miércoles, 4 de septiembre de 2024

CRONICA DE UN QUINCEAÑERO VENEZOLANO PRESO

 

    


                                   CRONICA DE UN QUINCEAÑERO VENEZOLANO PRESO

 

Maduro no solo ha condenado a nuestros hijos al exilio, la pobreza y la falta de oportunidades; también a la violencia y a la cárcel, sin importar su edad o procedencia. Ha violado los derechos de los adolescentes y su dignidad, <<separándolos de sus familias y condenando al terror, no solo a estos muchachos, sino a sus padres y amigos>>” María Corina Machado por Instagram. 02 de septiembre de 2024.

“Hoy mi hijo cumplió un mes detenido. Pude verlo y lo note muy triste. Se pasa el día llorando y hoy me enteré que le da su comida a otros presos porque ya no quiere comer.  Mi hijo me dice: “Mamá, sácame ¿Por qué estoy aquí si no he hecho nada malo?” Me pregunta que es un terrorista, ni siquiera sabe lo que significa eso. ¿Qué va a saber mi hijo mi hijo de terrorismo?  Declaraciones de Carmela. 30 de agosto de 2024. BBC. News Mundo.



Hasta ahora no habíamos visto una práctica más  grotesca que la detención masiva de niños y adolescentes, los han acusado de terrorismo, los han obligado a retractarse de sus ideas, incluso a grabar mensajes de apoyo a Maduro. ¡En que alma cabe esto! Niños y familias marcados por esta horrible vivencia. Frente a semejante crueldad la reacción de la sociedad venezolana y del mundo entero fue rotunda e inmediata. Fue tal la reacción que el propio régimen tuvo que retroceder y liberar a la mayoría de estos muchachos,  este pasado fin de semana. Pero en todo el mundo Maduro lleva ya un estigma en la frente: SECUESTRA NIÑOS. Toda esta presión no hizo reaccionar, pero el alivio que nos produce no reduce ni un ápice la indignación por lo que hicieron, porque además aún quedan muchos muchachos presos y miles de hombres y mujeres inocentes detenidos…” Extracto de un audio enviado por las redes por María Corina Machado. Martes 03 de septiembre de 2024.     

 


JUAN CARLOS es un adolescente que acompañó a su hermano Manuel en la campaña electoral reciente apoyando la candidatura de Edmundo Gonzáles Urrutia. Estuvo muy cerquita de María Corina Machado  en una concentración gigantesca que se realizó en Coro, capital del Estado  Falcón. Manuel de 35 años, nunca le gustó el chavismo, sus padres aunque no militaban en ningún partido político, su madre simpatizaba por Chávez, mientras que el padre no le agradaba militares golpistas y mucho  menos de tendencia comunista. La gota que rebasó el vaso fue el cierre de RCTV, de lo cual Manuel decidió inscribirse en el Partido Primero Justicia. Por su parte Juan Carlos nació y creció en ese ambiente familiar donde la política no faltaba en discusiones cotidianas,  sin embargo sus estudios de bachillerato le consumían su interés. Por supuesto que estaba identificado por un cambio ya que era imposible no estarlo. La precariedad económica en el hogar, la muerte de su abuela materna  por falta de medicinas y atención adecuada; el deterioro educativo en su liceo con una inasistencia a diario de profesores y personal administrativo; las quejas permanentes de los vecinos y tantos amigos que se habían ido del país. Todo eso fue caldo de sustancia para acompañar a su hermano en marchas y algunas reuniones donde lo que hacía era puro escuchar.



Y llegó el día tan ansiado, ya su hermano había asistido en la madrugada del viernes 26 de julio como testigo de mesa por la Plataforma Unitaria Democrática a preparar las urnas y asegurarse de que las maquinas no habían sido manipuladas. El domingo a las 5 am Juan Carlos  fue el primero en levantarse, ambos estaban emocionados, su madre les preparó café y les preparó unas arepas rellenas con queso y mantequilla. Al llegar al Centro Electoral se sorprendieron pues ya había una fila de gente esperando. Mientras Manuel se encargaba adentro de la organización conjuntamente con los otros miembros del CNE y otros testigos, Juan Carlos se quedaba con unos amigos en la organización de la cola y de ayuda logística de manera espontánea. Así pasó todo el día, desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde. Todo transcurrió con normalidad hasta el cierre de las mesas y hacer el escrutinio manual que consiste en abrir las urnas y contar papelito por papelito para cotejar el dato con el de la máquina. Así que los testigos llamaron a los ciudadanos a presenciar el conteo y observaron que en el resultado final cuadruplicaba la sumatoria de los votos de Edmundo por lo de Maduro. Era una derrota aplastante sin lugar  a discusión. El problema se presentó cuando los representantes del CNE se negaron a entregar las copias con el argumento que había recibido una orden desde Caracas por Whatsapp, a lo que Manuel se impuso y le dijo: “Tú sabes que un audio no está por encima de la ley,  aquí está el artículo 337 del Reglamento de Procesos Electorales que dice el derecho que me asiste a una copia original de las actas de escrutinio firmada por todos los testigos electorales” Esto fue aplaudido y producto de la firmeza y el ambiente un poco caldeado, los fiscales del CNE le entregaron las actas. Con el acta totalizadora se fueron a la calle a leer los resultados en voz alta: “Nicolás Maduro, 195 votos; Edmundo González, 1.046 votos”



Con ese resultado aquello parecía un 31 de diciembre a medianoche, se abrazaban, gritaban de alegría, voceaban consignas y hasta cantaron el himno nacional dos veces y la canción Venezuela. Serian como las diez cuando Manuel le dijo a su hermano Juan Carlos: “Vámonos hermano a casa a resguardar las actas en el carro de un amigo, esto vale oro, ahora las van a pasar  buscando. Desde la casa vamos a seguir los resultados por la televisión o por las redes, te aseguro que este resultado fue así en toda Venezuela. Así que llegaron a su casa, saludaron a los vecinos,  sus padres atentos lo esperaban para celebrar el triunfo y esperar los resultados con paciencia. Bajo un ambiente de tensión escucharon al Presidente del CNE aquellos resultados adversos, fue como un baño de agua fría y todos dijeron: “Nos robaron las elecciones,  son unos delincuentes, eso no es verdad, hay que protestar” Allí lloraron de la rabia y salieron a la calle, observando que no eran ellos solos sino una multitud que protestaba airadamente y clamaba por irse a las plazas públicas y lugares emblemáticos donde observaban que  llegaba más y  más gente. De repente escucharon ruido de motorizados lanzando disparos al aire y más atrás la policía bolivariana y la Guardia Nacional lanzando bombas lacrimógenas. Todo se convirtió en una baraúnda, gritos y llantos desesperados, gente que caía en el pavimento con disparos a quemarropa. Manuel y su hermano Juan Carlos lograron escapar y decidieron resguardarse  en casa de un amigo hasta el día siguiente, preocupados por la violencia desatada por motorizados anónimos y posteriormente la policía y la Guardia Nacional.



Casi al mediodía del lunes 29 llegaron a su domicilio, sus padres estaban desesperados pensando que les había pasado algo. Al rato llegó un amigo del PSUV,  hablaron sobre el asunto y le reconoció el triunfo de Edmundo. Después le dijo: “Hermano, tú y yo podemos tener diferencias políticas, pero me llegó el pitazo que te andan buscando para meterte preso y hacerte responsable de esta protesta de calle, acuérdate que fuiste testigo electoral de la oposición”. ¿Y qué hiciste con las actas? me  preguntó:  Ya las entregue, están a buen resguardo y además  las subí a las redes como me ordenaron”, le respondí. Y se dieron un abrazo de despedida. Mientras hablaba con sus padres y tomaba una decisión, un hombre con una camioneta Hylux aparcó frente a su casa, bajó y se quedó mirando durante una hora la casa con una actitud  amenazante. Así que convino con sus padres y hermano salir del país porque si lo capturaban lo podían desaparecer o someterlo a largos años de cárcel,  simplemente por ser testigo electoral de la plataforma democrática. Su hermano Juan Carlos le pidió acompañarlo, sin embargo los padres se opusieron firmemente, además que no contaba con mucho dinero. Al partir hacia Colombia le dijo a su familia: No me arrepiento  de nada. Volvería a cuidar los votos, volvería a protestar por las actas, volvería a subir los videos diciendo los resultados y volvería a ser  oposición frontal contra estos delincuentes que ni siquiera respectan las reglas de juego impuestas por ellos. Volveré con el  reconocimiento de Edmundo como Presidente Electo, que representa la superación, el esfuerzo, la decencia y la dignidad.”   Sus padres y hermano lloraron. Afuera lo esperaba un amigo con su carro en marcha  para sacarlo del lugar.




El mismo día de su huida a Colombia, se desataba una cacería represiva contra jóvenes que habían participado en la protesta, se instalaron alcabalas móviles, se montaban en los colectivos de transporte o bien se internaban en los barrios. Estaban furiosos y ahora era más evidente la trampa, además que ya no tenía pueblo, por eso iban a los barrios que otrora eran chavistas. Son un pueblo traidor, decían, unos malagradecidos, no saben lo que estamos enfrentado con las sanciones imperialistas. Solo les quedaba su arsenal policial-militar y sus organismos de inteligencia. Juan Carlos estaba en su casa cuando le tocaron a la puerta, el padre estaba ausente. No les dio tiempo de nada, sin mediar palabras preguntaban por Manuel a los padres, quien les dijo que había salido y  no sabían de su paradero. Se metieron en los cuartos y sacaron a empujones a Juan Carlos, diciendo: “Este nos va acompañar a la policía, él estaba con su hermano en la protesta,  y hasta que no aparezca,  este pichón pagara las consecuencias  La madre lloraba desesperadamente y les imploró que no se lo llevaran, que era un muchacho sano. Así lo sacaron de la casa, unos vecinos observaban por la ventana y aquel que se asomara lo mandaban a meterse. Un ambiente de terror impuesto por las palabras del Presidente, ahora un vulgar ladrón de los votos del soberano: “Tenemos dos mil presos y los que faltan, les vamos a abrir juicios y condenarlos por terroristas e instigación al odio”.



Largos fueron los días, no sabían dónde lo habían trasladado. El desespero de los padre crecía día a día, un amigo de su hijo que se encontraba en Colombia le había informado que Manuel se encontraba bien pero que deseaba regresar porque se sentía culpable de lo que le estaba pasando a su hermano. Sus padres se opusieron porque iba a ser peor, Juan Carlos era menor de edad y podía salir pronto al no poder comprobársele nada. Los padres armaron una estrategia en colaboración con unos vecinos, primero informar a organizaciones de Derechos Humanos, buscar dinero para que un abogado lo ubicara y lo defendiera y por último el padre buscar a funcionarios de gobierno conocido que les ayudara con el paradero y en qué condiciones de salud se encontraba. Desesperados y sin saber su paradero a mediados de semana un amigo de los Derechos Humanos le dijo  que tenía noticias de su  traslado  al penal de Tocuyito, una cárcel ubicada en las afueras de Valencia del Estado Carabobo. Después de una odisea, transcurrido un par de semanas lograron verlo. La madre casi se desmaya: Juan Carlos pálido, demacrado, más delgado, uniformado de azul, se lo habían afeitado al rape y ojeroso. El padre lo estímulo a no desmayar, a ser fuerte y meterse en la cabeza que pronto lo sacarían de allí, que pensara en sus padres si llegaba a pasarle algo, ellos no lo soportarían. Juan Carlos les hablo de su realidad en aquel cuarto compartido con ocho más, durmiendo en camas de cemento sin colchón y un baño que por lo general carecía de agua. Allí no hacían nada sino caminar de un lado para el otro y hablar con sus compañeros, sometido a insultos, atropellos si se quejaban  y amenazas permanentes. El agua potable era muy escasa y nada que comer.  Era especie de una muerte lenta. De allí salieron con el alma en la mano.



Así pasó semana y media hasta que a finales de agosto una organización de Derechos Humanos le informó que iba poner en libertad un grupo de jóvenes en los que probablemente estaba Juan Carlos, que debían trasladarse al Penal de Tocuyito ese mismo día. No lo pensaron dos veces, un  amigo los traslado hasta el lugar y tuvieron que pernotar  muy cerca de allí, prácticamente a la intemperie, hasta el día siguiente a las tres de la tarde que vieron salir un grupo de jóvenes, en los cuales venia Juan Carlos. Se confundieron en un abrazo desbordado en llanto y pesar. Al final no hubo ninguna acusación de hecho, si un proceso de medidas cautelares que consistía en no participar en actos públicos,  no declaren a los medios de comunicación, prohibición de salida del Estado y un régimen de presentación semanal  sin haber cometido ningún delito,  y el contrasentido de una  acusación de “terrorista”,  cuando es la dictadura implantada quien comete actos de terrorismo con una cruel violencia criminal, con la finalidad que el pueblo no proteste su legítima defensa en favor de su voto mayoritario para Edmundo González.   



 Nota: En esta narración se cambiaron los nombres para proteger a  sus protagonistas.

Al final nos quedan estas sabias palabras  de María Corina Machado, emulando al Libertador Simón Bolívar en aquel Decreto de Guerra a Muerte del año 1813, en la ciudad de Trujillo, durante el desarrollo de la Campaña Admirable.

“Cada uno debe tomar su propia decisión. O está con el régimen del mal o está con la inmensa mayoría de los venezolanos que luchamos por una nación de bien. Aquellos que decidan a favor de la libertad y la democracia van a ser reconocidos por la patria. Quienes por el contrario se mantengan en la oscuridad favoreciendo la opresión de esta tiranía serán juzgados con el peso de la historia y  de la ley. Sabemos que estamos enfrentando las provocaciones más crueles y bajas de un régimen que se sabe derrotado y que ha decidido atrincherarse usando lo único que le queda, la violencia y la mentira (…)    

2 comentarios:

  1. Saludos fraternos Ángel Gustavo Cabrera!
    Bajo el perfil de una narrativa propia, fundada en hechos y declaraciones regularmente confirmables, nos presentas un caso de muchos, sobre métodos represivos y ensañamientos nunca vistos en Venezuela. Incluyes además la denuncia y visión política del liderazgo nacional representado en María Corina Machado.
    Éstos escritos tuyos deberían ser conservados y compilados en un trabajo completo sobre la situación política venezolana en el periodo 1998-2024.

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  2. Extraordinario artículo q nos muestra la terrible realidad q vive Venezuela,bajo la dictadura de Nicolás maduro ,en en encarcelando a tantos niños y adolescentes violando sus derechos y creando un ambiente de angustia en la población.Llegara el dia q pagaran tanta crueldad .

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