jueves, 30 de junio de 2022

MEMORIAS DE UN VENEZOLANO EN BUENOS AIRES

 


MEMORIAS DE UN VENEZOLANO  EN BUENOS AIRES

Mi Buenos Aires querido, / cuando yo te vuelva a ver, / no habrá más pena ni olvido. / El farolito de la calle en que nací / fue el centinela de mis promesas de amor, / bajo su quieta lucecita yo la vi / a mi pebeta, luminosa como un sol. / Hoy que la surte quiere que te vuelva a ver, / ciudad porteña de mi único querer / y oigo la queja / de un bandoneón, / dentro del pecho pide rienda el corazón...”  Letra de Alfredo Le Pera.  Música de Carlos Gardel. Compuesta en 1938.



Yo / Nací en esta ribera del Arauca vibrador / Soy hermano de la espuma / De las garzas y de las rosas / … Y del sol / Y del sol. / Me arrulló la viva diana de la brisa en el palmar / Y por eso tengo el alma / Como el alma primorosa / Del cristal / Del cristal. / Amo, lloro, canto, sueño, / Con claveles de pasión, / Con claveles de pasión, / Amo, lloro, río, sueño / Y adoro rubia crines / Al potro que quiero yo….” Autor: Rafael Bolívar Coronado, año 1915. Música de Pedro Elías Gutiérrez.

 


La despedida de un país o de una ciudad tiene muchas veces una expresión ambivalente, entre alegría y tristeza, nostalgia por todo lo que dejo y el anhelo de la llegada al país de origen. Llegué a Buenos Aires a comienzos de febrero de 2019 con la finalidad de compartir con mi pequeña familia en una planificación de tres meses, que se convirtieron en dos años, inolvidables por tantos acontecimientos jamás imaginados. La peste del Covit 19, los fallecimientos de personajes de alto significado para la historia argentina como lo son el caricaturista y escritor de historietas Joaquín Salvador Lavado Tejón, mejor conocido como Quino y su personaje central, caustica y critica, llamada MAFALDA y sus amigos. De  Diego Armando Maradona y su gol del siglo, aquel 22 de junio de 1986, de vida muy disipada, drogas, mujeres, que le sacó dividendos a la fama, más un estilo de vida equivocado. Aun así el pueblo argentino lo venera. También nos enteramos de la muerte repentina de Juan Forn, escritor legendario de la generación de los noventa, con apenas 61 años. Mauro Viale, considerado uno de los iconos del periodismo argentino por su constancia, disciplina y defensor de la libertad de expresión, muere a los 73 años por Coronavirus.  La peor noticia que he recibido fue la sorpresiva muerte de mi madre Manuela Antonia Cabrera Sánchez,  por un tumor cancerígeno y un estado de agravamiento inusitado y de mi hermana mayor Rosalía Cabrera, el mismo año con apenas 11 días de diferencia del mes de julio de 2021. Nadie sabe el calvario del sufrimiento por estar tan lejos y consciente que la soledad obligada por el Covit 19 y la  aguda crisis venezolana afecta más a las personas de la tercera edad. Mi madre alcanzó 93 años y mi hermana mayor 77 años. Nunca me pasó por la mente que aquella despedida en Maracay,  noviembre de 2019 sería para siempre, y sin poder hacer nada y estar en persona para llorarlas en cuerpo presente.  Eso nos enseña que hoy estamos mañana no, y como siempre decía mi amada madre: “Uno sabe cuándo llega, pero no cuando le toca  irse de este mundo, yo he vivido bastante”. (En el blog ladiscordantenota blog spot.com puedes encontrar las semblanzas de estos personajes. Igual de Maradona y Quino


.


En Buenos Aires su gente es de costumbres cotidianas que la trasladan de generación en generación, salir pasear con los perros, la mayoría de rasa, sentarse en las tardes en los lugares abiertos a dialogar y compartir un café o mate, cenar los fines de semana en los restaurant, nadie está pendiente del otro, cada quién en lo suyo. Hay bastantes casas de ancianos de carácter privado donde son llevados cuando se acaba la vida útil, son especie de depósitos de ancianos. Me llamó la atención que no hay personas de piel negra, predomina el blanco. Esto viene dado por el proceso de colonización, la ausencia de mestizaje y la enorme cantidad de inmigrantes (sobre todo italianos, españoles y franceses) entre los finales del siglo XIX y a lo largo de todo el XX.   



Es indiscutible que BUENOS AIRES es una ciudad acogedora, por sus cuatro estaciones (otoño, invierno, verano y primavera). Sus enormes avenidas y aceras, las grandes edificaciones de estilos antiguos que contrastan con arquitectura más moderna, con una tendencia muy marcada hacia Italia, España y Francia. El área del  inmenso paseo, tipo  boulevard,  en la avenida Corrientes, con sus teatros, sus librerías donde te cansas de ver títulos y autores reconocidos, sobre todo europea, muy poco de escritores latinoamericanos y venezolanos, salvo los famosos como Vargas Llosa, Almudena Grandes, Gabriel García Márquez. Además del permanente reconocimiento a la obra de Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato. Sin embargo se nota las oportunidades a los escritores jóvenes que toman con seriedad el oficio de escritor y/o ser un buen poeta. Este boulevard ofrece infinidades de tiendas y café donde puedes consumir un café a tu gusto, acompañado de las tradicionales “facturas”, especie de pan pequeño dulce muy suave y de buen sabor y sostener conversaciones amenas. Demostraciones artísticas de parejas bailando tango con su elegancia y maestría. La pandemia del Covit 19 trajo como consecuencia que estos lugares permanecieran cerrados por mucho tiempo. Y es a partir de 2022 que están abiertos,  con ríos de gente nuevamente  de todas clases y categorías. Mención aparte merecen los museos históricos y artísticos. La adquisición de obras de pintores famosos como Van Gogh, Diego Rivera, Vasily Kandinsky, Joan Miro, Auguste Rodin y sus monumentales esculturas, Armando Reverón, David Siqueiros, y un enorme etc. Recientemente el empresario argentino Eduardo Constantini compró el autorretrato  de Frida Kahlo titulado: “DIEGO Y YO” por 34,9 millones de dólares en una subasta organizada por la casa de remates Sotheby´s. La obra se convirtió en la más cara del arte latinoamericano. Esto me hace recordar a nuestra querida Sofía Imber, que hizo del  Museo de Arte Contemporáneo (MACSI)  uno de los más representativos de América Latina, semejante al Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). Hoy esta ciudad pujante no se detiene contrastando  con Venezuela, que  le cayó una maldición roja destruyendo todo  a su paso, es decir todo aquello que represente la era democrática debe ser estigmatizado, ignorado, desconocido.



 Buenos Aires es una ciudad equidistante del mundo, a pesar de sus inmensos problemas sociales y económicos, sobre todo las provincias periféricas. Es indiscutible el esfuerzo que hacen los diversos sectores y debo reconocer el alto grado de civismo de su población, aquí nadie se colea en las estaciones del tren y el subte, los comercios al aire libre y hay un respeto por la propiedad privada.  Mención aparte merece  unos de los eventos culturales de gran prestigio. Me refiero a la 46 EDICION DE LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BUENOS AIRES. Veamos lo que dice la portada del Feriódico, el diario de la feria: “Estamos felices, exultantes. Dos años después del cierre de la 45, por fin se reabren nuevamente las puertas, uno de los acontecimientos culturales más significativos de América Latina. Entre el 28 de abril y el 16 de mayo de 2022 habrá 1500 actos presenciales y virtuales con la participación de reconocidos autores de Argentina y del extranjero, como Mario Vagas Llosa, John Katzenbach, Javier Cecas, Guillermo Saccomanno, Diamela Eltit, Paulina Flores, Caroline Fourest, Jorge Carrión, Selva Almada, Claudia Piñeiro y Mariana Enriquez. La 46 edición se realizará con los homenajes a José Saramago, Quino, Juan Ford, García Márquez y Almudena Grandes, entre otros. También con la demorada entrega de premios, la presentación de libros, el recuerdo de los 40 años de la Guerra de Las Malvinas y las exposiciones fotográficas. Con cuidados protocolos, con la energía de siempre y con muchas novedades vuelve La Feria. Será un fiesta.”



 


Particularmente observé un nivel de organización impecable. Un verdadero ambiente democrático, con mucho civismo y respeto a pesar de las enormes multitudes que asisten todos los días. Son 1.809 stand, organizada por pabellones amarillo, ocre, verde, azul y rojo. Allí no hay cortapisas ni censura en la diversidad del pensamiento y su expresión escrita. Curiosamente me llamó la atención tres aspectos de esta Feria: Uno que si bien es cierto que la ciudad homenajeada es La Habana con su pensamiento oficialista negador de las libertades democráticas, sin embargo había un  stand de los disidentes cubanos bajo el lema “Patria y Vida” y una actividad especial de un músico cubano radicado temporalmente en Buenos Aires, tipo performance, dedicada al escritor y poeta  mártir REINALDO ARENAS, con toda su obra disidente. En segundo lugar mucha presencia de producciones escritas de las provincias de Argentina, lo que me indica que no es solo Buenos Aires, sino todo el país que se aboca a esta feria anual. Y por último los precios de los libros, de bastante acceso para todas las gentes que se acerca a compartir este especial evento.  Que lastima que Venezuela sufre la tiranía actual llevando a los últimos lugares en economía, salarios, salud, educación, cultura de los países de nuestra América. Imagínense los analistas políticos y economistas  nos ubican al lado de Haití, Nicaragua y Cuba en asunto de índices de pobreza. Por otra parte  tuve la oportunidad de estar muy cerca de la conversación en un auditórium inmenso con el escritor peruano Mario Vargas Llosa y el escritor español Javier Cercas, donde disertaron abiertamente sobre el poder de la cultura latinoamericana y la necesidad de liberarla de los tentáculos antidemocráticos y totalitarios de una izquierda retrograda y absolutista. En una segunda jornada con Mario Vargas Llosa y el escritor y periodista Jorge Fernández, el laureado escritor de “Conversaciones en la Catedral”, después de bautizar su último ensayo literario “La mirada quieta de Benito Pérez Galdós” paso revista sobre el panorama tan inquietante de América Latina y expreso ante una pregunta del periodista: “Tengo poca confianza en la izquierda latinoamericana y lo digo por mi país. Es una izquierda fanática, dogmática, cerrada a nuevas ideas, con una visión distorsionada de la realidad. Hoy lo vemos con Ucrania. Putin agrede un país y la izquierda no condena. La izquierda latinoamericana responde de manera automática a las consignas y así no hay posibilidades de cambiar. Ojala en Argentina sea una izquierda más flexible, pero en Perú, Bolivia y Ecuador es inflexible”. Curiosamente no  nombró a Venezuela que lleva la batuta, y hasta los momentos esa “izquierda más flexible” de Argentina lo que ha hecho es cohonestar todas las trapacerías de la dictadura chavista-madurista.



Después de la pandemia pude visitar varios espacios museísticos donde guardan con mucho celo y rigor su historia desde la Buenos Aires del siglo XIX y XX. La Casa del escritor argentino Ernesto Sábato, que conserva sus cuartos tal y como él los dejo, su taller de pintura, faceta que muy pocos conocen. Este escritor de “El Túnel” deja una importante obra, problematizado con su tiempo con esa identidad perdida de índole latinoamericana, escribía: “Nada puede ser enteramente dichoso si tienes conciencia de la desdicha ajena, pero la desdicha intima tiene otros motivos, y de eso no se libra nadie en ninguna parte”.

Finalmente en esta estadía de dos años, lamento  no haber conocido más de sus lugares en las provincias porque descubro que Argentina no es Buenos Aires, la capital. Por lo menos conocí una parte de los   argentinos y su territorio. Y aunque los noto cerrados a abrir las puertas de su casa para compartir, se observa respeto a los migrantes, la mano de obra está abierta a los venezolanos, porque a la final hay algunas características comunes entre venezolanos y argentinos como es la diversidad cultural. Son fraternos y solidarios. Yo me salí del gueto de los venezolanos en el barrio donde nos instalamos para ir más al fondo y conocer a los bonaerenses.  Cabe destacar que la palabra Barrio no se corresponde con lo que la gente de Venezuela se imagina, aquí son urbanismo de clase media con todos los servicios y el transporte es excelente, a cada 15 minutos pasa un transporte, también puedes trasladarte en tren hasta diferentes puntos de la capital.  Aquí aprendí los modismos  y dialecto de los argentinos, sus chanzas sanas. Agradecer por la paciencia y solidaridad del Señor Cesar y su esposa Isabel, quienes atienden un kiosco de periódicos  y yo iba todos los días a enterarme de las noticias más importantes del acontecer nacional e internacional, incluso fueron muchas las veces que me prestaba los diarios más importantes: EL CLARIN Y LA NACION y la REVISTA CULTURAL Ñ. Por cierto,  conversábamos muchos sobre el acontecer venezolano y argentino. Incluso me dijo: “No vayas a creer que Buenos Aires es Argentina, aquí se vive con mayor comodidad pero hay poblaciones como Santiago del Estero, Jujuy, Santa Cruz, Mendoza, Córdova, donde hay pobreza y la grieta es evidente, incluso en la periferia de Bueno Aires también”.  Cuantas veces no sentí nostalgia por mi pobre país sin libertad de expresión y la persecución a los periodistas y dueños de medio. Comparado con mi país esto es un país normal donde se respeta  la libertad de expresión y la división de los poderes. Aquí no hay presos políticos ni desaparecidos.  Hay problemas económicos con una inflación hasta ahora soportable, pero que si no se controla puede estallar en una crisis social. El Gobierno de Alberto Fernández no solo ha endeudado al país con el Fondo Monetario Internacional (FMI)  achacándole la culpa al gobierno anterior, sino que  ha fomentado una política de bonos para subsidiar la pobreza, con fines populistas y electorales. Considero que carece de una opinión propia como presidente y de deja llevar por la vicepresidente Cristina Kisnner. Es una caja de sorpresas, con unos vaivenes declarativos, muy ambivalentes.




Conocí en este Barrio de Villa del Parque una pequeña Biblioteca del Paso “Artigas” que no era atendida por nadie y  siempre tenía libros para leer de literatura universal, infantil,  europea, latinoamericana,  y por supuesto argentina. Al paso de los días encontré a una señora muy joven de nombre María Inés colocando algunos libros y al preguntarle sobre esta iniciativa me dijo de manera entusiasta: “Tenemos varios años con esta experiencia acá y en otros barrios, los vecinos colocan en estos pequeños stand los libros que ya no van a leer y antes de tirarlos es mejor colocarlos acá para que otras personas lo lean en sus casas, además que los mismos vecinos llevan otros títulos que les apetezca leer.” Casi a diario pasaba por allí y en verdad que era una delicia encontrar tantos libros interesantes.  

Hice amistad de trato con un joven barbero argentino de nombre Federico, quien me afeitaba a precio de jubilado cuando mí cabellera estaba muy crecida. En lugar de su establecimiento era paso frecuente mii hasta una plaza, donde me sentaba horas a leer, ver pasar la gente con sus mascotas o pensar distraído. Resulta que hubo un tiempo que estuvo cerrado y pensé que ya no lo volvería a ver más para sus servicios y las conversas que sosteníamos. Mi sorpresa fue que un día vi la barbería abierta y casualmente estaba solo y me pregunto: ¿Usted no enteró de lo sucedido? Eso salió en la prensa. Yo, le respondí que nada sabía, pensé que estabas de vacaciones le dije, entonces me dijo: “Bueno escúcheme: Vos sabe que mi hijo Bautista se lo había llevado la madre hace meses para una provincia lejana y yo estaba desesperado porque legalmente no tenía la patria potestad y me prohibieron ver al chico, y por más que pague abogados nada pude hacer porque aquí amparan mucho a la mujer. Pues bien, resulta que una tarde me llamó un vecino y me comunicó que era urgente que me trasladara a esa provincia para que sacara a mi hijo de allí, que lo habían dejado encerrado, que era ahora o nunca.” Notaba que su voz se quebraba y los ojos se le aguaron. Continuo: “Contraté un taxi  y me fui como loco hasta allá y empecé a tocar como un desesperado, unos vecinos me dijeron vamos a romper la puerta, en efecto, mi hijo en medio de la sala en aquel rancho de mala muerte, atado en una sillita, demacrado y semiinconsciente de los golpes que le había dado, yo entre en  una crisis de llanto y casi que pierdo el conocimiento. Los vecinos me ayudaron, me traje al niño y puse la denuncia en la policía. Al final la madre fue capturada y también a un hombre que vivía con ella, estaban drogados y solo alcanzaron a decir que no soportaban las quejas y lloraderas de ese niño, demasiado rebelde. Imagínese, ¿Usted Señor Gustavo, que es educador, si  yo no llego mi hijo se muere allí, es justo eso? Que tremendo  puede ser  un niño de apenas cinco años, por amor a Dios”. Yo, contagiado por ese dolor en vivo no hice más que llorar por mi condición de padre e imaginarme el sufrimiento ocasionado a ese  niño inocente. Lo que vino después fue un proceso lento y asistido de la recuperación del niño con personal médico y psicólogo, y hasta el padre paso por sesiones de terapia. Con respecto la madre fue capturada conjuntamente con su amante y están presos, acusados de varios delitos. Hoy cuando lo despido, por irme a Venezuela veo un semblante de orgullo y entrega en su condición de padre y me dice: No me gusta hablar de ese tema, sé que no lo vamos  a olvidar jamás, pero fue una gran lección para el Estado Venezolano que no debe sobreproteger a la mujer por sus derechos y dejar al hombre desamparado. Y para mi pequeño y yo, un trago amargo que nos hizo amarnos más y profundizar mi responsabilidad.  



Así mismo compartí con el aseador de las calles del sector, Señor Luis, el cual todas  las mañanas lo saludaba y me puso como sobrenombre “La Vaina”, por el uso que tenemos los venezolanos de esa palabra. A la maestra venezolana Francis y su compañero argentino Mario, por invitarnos a degustar platos argentinos en un restaurant  de la localidad y una hacienda de su propiedad. Por cierto que casi al final de la cena ella me preguntó sobre como caracterizaba a la mujer venezolana desde el punto de vista idiosincrático  y yo como para no herir susceptibilidades con el compañero argentino le dije que no sabía porque en mi vida de pareja solo había  conocido a las venezolanas y que de alguna manera todas las mujeres tenían cualidades y defectos. Pero no quería entrar en una conversación que tiene muchas aristas. A la Señora Alicia que atiende una librería donde se encuentran libros usados y nuevos por los diálogos que sostuvimos, aunque notaba su predilección por la izquierda y el ´peronismo. Al Señor Daniel que atiende una venta de libros usados  en Parque Rivadavia y además compra libros. Recuerdo que la última vez le lleve las obras completas del escritor cubano  Severo Sardui y me dijo que cuanto aspiraba por esa obra, yo le di un precio bastante bajo y él me dijo: “Yo intento ser justo amigo y no aprovecharme de la gente que me viene a ofrecer libros y se lo que cuesta salir de un libro,  eso yo lo llamo respeto y empatía por el otro”.      A la dueña de la casa,  Alejandra y su hijo Santi,  donde vivimos alquilados, mi esposa Belén y mi hijo Gustavo Ibrahim que estudia en la Facultad de Agronomía de la UBA, muy cerca del lugar de habitación. Además que tiene un enorme campo donde los argentinos van a compartir un mate, pasear sus perros de todas clases y hacer ejercicios. Muchas veces lo aproveché para leer, reflexionar y escribir.



Finalmente yo regreso a Venezuela y aspiro compartir con mi familia materna, amigos políticos y no políticos, completar mi proceso de duelo, sentir el calor venezolano y palpar personalmente que Venezuela existe, después de dos años de ausencia. De eso escribiremos en próximas oportunidades.

*Grieta: separación social entre las clases sociales, sobre todo para referirse a ricos y pobres.        

 Buenos Aires 01 de junio de 2022.

3 comentarios:

  1. Con mucho respeto y admiración por tus interesante resumen de tu estadía aquí en Buenos Aires de parte de mi Familia Reyes Gonzalez te Felicitamos por ser como eres

    ResponderBorrar