LA TRAGEDIA VENEZOLANA Y EL 6 DE
DICIEMBRE. Por Angel Gustavo Cabrera.
“Mientras Brasil cada día es más potencia, nosotros
somos más rentistas y monoproductores. Un problema estructural gravísimo. ¿Qué
vamos a hacer a partir de 2030, cuando el petróleo no sea la principal fuente
de energía? La humanidad habrá desarrollado fuentes alternas de energía y
Venezuela será una de las naciones más pobres del mundo. Un pobre país
petrolero. Antes importábamos 60 % de lo que consumíamos, ahora 80 %. No hemos garantizado la seguridad
agroalimentaria y Venezuela va rumbo al
precipicio. Avanzamos hacia el atraso económico y social”.
“Una
sustitución de élites. Se ha generado una nueva élite” Luis Tascón. 2008. “Las revelaciones de Luis Tascón. Entrevista
Ramón Hernández. Editorial Libros Marcados.
Venezuela
atraviesa por una verdadera tragedia. Pero no me voy a referir a los problemas
económicos, la inseguridad, la pobreza desnuda con la caída de los precios del
petróleo, la inflación y el desabastecimiento. Todo esto parece pasaje común.
Su mayor tragedia es La clase política que nos gobierna. Son unos verdaderos
talibanes en su conducta política, asesorados por el Gobierno Cubano y calcando
los errores de los gobiernos estigmatizados de los llamados cuarenta años de
democracia representativa. Definitivamente no sirven para gobernar un país
joven de aproximadamente treinta
millones de habitantes, mal distribuidos, en una superficie terrestre inmensa y dotada
de ingentes recursos naturales, que bien
administrados en veinte años ya la población disfrutaría de su grandes beneficios.
¿Cuál era el
país que teníamos para 1998? El avezado
político Teodoro Petkoff lo explica en su libro El Chavismo como problema”:
Venezuela vivía una acentuada declinación económica, medida en el persistente
descenso de PIB, que implicó un tremendo empobrecimiento del país y de la
mayoría de su población, una inflación entre 30 y 40% anual, contribuyendo a un
crecimiento de la pobreza de un 60 % de la población. Una economía que no tenía
capacidad de absolver unos 350 mil jóvenes, que para ese entonces, se incorporaban anualmente al mercado laboral.
Resultado: pobreza en un inmenso polo de la sociedad y una riqueza obscena y
ostentosa en el otro, y entre ambos una clase media desaprensiva y satisfecha,
que cubría casi la cuarta parte de la población, pero “educada” en un
consumismo desaforado, que nuestro “poderoso” bolívar le permitía satisfacer a
borbotones. ” Teodoro remate con esto, que no tiene
desperdicio: “Adicionalmente, las
encuestas de la época registraban- y las crecidas abstenciones lo confirmaban-
un acentuado deterioro del sistema
democrático, <<confiscado>> por los intereses
partidistas adecos-socialcristianos, renuentes a adelantar con fuerza las
reformas institucionales para los cuales estaba ya maduro el cuerpo político
venezolano, reformas plasmadas y congeladas en el Congreso Nacional de la
República”
De tal manera
que de lo que se trataba era, una vez que se aprobó la nueva Constitución de
1999, poner en marcha todo un plan de gobierno nacional para profundizar la
democracia protagónica y participativa en cuanto a reactivar el aparato
productivo con una nueva política económica plural, una renovación de nuestras
instituciones preservando el Estado de Derecho y la división de los poderes
públicos, castigando fuertemente la
corrupción, la ineficacia y la indolencia pública desde las instituciones
existentes. Para eso se contaba con una nueva Constitución que a largo plazo
era el arquetipo de la nueva democracia en Venezuela. Superado los escollos violentos
e intentos golpistas, Chávez se presentó
con un discurso radicalmente diferente, manifestaba que ha Venezuela le había
llegado la hora de construir el Socialismo
del Siglo XXI y el pacto con Fidel Castro era su máximo respaldo. De tal
manera que llegó el momento de las definiciones: El socialismo del Siglo XXI
consistía en la construcción de un Estado centralista, autocrático y
hegemónico, basado en el liderazgo absoluto de Hugo Chávez Fría y liquidando la
división de los poderes y reformando paulatinamente el Estado de Derecho.
Siendo Presidente por dos periodos y el
tercero no pudo ejercerlo por cuestiones de salud, Chávez abonó el terreno político con su discurso populista, atacando a los
medios de comunicación social que no le eran afectos, cerrando algunos y
obligándolos a la autocensura, desbarató la autonomía del Banco Central y la
puso a sus designios, creo todo un vasto plan de misiones sociales, que si bien
es cierto paliaron la situación de los sectores más pobres, sin embargo no tuvo
ningún efecto sobre la reanimación de la economía productiva y su incidencia en
la movilidad social. Las importaciones de alimentos y productos de consumo
acabaron con la escasa producción nacional y el control cambiario terminó de
ahogar la economía, que se sostenía y se sostiene sobre la base de la renta
petrolera. Pero la situación se agrava cuando asume Nicolás Maduro y en vez de
hacerle caso al Jorge Giordani, Ministro de Economía, en darle un giro al
desbarajuste económico heredado y atacar la corrupción denunciada, se dio la
mano con Diosdado Cabello y siguieron sin rumbo por el despeñadero, que los ha llevado al fracaso definitivo de
lo que es hoy el país en todos los órdenes. Mas populismo, más represión, mas quiebra del aparato
productivo, más dependencia extranjera, mas inseguridad, más pobreza, más
burguesía parasitaria, mas centralismo antidemocrático, más control y odio mediático.
Esta clase
política estatal, elitista y burguesa,
reaccionaria y despótica, autoritaria y sumisa, indolente y mentirosa,
es la gran tragedia que sufrimos los venezolanos. Pretenden mantener a la
población a base de un discurso maniqueo, insincero, amenazante, engañoso y
tramposo. Estimulan y promueven el odio clasista, pero ellos dicen no ser una elite. No hicieron las cosas bien y ahora cuando se
ven perdidos electoralmente entonces pretenden hacer lo que sea para mantenerse en el poder político y seguir
disfrutando de las prebendas que les otorga el ejercicio del poder. Si la llamada Cuarta Republica tuvo sus
oligarquías y apellidos que usufructuaron el poder: Los Mendoza, Los Bulton,
Los Volmer, Los Zuloaga, Los Cisneros, etc. Ahora la casta política la formas
los nuevos apellidos Los Chávez, Arreaza, Flores, Cabello, Rangel, Chacón, Salazar, Ramírez y un largo etcétera de nuevos propietarios,
entre ellos, de los medios de comunicación comprados para cambiar su línea editorial
(caso de La Cadena Capriles, Globovisión, El Universal, Noti-Tarde de
Valencia). Por ejemplo el gobierno y el chavismo si tiene programas políticos
diarios en el Canal de “todos los venezolanos” y otros canales de Televisión,
pero a la voz disidente se les impide y los medios supuestamente independientes
se autocensuran. Y uno se pregunta ¿Es esto libertad expresión? ¿Es esto democracia? Son los nuevos Amos del Valle.
Razón tiene el periodista y editor Miguel Salazar,
cuando en su editorial del Semanario Las
Verdades de Miguel del 27/11/2015 señala lo siguiente: En los años del
puntofijismo, en las campañas electorales se mostraban imágenes anticomunistas
para meterle miedo al pueblo. Hoy la intimidación está presente cuando, en el
bando contrario se le dice al común de la gente que van a perder sus viviendas,
sus pensiones, etc.., si votan por la oposición. El desprecio por el pueblo
sigue siendo el mismo. Vuelven a abusar del analfabetismo popular para mantener
el poder. Yo quisiera creer que la venganza es dulce para un pueblo
vilipendiado y utilizado desde tiempos inmemoriales por los politiqueros de
turno”… Termina señalando que “Hoy el sueño revolucionario se posterga; ahora,
después de tantos años de una revolución traicionada, es casi un hecho que
volvamos al mismo punto donde habíamos dejado la historia en 1998, y no
tendremos otra que empezar de nuevo”.