EL GENERAL MIGUEL
RODRIGUEZ TORRES, ENTRE EL PECADO Y LA MENTIRA
“¿Cómo se puede ver, oír, sentir, amar, si uno está lleno de
su propio yo, si uno es gobernado por sus apetencias?” Ernest
Shachtel.
“Los grandes asesinatos masivos no habrían podido llevarse a
cabo si los inspiradores no hubiesen tenido cómplices y voluntarios
emprendedores que lo ayudaran a cometer delitos. En muchas ocasiones dichas
personas no se sienten culpables y dicen que cumplían órdenes. La famosa y
siniestra obediencia debida que tantas veces hemos escuchado mencionar.” Fernando
Savater. Los diez mandamientos en el siglo XXI.
“De la enorme documentación recogida por nosotros se infiere
que los derechos humanos fueron violados en forma orgánica y estatal por la
represión de las Fuerzas Armadas. Y no violados de manera esporádica sino
sistemática, de manera siempre la misma, con similares secuestros e idénticos
tormentos en toda la extensión del territorio. ¿Cómo no atribuirlo a una
metodología del terror planificada por los altos mandos? ¿Cómo podrían haber
sido cometidos por perversos que actuaban por su sola cuenta bajo un régimen
rigurosamente militar, con todos los poderes y medios de información que esto
supone? ¿Cómo puede hablarse de excesos individuales?” Informe
de la Comisión Nacional sobre la desaparición de personas. Nunca Más.
Septiembre de 1984. Ernesto Sábato. Argentina.
El General Miguel Rodríguez Torres, antes de subir al avión que lo llevaría a
España, dio unas palabras que bien vale la pena analizar: “El único camino que nos queda para hacer de este país, un país del siglo XXI, es iniciar el perdón y la reconciliación para llegar a abrazarnos todos, unir
fuerzas creativas, nuestras fuerzas productivas, y sacar a este país adelante” (21 de enero de 2023). Que lectura se puede
hacer de esta afirmación, que sin inmutarse, con una expresión en su rostro de
cordero manso y lavándose las manos como
Poncio Pilatos, dijo antes de partir.
Haciendo un poco de historia, el siglo XX quedó marcado por una generación, que identificaba el destino de Venezuela con un sistema democrático moderno y una economía
prospera a partir de la riqueza petrolera, como principal fuente de desarrollo,
una vez superada las dictaduras de Gómez y Pérez Jiménez. Esa generación es
conocida como “La Generación del 28”, que
fue la que gobernó durante cuarenta años en el periodo democrático más largo de
toda nuestra historia patria. Tuvo sus aciertos y sus errores, pero echó las
bases de la modernidad democrática para “la
Venezuela del siglo XXI”, la cual no fue posible por la destrucción que ha
ocasionado en veintitrés años la alianza monolítica del
chavismo-madurismo en todos los reglones que hacen la vida de un país: Sistema
de Justicia, Educativo, Poder Legislativo, Económico, Laboral, de Seguridad
Social y Cultural. Y valga decir, Rodríguez Torres es uno de los históricos del 4 de febrero de 1992 en el intento
fallido de aquel golpe de Estado. De tal
manera que me hago una pregunta “¿Cómo echar las bases de un país del siglo XXI con un régimen totalitarista,
antidemocrático, corrupto, manipulador, que juega con la miseria del pueblo buscando
réditos políticos? ¿Con sus
instituciones democráticas secuestradas por un dictador y sus acólitos? ¿Con más de
260 presos políticos entre civiles y militares? ¿Con medio país afuera y otro
adentro pasando por penurias inimaginables? ¿Será posible darse la mano con el dictador
con borrón y cuenta nueva? Como lo plantea Rodríguez Torres.
El segundo aspecto más complejo que el anterior es el perdón y la reconciliación nacional.
Es fácil decirlo, pero es como un tarugo que se le queda a uno atragantado en
la garganta, y más aún si hay tantos dolientes vivos y registros de muerte que
tienen dolientes. En el breve mensaje
del General no aparece por ningún lado
el interés de pedir perdón ante las víctimas y familiares que tiene el vivo
recuerdo de parientes torturados y asesinados. Solo en la oleada de protesta gubernamental de 2014 culminó con 43 muertos y centenares de presos y heridos,
mientras él era Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz. Se le
recuerda por ser el ejecutor represivo en la disolución de manifestaciones del Estado
Táchira y de los campamentos instalado
por jóvenes frente a la sede de Naciones
Unidas en Caracas. ¿Por qué no se detuvo a pensar en otras soluciones que no
fuera la violencia contra seres indefensos?, ¿Por qué no advirtió lo que venía,
cuando ya el General Isaías Baduel lo
había advertido frente a Chávez, con la crítica a la reforma constitucional de
2007. Siguió adelante creando el SEBIN
(Servicio Bolivariano de Inteligencia
Nacional), y no se conoce que este
cuerpo de inteligencia haya sido creado con una visión de respeto a los
derechos humanos como lo demanda la Constitución Nacional. El SEBIN era y sigue siendo un cuerpo represivo de inteligencia que
utiliza diversos métodos de tortura abiertamente criminales para extraer
información de los detenidos. Como poder olvidar las torturas aplicadas a Vasco Da Costa, al Capitán de Fragata
Acosta Arévalo, al mismo General Isaías
Baduel, y tantos otros fallecidos. El caso de Lorent Saleh, premio Sájarov, es una víctima viviente
que escribió recientemente en un twitter: Miguel
Rodríguez Torres es un violador de DDHH, es el padre del SEBIN y creador de
centros de tortura como La Tumba, lugar donde nos torturaron durante años.
Miguel Rodríguez Torres es un criminal que se dedicó a perseguir, torturar y
asesinar estudiantes en Venezuela.
En relación a La Tumba, la abogada defensora de los
derechos humanos, Tamara Sujú Roa,
denunció en el año 2015 las condiciones
en las que estudiantes como Lorent
Saleh, Gabriel Valles y Gerardo Carrero
se encontraban detenidos en ese lugar por protestar contra el Gobierno
venezolano. La tumba es una prisión de siete celdas pequeñas, ubicada en un
sótano, cinco pisos bajo tierra, sin luz ni aire natural. Además no hay
sonidos, ventanas, luz natural ni ventilación. Solo se escucha el Metro de
Caracas, el cual pasa por encima de las siete celdas de dos por tres metros
cuadrados, alineadas de forma continua,
por lo que los detenidos no pueden verse. También aseguró que el piso y las
paredes eran blancas, las rejas grises con una apertura por donde ingresan la
comida y camas de cemento blanco. Por último indicó que los detenidos pasaban
las 24 horas del día encerrados, vigilados por cámaras y micrófonos. ¿Cuál es
la intención con este modelo de cárcel?:
Reducir el preso a la nada, sometimiento brutal que induce al desespero frente
a una luz blanca permanente y una temperatura fría. Causar terror y sensación
de que no pasa el tiempo. Es lo que se conoce como la tortura blanca que induce
al reo a sujetarse a la súplica, a la delación y dar alguna información si la
tiene, con tal de que lo saquen de allí. Este método debe provenir de la
estructura carcelaria utilizada en China, Rusia o Irán. O puede que sea un
nuevo experimento, propio de mentes macabras. El mismo joven Loren Salet relata
en Madrid que tuvo dos intentos de suicidio, frente a la desesperación que le
abrigaba.
El perdón y la
reconciliación nacional es imposible mientras este incólume la dictadura que la creo, con sus
agentes represivos en sus puestos de mando. Solo cuando logremos salir de este
régimen violador de la Constitución Nacional y de los Derechos Humanos, se puede hablar de estos términos que alude el
General. Y sin embargo habrá que abrirse un intenso proceso de investigación
judicial y penal con tribunales idóneos y ajustados al derecho para que
aquellos que sean acusados de haber cometido crímenes de lesa humanidad y
aplicar torturas a presidiarios, paguen por sus responsabilidades. No creo que
Rodríguez Torres salga ileso. Por lo pronto todos estamos a la expectativa de
los resultados de investigaciones bien fundamentadas que en este momento procesan
en la Corte Penal Internacional y las acusaciones contra
toda la cadena de mando gubernamental venezolana de crímenes de lesa humanidad.
Miguel Rodríguez
Torres aparece en la actualidad como una “victima”
de la dictadura chavista-madurista, al pasar cinco años presos en las instalaciones del SEBIN y el Fuerte Tiuna, y de seguro no
pasó por La Tumba, su propia creación, porque esa fue hecha para revoltosos y
disidentes, y Rodríguez Torres era una ficha de
la dictadura pro-cubana que se desvió pidiendo cambios, creando una
organización llamada MADDT (Movimiento Amplio desafío de todos).
El 13 de marzo de 2018 fue detenido por funcionarios
del SEBIN, cuando se retiraba de un acto público en el Hotel President de
Plaza Venezuela, Caracas. Se le acusó de espionaje, conspirador e instigar a la
rebelión contra la FANB y
planificación de actos armados contra la Constitución. Y, por si fuera poco, de tener conexiones con la CIA (Agencia Central de Inteligencia).
Procedimiento de absoluta factura
cubana, que a la menor disidencia frente al poder del dictador, le sale
vigilancia, persecución y cárcel. Como el caso del Comandante cubano Huber Matos,
quién por expresar una que otra opinión, fue detenido y condenado en prisión por veinte años (1959-1979), sin
derecho a defensa de ningún tipo. En el caso del General Rodríguez Torres, sus
captores fueron “benevolentes” y
solo duró cuatros años en prisión sin pasar por humillaciones, torturas blancas
ni nada que se le parezca. Era un preso
de su propia gente. A su salida agradeció a Dios, la Iglesia, a altos funcionarios de la
dictadura como son los hermanos Rodríguez (Vicepresidenta y Presidente de la
Asamblea Nacional), a personajes del mundo político opositor como Timoteo
Zambrano, Gerardo Blyde y el ex presidente español Jorge Luis Zapatero. Nada de
sorpresa de esta oveja descarriada. Para buen entendedor pocas palabras.
Ha trascendido que el Mayor General Miguel Rodríguez Torres
es evangélico prácticamente. Y uno se pregunta con ingenuidad ¿Su Dios no es el
mismo de la gente que mando a asesinar y a reprimir? ¿No está claro los
mandamientos cristianos de No mentiras, No mataras a tu prójimo? ¿Cómo
interpretar su fe religiosa y obrar por el bien cuando actúa con odio y
alevosía? Pero todos sabemos que en la trágica historia de la cristiandad estos
preceptos que emanó Jesús no se cumplen y cada quien los acomoda a su proceder.
Más allá de lo intangible de las creencias espirituales está la realidad por lo cual se le acusa a
este General. Que mienta, que elabore su
discurso sofista, que le convenga a sus
carceleros para ganar la gracia de la libertad, es parte de la mentira, del show, de la
manipulación que le sirve más a este régimen criminal que a él mismo. Rodríguez
Torres es un cobarde o un convencido de su negra actuación. No lo sé, pero
hasta ahora sigue siendo un hombre de este terrorismo de Estado que el colaboró
a montar y que sigue incólume. La
realidad está prohibido olvidarla o banalizarla, como muy bien lo señalara Hannad Arendt en el caso del criminal
fascista Nazi Eichman, que ante los tribunales de
justicia internacional pretendió aparecer como un simple burócrata, considerando inocente,
alegando que su rol era poner la firma
en un papel y el delito lo cometieron otros. En el caso de Rodríguez Torres las
investigaciones no están cerradas, así este gozando del exilio en Madrid y con
la desfachatez de decir que “volverá”.
Finalmente dejo ante ustedes un fragmento del Prólogo del Informe
de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, conocido como NUNCA MÁS, presidido por el notable
escritor ya fallecido Ernesto Sábato,
del año 1984, cuando Argentina recuperó
su democracia de la dictadura militar: “En
el curso de nuestras indagaciones fuimos insultados y amenazados por los que
cometieron los crímenes, quienes lejos de arrepentirse, vuelven a repetir las
consabidas razones de <<la guerra
sucia>>, de la salvación de la patria y de sus valores
occidentales y cristianos, valores que precisamente fueron arrastrados por
ellos entre los muros sangrientos de los antros de represión. Y nos acusan de no propiciar la reconciliación nacional, de activar
los odios y resentimientos, de impedir el olvido. Pero no es así: no estamos movidos por el resentimiento ni por el
espíritu de venganza; solo pedimos la verdad y la justicia (…) para poder vivir
con honor y paz.” Es obvio el
comentario de su vigencia para nuestro
país Venezuela.