lunes, 29 de noviembre de 2021

EL DRAMA DE FATIMA GALINDO Y SUS CINCO HIJOS

 


EL DRAMA DE FATIMA Y SUS CINCO NIÑOS


Gente pobre, gente pobre/ su corazón no lo es/ la luz venía y marchaba/ volvía y se iba otra vez/ Anoche se fue llorando/ y no la hemos vuelto a ver/…Un aire fresco/ nos daba/ besos de flor en la piel/ vino un vendaval de fuego/ y se lo llevo con él/… Hay tiene la luz su ira/ luz del aire que se fue/ quedó el día de rodilla/ la noche sigue de pie/… Cantautor Xulio Formoso. 1980

“Mi niñez fue pobre, pero nunca fue triste. Nunca nos faltó el pan, techo, educación y salud. Y el juguete en navidad” Ángel Gustavo Cabrera. Memorias de un inadaptado. 2015

 

FATIMA, como la conocen todos en aquella pequeña comunidad del sector Andrés Bello de El Tigre, Edo. Anzoátegui, Venezuela,  salió como a eso de las cuatro de la tarde a buscar un poco de leña y si conseguía un poco de plástico desechable en el vertedero de basura. No le quedaba de otra, nada que ver con la bombona de gas a más de 20 dólares y solo tenía en la alacena un poco de arroz crudo y los niños clamando que tenían hambre. Ese domingo 21 de Noviembre, día de las elecciones de gobernadores y alcaldes, pero que iba a estar pensando en ir a elecciones si lo que había era  hambre en su rancho. De tal manera que decidió cargar al más pequeño de un años y le dijo a los cuatro restantes que la acompañaran a buscar leña y plástico para vender. Pasada casi una hora llegaron al lugar, una zona boscosa y retirada del caserío y el mayor de 13 años la ayudaba mientras los otros jugaban  bajo un árbol frondoso. Ya casi como a las seis, todavía el tiempo estaba claro pero Fátima siente  unas mínimas gotas de lluvia y le dice a la mayor de 10 años que se fuera con los otros más pequeños por el camino donde habían venido, que ya ellos conocían, mientras ella se quedaba con el mayor buscando leña y unas botellas de plástico desechable.



FATIMA regresa al rancho y se da cuenta que sus pequeños hijos no están. Los busca por los alrededores, en casa de algunos vecinos y nada. Alarmada y desesperada se dirige al día siguiente a la policía y al Cuerpos de Investigaciones (CICPC). Pasan los días, crece la angustia y la tristeza porque se piensa lo peor. Pasado seis días, en horas de la mañana, con el uso de cámaras aéreas en una zona periférica logran encontrar a tres de los cuatro hermanos en estado de agonía por la debilidad alimentaria y la deshidratación severa, llevándolos a una clínica cercana. ¿Y el que faltaba de apenas 1 año de edad? ¿Dónde estaba? Al final muy  cerca de allí el cuerpecito sin vida y sin señal de haber recibido atropello alguno. Los hermanitos habían pernotado en una finca abandonada en Caico Seco, cerca del Hotel Palma Real. Estaban a 25 kilómetros de su domicilio.  

Las preguntas que yo me hago, de este hecho tan doloroso, es ¿Se ha podido evitar esta tragedia? ¿Quién o quiénes son los responsables? ¿Es un hecho trágico aislado del contexto nacional? ¿La pobreza extrema venezolana es endémica? ¿Será que no estamos acostumbrando a estos hechos trágicos?



Voy a partir de una situación personal e histórica para luego llegar a la situación actual. Yo nací en el año 1954 en una zona rural conocida como Los Anaucos, como dicen en pleno campo,  rumbo a La Colonia Tovar del Edo. Aragua, jurisdicción Costa de Maya. Mi madre tenía apenas 26 años y cuatro hijos. La mayor de 10 años la dejó en casa de una tía y los más pequeños se los llevó caminando desde la madrugada hasta bien entrada la noche por caminos boscosos hasta llegar a casa de una comadrona amiga, que al día siguiente atendió el parto. En la Semana Santa regresó a La Victoria con la angustia de no tener una casa donde vivir, desempleada y sin dinero para mantener a sus pequeños hijos. Estamos hablando del año 1954, férrea dictadura de Marcos Pérez Jiménez, pero lo interesante fue que consiguió por la solidaridad de una amiga  una casona vieja  en préstamo  donde vivir, un empleo en casa de familia, colegio público para sus hijos y casa cuna para el recién nacido. Mi madre, siendo analfabeta, comprendió que debía abandonar el campo por la ciudad donde se abría más   oportunidades para  ella y sus hijos a partir de trabajo, educación, salud y vivienda (en el gobierno de Raúl Leoni en 1967  consiguió vivienda propia). Estamos hablando de un proceso ascendente que comenzó con dictadura y con la democracia completo su sueños: Todos sus hijos formados, profesionales y con familias constituidas. Nunca hubo desnutrición ni puerta cerrada, a pesar de que cuando llegó a La Victoria del Edo. Aragua no conocía a nadie. Y se me olvidaba que en la misma pobreza siempre hubo poder adquisitivo para alimentar a sus hijos, vestirlos y hasta comprar los  juguetes en navidad. Una economía que ofrecía estado de bienestar y seguridad educativa.


 



De 1954 a 2021 han transcurrido 67 años y la comparación  de mi madre Manuela Antonia Cabrera (26 años)  y Fátima Galindo (28 años)  entre  un país de oportunidades que se abría a la modernidad al  actual,  representado en la peor de su tragedia: El llamado Socialismo del siglo XXI que comenzó con Chávez en el año 2000 y ha seguido por el mismo sendero destructivo de su economía con el dictador Nicolás Maduro. Su saldo es catastrófico:   expulsar a más de seis millones de venezolanos en un éxodo histórico jamás visto. No hay empleo ni fuentes de producción.  No existen programas de alimentación y atención a las familias de extrema pobreza para evitar la mendicidad y la desnutrición. Una economía dolarizada y el bolívar hace años que perdió su poder adquisitivo devaluado en tres oportunidades historicas.  El  CLAP llega cada seis meses y es utilizado a través de chantaje y manipulación. La industria petrolera en quiebra y la producción petrolera por debajo del millón de barriles diarios. Veamos lo que dice  el sociólogo Pedro Luis España acerca de la pobreza según investigaciones reciente,  Coordinador del Proyecto Pobreza de la UCAB: “Según las Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) del 2021, todos los estratos sociales redujeron sus gastos en alimentos. El estrato social más pobre fue el más afectado con una reducción de 13,3 %. Tres de cada cuatro venezolanos viven en pobreza extrema. 76 % sufren de pobreza extrema de un 94, 54 % de pobreza”. (Septiembre 29, 2021). Ya no pueden decir que la culpa es del anterior gobierno anterior porque tienen veintidós años gobernando. Ahora la culpa es del Imperio por las sanciones, cuando en realidad este desastre comenzó muchos años atrás con las expropiaciones y la bestial corrupción, del cual Alex Saab es la mayor muestra de ello, del pollo Carvajal y de Rafael Ramírez, ex ministro de energía. Y sin señalar la horrenda violación de los Derechos Humanos por lo  cual Nicolás Maduro y su plana mayor  están  acusado de cometer crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional (CPI). Dos Venezuela, aquella que se fue edificando en un marco ciudadano democrático y la actual en franca caída,  de miseria y pobreza, sometida a los designios del poder cubano y de una elite roja estatal como la hay en Rusia y Cuba. 





En Enero de 2020 escribí un artículo para LA DISCORDANTE NOTA titulado “Los niños del Cañaveral” relacionado con una tragedia donde perdieron la vida 12 personas entre niños y adolescentes, hecho acaecido en una zona agrícola conocida como La Carpiera en Cagua, Edo Aragua,  a consecuencia de buscar caña de azúcar para chuparla. Al final una tragedia que nunca se investigó ni se detuvo a los responsables. En dicho  artículo escribí: “Estamos viviendo momentos muy difíciles donde la máquina de la muerte no se detiene y parece que nos estamos acostumbrando a que después de un caso, más adelante viene otro y así sucesivamente. Incluso ya ni siquiera hay prensa libre, uno se entera es por las redes sociales. Esto es muy peligroso para una sociedad donde la abulia y  el miedo reinen, caldo de cultivo para la negligencia y que todo pase. El derecho a la vida es letra muerta.”

Agreguemos el caso de la tragedia de Güiria Edo. Sucre,  en diciembre de 2020, donde perdieron la vida 19 personas entre mujeres, hombres y niños, cuando se dirigían en una embarcación hacia Trinidad-Tobago en búsqueda de un destino mejor, un lugar que les provea trabajo y sustento para la familia. Prohibido olvidar.



Como colofón esta anécdota del caso a que da lugar este trabajo. La abuela Ismenia González declara por las redes que por favor  no juzgaran a su hija por la desaparición de los cuatro niños y clamaba en oración cristiana por la salvación de los tres pequeños que se encuentran recluidos por deshidratación severa.  Sabemos que la desesperación y la necesidad pueden crear un estado emocional crítico.  Los hogares y familias en pobreza extrema no pueden estar en sus mejores cabales de normalidad. Salir a buscar leña y algo para vender y alistarse con ellos para ir al lugar, y luego enviarlos solos de regreso, es una conducta que por lo general no se piensa en sus consecuencias por la situación tan precaria y apremiante. Si el Estado Venezolano tuviera Instituciones para atender la infancia de menores recursos y estudios sociales  de las zonas en mayor peligro de desnutrición, lo más seguro es que esa madre no fuera desesperada a buscar leña y a recoger plásticos. Esa es la realidad. Cuando era muy chico no solo fui beneficiado por políticas hacia la infancia, sino que en toda mi escolaridad básica y de bachillerato conté con comedores escolares. La realidad es que todas esas políticas han debido ser retomadas por un gobierno que clamaba que los niños iban a ser su prioridad por la  llamada “deuda social”,  de lo que supuestamente no cumplieron en la Cuarta República. 

 


Este es el saldo de 22 años de revolución socialista……y lo que falta hasta ver la luz de un anhelado cambio democrático.