lunes, 9 de noviembre de 2015

ECONOMIA VENEZOLANA Y LOS BACHACOS.

 ECONOMIA  VENEZOLANA  Y LOS BACHACOS.    Por Angel Gustavo Cabrera


“Disculpe el señor/ Se nos llenó de pobres el recibidor/ Y no paran de llegar/ Desde la retaguardia, por tierra y por mar/  Y como el señor dice que salió/ Y tratándose de una urgencia, / Me han pedido que les indique yo/ Por donde se va a la despensa”.      Joan Manuel Serrat.





¿Qué relación habrá entre economía y los bachacos? Voy a tratar de explicarlo. Para nadie es un secreto que la economía venezolana depende de la renta petrolera desde los inicios del siglo pasado.  Pasamos de ser una economía agro-exportadora a una economía minero-extractiva.  Esto significa que es una economía que fluctúa  en relación a los precios del mercado  petrolero  mundial y la  cantidad de barriles diarios que se exportan. Si los precios están altos El Estado tendrá dinero suficiente para cubrir los gastos de sus Instituciones y servicios. Si los precios están bajos tiene que ajustarse la correa del pantalón hasta el último huequito. En los últimos años  el petróleo tuvo aumentos considerados hasta llegar a precios históricos nunca vistos. ¿Que hizo el gobierno con esos petrodólares?  Para decirlo en términos coloquiales, se volvió loco y gastó desaforadamente,   desde una visión populista, no solo lo que tenía en las arcas sino que tuvo que acudir a préstamos  con otros países, como  Rusia,  China, poniendo en garantía nuestro petróleo. ¿En que lo gasto? – Excesiva burocracia; - Misiones Sociales; – Corrupción Administrativa; -Sueldos y Salarios; -Las pensiones sociales; -Importación de alimentos, medicinas, maquinarias, bienes suntuarios, etcétera. Además de obras de infraestructura. Sin olvidar los préstamos y regalos hechos a otros países, como Argentina, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, entre otros.

Hoy la situación es otra, los precios del barril petrolero  han venido cayendo estrepitosamente y el gobierno jamás lo previó,  por lo que tiene que endeudarse para poder cumplir a medias con el presupuesto nacional e importar productos de la cesta básica,  porque en l6 años de gobierno  lo que se hizo fue atacar el modelo productivo capitalista ofreciendo como alternativa la estatización a nivel de la industria, comercio y en materia agrícola, con el sonoro nombre de “Socialismo del siglo XXI” lo cual ha resultado un verdadero fracaso en todos los aspectos: Hay una merma considerada en la producción nacional; No hay un desarrollo industrial sostenido; Altísimo nivel de desempleo;  Comercios y negocios cerrados; Inflación galopante con estancamiento económico. ¿Qué hace el gobierno?  Culpa de toda la crisis a una guerra económica que solo está en su cabeza desviada hacia los dogmas y ortodoxias del  siglo XIX;  insiste en mantener el control cambiario con pérdidas económicas  y directamente favoreciendo a la burguesía financiera;  no le importa las consecuencias sociales que sufre el pueblo y pretende mantenerlo contento y distraído con el discurso político, las colas para obtener productos regulados. Y sigue exprimiendo hasta no quedar nada de la naranja  del llamado “legado de Chávez”, ahora con amenazas  abiertas contra los ciudadanos que no quieran seguir su línea política.



Es,  bajo este escenario,  que emergen los llamados bachaqueros. Como hay un aparato productivo en bancarrota, un desempleo creciente: jóvenes, adultos,  profesionales medios,  amas de casas, etc. Capas sociales de la población empobrecidas que ya no reciben las dadivas que el  gobierno les otorgaba. Entonces se armaron de paciencia, poseen las informaciones de los productos  regulados, donde están, cuando llegan y hasta las cantidades.  Posteriormente los negocian por precios mayores. Como el   producto no se consigue, mucha gente prefiere pagar el precio arbitrario que les colocan. Claro está que en las  gigantescas colas también se encuentra gente humilde que prefiere pasar cinco horas de espera, con el fin de llevar a su casa algún bien de consumo de la cesta básica.
La palabra bachaqueros proviene de los bachacos, y entiendo,  se les llama bachaqueros porque se comportan como los bachacos, en el sentido que son incansables y tenaces, día y noche, buscando su sustento para guardarlo en las enormes cuevas y túneles que construyen debajo de la superficie terrestre. Ya sabemos que en Venezuela no es para el consumo directo de las familias sino para la venta a precios exorbitantes. En los países socialistas, como Cuba,  existen también los bachaqueros, en el sentido de trabajadores y empleados de empresas estatizadas que roban los productos y los venden en el mercado negro. En Venezuela el gobierno ha hecho mucha demagogia política con esto de los precios regulados y la supuesta protección al pueblo. Y resulta que los bachaqueros actúan libremente y venden la mercancía a luz pública.

Los bachaqueros calzan muy bien en una economía que no fomenta el trabajo productivo, una economía parasita y dependiente de renta petrolera como la venezolana. De tal forma que las personas que se prestan para este tipo de oficio suelen acostumbrarse a pasar toda la semana de una cola a otra cazando donde están los productos regulados, inclusive deben madrugar y hasta pernotar frente a los comercios establecidos. Probablemente se establecen pequeñas empresas familiares,  que con un pequeño capital logran mantener el poder adquisitivo de los productos regulados. Para este tipo de empresa no se requiere ningún esfuerzo intelectual, ni siquiera saber leer ni escribir,  ni tampoco registro legal alguno, solo la resistencia física y la capacidad de aguantar estar a la intemperie entre el sol  y la lluvia. La cuestión es que este tipo de negocio se ha trasladado de los productos alimenticios regulados a repuestos de los vehículos, medicinas, celulares  y hasta carros de las empresas del Estado. Yo me pregunto qué va a suceder con esos miles y miles de personas que se han acostumbrado a estas prácticas comerciales, cuando algún día cese esta anomalía y el Estado declare el cese de las importaciones y el subsidio por la realidad  del mercado:   ¿Los bachaqueros que provienen de los sectores populares, volverán a engrosar las filas de los desempleados y la subsecuente miseria?  ¿Qué política de empleo les ofrecerá el Estado Venezolano y la empresa privada bajo esta economía que todo lo importa? ¿Será que se incorporaran a una economía productiva o seguirán en esa condición de lumpen proletariado?,  ¿Será que los bachaqueros votaran por los candidatos del gobierno porque piensan que de ganar las elecciones esto continuara indefinidamente.  Me recuerdo una canción de Joan Manuel Serrat titulada “Disculpe el Señor” en la que el secretario de Dios le dice alarmado que se le llenó de pobres el recibidor y que siguen llegando de todas partes,  que lo que sucede es que no se han enterado que Carlos Marx está muerto y enterrado.   Después de las elecciones de este diciembre 2015 es posible que se aclare más el panorama con este sector social.  

Finalmente, en la década de los ochenta, Alí Primera, gran cantor popular y de protesta, compuso  una canción titulada “El Bachaco Fundilluo” donde los bachacos y las hormigas  trabajan para el Bachaco Fundilluo, es como decir el Rey de la manada que mantenía esclavizado a la comunidad de los bachacos.  Bueno, como ahora estamos en el Socialismo del Siglo XXI, parece que los bachacos derrotaron al Bachaco Fundilluo o Culon y son dueños de su trabajo y capital que les produce. Fácil sale una comedía teatral de todo lo que estamos viviendo en esta aguerrida y mancillada patria de discursos, ficciones y realidades

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