ECONOMIA VENEZOLANA
Y LOS BACHACOS. Por Angel
Gustavo Cabrera
“Disculpe el señor/ Se nos llenó de pobres el
recibidor/ Y no paran de llegar/ Desde la retaguardia, por tierra y por
mar/ Y como el señor dice que salió/ Y
tratándose de una urgencia, / Me han pedido que les indique yo/ Por donde se va
a la despensa”. Joan Manuel Serrat.
¿Qué relación habrá
entre economía y los bachacos? Voy a tratar de explicarlo. Para nadie es un
secreto que la economía venezolana depende de la renta petrolera desde los
inicios del siglo pasado. Pasamos de ser
una economía agro-exportadora a una economía minero-extractiva. Esto significa que es una economía que
fluctúa en relación a los precios del
mercado petrolero mundial y la
cantidad de barriles diarios que se exportan. Si los precios están altos
El Estado tendrá dinero suficiente para cubrir los gastos de sus Instituciones
y servicios. Si los precios están bajos tiene que ajustarse la correa del
pantalón hasta el último huequito. En los últimos años el petróleo tuvo aumentos considerados hasta
llegar a precios históricos nunca vistos. ¿Que hizo el gobierno con esos
petrodólares? Para decirlo en términos
coloquiales, se volvió loco y gastó desaforadamente, desde
una visión populista, no solo lo que tenía en las arcas sino que tuvo que
acudir a préstamos con otros países,
como Rusia, China, poniendo en garantía nuestro petróleo.
¿En que lo gasto? – Excesiva burocracia; - Misiones Sociales; – Corrupción
Administrativa; -Sueldos y Salarios; -Las pensiones sociales; -Importación de
alimentos, medicinas, maquinarias, bienes suntuarios, etcétera. Además de obras
de infraestructura. Sin olvidar los préstamos y regalos hechos a otros países,
como Argentina, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, entre otros.
Hoy la situación
es otra, los precios del barril petrolero
han venido cayendo estrepitosamente y el gobierno jamás lo previó, por lo que tiene que endeudarse para poder
cumplir a medias con el presupuesto nacional e importar productos de la cesta
básica, porque en l6 años de
gobierno lo que se hizo fue atacar el
modelo productivo capitalista ofreciendo como alternativa la estatización a
nivel de la industria, comercio y en materia agrícola, con el sonoro nombre de “Socialismo del siglo XXI” lo cual ha
resultado un verdadero fracaso en todos los aspectos: Hay una merma considerada
en la producción nacional; No hay un desarrollo industrial sostenido; Altísimo
nivel de desempleo; Comercios y negocios
cerrados; Inflación galopante con estancamiento económico. ¿Qué hace el
gobierno? Culpa de toda la crisis a una
guerra económica que solo está en su cabeza desviada hacia los dogmas y
ortodoxias del siglo XIX; insiste en mantener el control cambiario con
pérdidas económicas y directamente
favoreciendo a la burguesía financiera;
no le importa las consecuencias sociales que sufre el pueblo y pretende
mantenerlo contento y distraído con el discurso político, las colas para
obtener productos regulados. Y sigue exprimiendo hasta no quedar nada de la
naranja del llamado “legado de Chávez”, ahora con amenazas abiertas contra los ciudadanos que no quieran
seguir su línea política.
Es, bajo este escenario, que emergen los llamados bachaqueros. Como hay
un aparato productivo en bancarrota, un desempleo creciente: jóvenes,
adultos, profesionales medios, amas de casas, etc. Capas sociales de la
población empobrecidas que ya no reciben las dadivas que el gobierno les otorgaba. Entonces se armaron de
paciencia, poseen las informaciones de los productos regulados, donde están, cuando llegan y hasta
las cantidades. Posteriormente los
negocian por precios mayores. Como el
producto no se consigue, mucha gente prefiere pagar el precio arbitrario
que les colocan. Claro está que en las gigantescas colas también se encuentra gente
humilde que prefiere pasar cinco horas de espera, con el fin de llevar a su
casa algún bien de consumo de la cesta básica.
La palabra bachaqueros proviene de los bachacos, y
entiendo, se les llama bachaqueros
porque se comportan como los bachacos, en el sentido que son incansables y
tenaces, día y noche, buscando su sustento para guardarlo en las enormes cuevas
y túneles que construyen debajo de la superficie terrestre. Ya sabemos que en
Venezuela no es para el consumo directo de las familias sino para la venta a
precios exorbitantes. En los países socialistas, como Cuba, existen también los bachaqueros, en el
sentido de trabajadores y empleados de empresas estatizadas que roban los
productos y los venden en el mercado negro. En Venezuela el gobierno ha hecho
mucha demagogia política con esto de los precios regulados y la supuesta
protección al pueblo. Y resulta que los bachaqueros actúan libremente y venden
la mercancía a luz pública.
Los bachaqueros
calzan muy bien en una economía que no fomenta el trabajo productivo, una
economía parasita y dependiente de renta petrolera como la venezolana. De tal
forma que las personas que se prestan para este tipo de oficio suelen
acostumbrarse a pasar toda la semana de una cola a otra cazando donde están los
productos regulados, inclusive deben madrugar y hasta pernotar frente a los
comercios establecidos. Probablemente se establecen pequeñas empresas
familiares, que con un pequeño capital
logran mantener el poder adquisitivo de los productos regulados. Para este tipo
de empresa no se requiere ningún esfuerzo intelectual, ni siquiera saber leer
ni escribir, ni tampoco registro legal alguno,
solo la resistencia física y la capacidad de aguantar estar a la intemperie
entre el sol y la lluvia. La cuestión es
que este tipo de negocio se ha trasladado de los productos alimenticios
regulados a repuestos de los vehículos, medicinas, celulares y hasta carros de las empresas del Estado. Yo
me pregunto qué va a suceder con esos miles y miles de personas que se han
acostumbrado a estas prácticas comerciales, cuando algún día cese esta anomalía
y el Estado declare el cese de las importaciones y el subsidio por la realidad del mercado:
¿Los bachaqueros que provienen de los sectores populares, volverán a
engrosar las filas de los desempleados y la subsecuente miseria? ¿Qué política de empleo les ofrecerá el
Estado Venezolano y la empresa privada bajo esta economía que todo lo importa?
¿Será que se incorporaran a una economía productiva o seguirán en esa condición
de lumpen proletariado?, ¿Será que los
bachaqueros votaran por los candidatos del gobierno porque piensan que de ganar
las elecciones esto continuara indefinidamente. Me recuerdo una canción de Joan
Manuel Serrat titulada “Disculpe el Señor” en la que el secretario de Dios le
dice alarmado que se le llenó de pobres el recibidor y que siguen llegando de
todas partes, que lo que sucede es que
no se han enterado que Carlos Marx está muerto y enterrado. Después de las elecciones de este
diciembre 2015 es posible que se aclare más el panorama con este sector social.
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