renta, el
proyecto de la Ciudad Universitaria dirigida por el Arquitecto Raúl Villanueva….
Y la relación con los
Estados Unidos. Se dice que la Reforma Petrolera de 1943 causó enemistad con
las empresas petroleras radicadas en Venezuela. ¿Qué me puede decir al
respecto?
Nada más falso. La Nación Venezolana tenía que revisar y ajustar los contratos
petroleros por una cuestión de soberanía y equilibrio en el reparto de los
beneficios, esto significa que El Estado Venezolano podía subir los impuestos y las compañías
tenían que aceptar. Además quedaban sujetos al pago del Impuesto sobre la
Renta. Me reclaman que acepte que las concesiones petroleras a las empresas
extranjeras se prolongaran por 40 años. Es cierto…se procedió de esa manera
porque en cuatro décadas tendríamos un
personal preparado con los adelantos tecnológicos, profesionales y gerenciales
para asumir el manejo de la Industria Petrolera en toda su complejidad, como en
efecto se hizo. ¿Qué los Estados Unidos estaban
contra mi gobierno?. Nada más
falso. La visita oficial que realicé en
febrero de 1944 a Los Estados Unidos fue exitosa. Fui el primer presidente
venezolano que visitó la Casa Blanca y me entreviste con el presidente Franklin Delano Roosevelt e intervine
en el Congreso de los Estados Unidos, donde exprese con claridad nuestra tesis
nacionalista y soberana. Estábamos en las postrimerías de la II Guerra Mundial
y les expuse que nuestro petróleo estará en los campos de batalla a favor de la
democracia. Dije que los tiempos presentes nos llevan a un mayor acercamiento y
que Venezuela estaba con los Estados Unidos, hoy, mañana y siempre en la causa
de la justicia, de la democracia y de la felicidad de los pueblos. También les
exprese que no esperaran privilegios y favores, si con un tratamiento transparente
y equitativo con la protección de un régimen democrático estable. Un armonioso
acoplamiento con vuestros capitales y técnicas con nuestros recursos materiales
y el trabajo de nuestros hombres.
Presidente Isaías
Medina permítame preguntarle: ¿Cómo es que teniendo el apoyo de Los Estados
Unidos, no lo respaldaron oponiéndose al golpe cívico-militar de octubre de
1945?
Estimado amigo periodista, tenemos un problema en la
formulación de la pregunta, pero no importa, no es culpa suya, sino de una
historiografía oficial de tendencia partidista que se ha querido imponer como
verdad ya que la historia la escriben los vencedores, pero los vencidos también
tenemos nuestra verdad. Lo que sucedió
el 18 de Octubre no fue jamás un golpe cívico-militar, porque
de ser así hubiese participado toda las Fuerzas Armadas y el pueblo organizado.
En segundo lugar el gobierno de los Estados Unidos nada tuvo que ver con el
hecho, son especulaciones de algunos historiadores. El Golpe de Estado estaba programado para noviembre, pero por una
delación lo adelantaron para octubre. Ya teníamos presos dos oficiales: Cesar Vargas y Marcos Pérez
Jiménez. Nunca pasó por mí cabeza que existía un contubernio con dirigentes políticos,
y mucho menos de un partido con el cual teníamos buenas relaciones políticas.
La historiografía ha pretendido ocultar que Rómulo
Betancourt jugaba a dos posiciones políticas. Por un lado estaba
comprometido con los congresistas en
favor de impulsar los cambios democráticos el siguiente año con el Doctor Ángel Biaggini, como Presidente
Constitucional, y por la otra conversaba con militares sediciosos como Marcos Pérez Jiménez, Carlos Delgado Chalbaud,….
¿Disculpe Presidente,
porque Rómulo Betancourt, tenía esa doble cara?...
No me interrumpa joven
periodista, que le voy a revelar lo más importante. Rómulo Betancourt, para la historia oficial es reconocido como el Padre de la Democracia, pero eso es completamente falso. El inicio de la
democracia en Venezuela se le debe a Eleazar López Contreras y al proceso de
transición de mi gobierno. Insisto, Rómulo Betancourt ya tenía nexos con los insurrectos porque le ofrecieron presidir la Junta de
Gobierno y tener mayoría. La realidad es que le torció el rumbo a la
democracia, hegemonizó los cambios en esos tres años, inició la politización
del país con la campaña del “adeco
necesario”, manipulando el sistema democrático con el sectarismo sembrado.
Incluso, yo, siempre tuve un celo de no
politizar a las Fuerzas Armadas porque siempre consideré y considero que el
espíritu de las armas debe ser para cuidar la soberanía de la nación, para
protegerla en la construcción de los valores republicano. Ese espíritu
profesional de cuerpo que lo aprendí en la Academia Militar y con el circulo de
intelectuales de Caracas me hizo rechazar esa admiración que le tenía al
dictador italiano Benito Mussolini. Era y soy un demócrata convencido sin dobleces.
La historia así me lo reconocerá. En
cambio Rómulo Betancourt inicio una política de ascensos militares a partir de la obediencia y sumisión
partidaria, de manera clientelar. ¿Cuál
fue la consecuencia de eso? Algo muy
grave, que se perdiera el valor institucional apolítico de las Fuerzas Armadas
Nacionales. De allí que se produce El
Golpe de Estado de noviembre de 1948 contra un Presidente Constitucional
electo por el pueblo. Ya el daño estaba hecho, en nuestras nuevas Fuerzas
Armadas que debían dar el ejemplo.
¿Pero a Usted
Presidente se le cuestionaba que no se ocupó de la modernización de las Fuerzas
Armadas, de mejorar sus salarios y del freno que significaba los militares
antiguos gomecistas, conocidos como “los chopos de piedra?
Como le decía al comienzo de la entrevista, la república
democrática estaba naciendo y el abandono social de nuestro pueblo era desmesurado,
eso para mí gobierno y mis colaboradores era lo esencial. Tratábamos de armar
un país moderno en su economía, en la ciudad y el medio rural, estábamos atacando
la brutal ignorancia y el analfabetismo fundando escuelas rurales y urbanas. En
verdad vale la crítica, descuidé atender
demandas de nuestros soldados medios y
bajos. Por la otra he debido reemplazar a esa vieja castas de generales
gomecistas que se conocían con el mote
de “chopos de piedra” por ser más
que autodidactas que profesionales. Eso estaba en el programa.
¿Presidente, tiene
Usted un resentimiento, un odio contra aquellos que destruyeron su obra
democrática, y lo enviaron al
ostracismo? ¿Rómulo Betancourt lo
traicionó?
Óigame Joven lo que le voy a decir, nunca he abrigado odio en
mi corazón contra nadie. A mí me trataron como a un delincuente. Me dieron un
par de días para que recogiera mis cosas y saliera desterrado del país con mi
familia. Rencor no tuve nunca, no soy hombre de represalias. << Allí noté que se le nublaron los ojos y se le quebró la voz >>. Su
diligente esposa le ofreció un jugo que bebió con agrado, para continuar
hablando. Prosiguió: Igual procedieron contra el General Eleazar López Contreras, mis más allegados colaboradores como Arturo Uslar Pietri, Mario Briceño Iragorry y muchos otros. Iniciaron un
proceso de “salud pública”, al estilo de Robespierre, identificado como Juzgado de Responsabilidad Civil y
Administrativo. Posteriormente celebraron el 18 de Octubre como revolucionario contra la
“oprobiosa dictadura medinista”, “paraíso
del peculado, de malversación de fondos y tráfico de influencias”. Es decir
esas falsas consignas con la cual me acusaban fueron las que finalmente
aplicaron en el modelo de una democracia torcida y corrupta de la llamada
Democracia Representativa. Fui demasiado confiado, a tal extremo que cuando me
presentaron la lista de los conjurados no lo podía creer, que esas personas
cambiaran de un día para otro. Reconozco que fui muy confiado con personajes
que Usted conoce. Y con el personaje que Usted menciona…. (Hizo una pausa) dejémoslo
que sea la historia quien lo juzgue, no soy hombre de epítetos y adjetivos
calificativos que manchen mi historia como hombre de revancha. Cuando salga de acá,
léase la última proclama de nuestro Libertador Simón Bolívar. Ese es el espíritu
que me acompañara hasta el sepulcro.
Presidente Isaías mis
respeto para Usted y su familia, estoy convencido que la historia reconocerá su
legado. Ha sido muy generoso, amable y
sincero en sus respuestas. Permítame que lo siga admirando como un venezolano
ejemplar. ¿Quisiera agregar algo más?
Respira hondo y
responde:
Recuerdo el final de mi libro. “No es el juicio de los
contemporáneos, el que puede decir la palabra de justicia, lo que hice entonces
fue cumplir al más alto precio el mayor de mis deberes, la defensa de la paz y
de la seguridad de Venezuela. Un Presidente. Un soldado de la libertad en
Venezuela.
Al salir de la
espaciosa y modesta casa me despedí de su amable esposa y de su pequeño y
travieso hijo pequeño de igual nombre. Salí de allí con el corazón en la mano,
pensando en los malhechores que destruyeron aquella democracia, y que al paso
de décadas frente al siglo XXI, habrá la necesidad de un líder de esa
naturaleza que pueda reconstruir la patria que hoy sufre y llora ante una
tiranía retrograda.
POSDATA
“Lo dejaron venir a Venezuela porque sabía que venía a
morirse, sino no lo dejan entrar. Quería pisar tierra venezolana. Al llegar le
dijo al enfermero: Páreme al final quiero pisar tierra venezolana. Recuerdo que
a mi casa llegó Laureano Vallenilla Lanz y me dijo para hacerle las exequias en
el salón elíptico. Y yo les dije: No, el cuerpo de medina queda aquí, nadie va
a presidir ese duelo. Ese muerto es mío y ese duelo lo presido yo, cueste lo
que me cueste, pero de aquí no se va… Los honores militares si… los pido y los
ordeno, si ya no se pueden hacer los honores marciales, que se hagan los
honores militares desde el Country Club hasta el Cementerio General del Sur”, en la calle con su pueblo.
IRMA DE FELIZZOLA DE MEDINA.