domingo, 28 de abril de 2024

ENTRE DIOGENES ESCALANTE Y EDMUNDO GONZALEZ. ¿HABRÁ TRANSICIÓN?

 


ENTRE  DIÓGENES  ESCALANTE  Y  EDMUNDO  GONZÁLEZ URRUTIA:   CRONICA DE UNA TRANSICIÓN

 

Diógenes Escalante fue un hijo de la Venezuela campesina que, en el contexto de la barbarie  gomecista, se educó, se formó como diplomático y representó de manera ejemplar y digna los intereses de su patria. Más importante, evocarlo como un modelo de unidad y consenso, como el político luminoso que entre enero y septiembre de 1945 fue capaz de unir a los venezolanos tras su proyecto para construir una Venezuela moderna y democrática.”  FRANCISCO SUNIAGA. Escritor. Autor de la novela  El Pasajero de Truman, alusivo a la historia de Diógenes Escalante.

Nunca, nunca, nunca había pensado estar en esta posición. Esta es mi contribución a la causa democrática y podemos logarla en paz… Dije, cuando me plantearon esto, que si esta designación era de manera unánime, es decir si tenía el respaldo de todas las fuerzas políticas, evidentemente era un compromiso que iba a aceptar. No tengo miedo, pero si reservas por la inmensa responsabilidad que esto comporta. Estamos en un momento en que este régimen no nos juega muy bien. Para ellos no somos adversarios, sino enemigosDeclaraciones de EDMUNDO GONZÁLEZ  URRUTIA  a INFOBAE. 25 de Abril de 2024.



 Ahora todos hablan del tema de la transición, hay un anhelo por llegar a ella, pero muchos no sabe en qué consiste. La transición es un periodo que transcurre entre un régimen político y otro, es una zona gris, ni ha muerto el régimen político anterior ni se ha llegado al otro régimen, conviven ambos y quien presida la transición necesita de mucha inteligencia para conducir y que no retrocedamos a un periodo de violencia. Las transiciones son un estado intermedio entre lo que queremos dejar para siempre y a dónde queremos ir. Para conducirlo hay que ser paciente, inteligente y flexible”. Doctora e Historiadora de la UCV Margarita López Maya. 24 de abril de 2024. 



 

Quien lo iba a pensar que a vuelta de casi ochenta años se repetiría la historia de buscar un candidato presidencial para Venezuela, de eso que hoy en día llaman  outsider, es decir un candidato que reúna una condiciones mínimas ante el electorado y que tenga credibilidad y una hoja de servicio política aceptable. Además de ser “aceptado” por el régimen.  El venezolano y diplomático  Diógenes Escalante (1879-1964)  y el venezolano y diplomático Edmundo González (1949. Edad 74 años)  Urrutia son los protagonistas de este hecho casuístico, poco usual en la historia política de Venezuela. Dos grandes desconocidos por el pueblo, ¿Porque se consideran figuras estelares entre el pasado y el presente? ¿Cuáles son las similitudes y los contrastes en todo esto? ¿Qué importancia tiene esto en la historia política venezolana en lo que se conoce como transiciones?   Estudiemos cada caso  y posteriormente hagamos una reflexión al respecto.



Diógenes Escalante era un civil, de carrera diplomática que había ocupado distintos puestos diplomáticos en Europa, además había sido representante de Venezuela ante las Sociedad de Naciones Unidas, antecedente de las Naciones Unidas. Fue un hombre de confianza del régimen gomecista, combatió al lado de Juan Vicente Gómez contra Cipriano Castro y ocupó algunos cargos públicos, además propone la creación del periódico “El Nuevo Diario” siendo su director entre 1913 y 1915. Posteriormente parte hacia Europa a hacer vida diplomática. Vale decir que esta larga estadía fuera del país le permite formarse y ver la política desde una visión más plural y democrática.  Cuando le propusieron lanzar su candidatura para presidir el país en el año 1945,  llevaba algún tiempo como embajador en Washington. Escalante, era prácticamente el candidato de consenso de todos, contaba con el respaldo del gobierno que dirigía el General Isaías Medina Angarita y el beneplácito del General Eleazar López Contreras, mientras que del lado civil el Partido Acción Democrática estaba también de acuerdo. El mismo Rómulo Betancourt y Raúl Leoni había ido a los Estados Unidos a proponerle la candidatura presidencial, bajo el compromiso de impulsar las reformas democráticas como la aprobación del voto universal, directo y secreto de los venezolanos y otras medidas para salvaguardar a los nacientes  partidos políticos y las seguridades sobre la libertad de imprenta y sindicato. Diógenes Escalante llevaba 26 años fuera, pero conocía la realidad venezolana pre-petrolera y reconocido entre las elites políticas y militares del país. Al llegar a Caracas en septiembre de 1945 el recibimiento fue notorio, mucha gente y caravanas de vehículos, lo que indicaba amplio respaldo. No olvidemos que para ese entonces el cargo de presidente de la república se elegía en el Congreso Nacional y el Partido de Medina Angarita tenía amplia mayoría.



Al final todo se frustró porque Diógenes Escalante entro en situación de demencia, perdiendo la razón y por más que los médicos y psiquiatras intervinieron no pudieron hacer nada. La historia señala que el 3 de septiembre de 1945 su secretario particular fue a buscarlo al Hotel Avila donde se hospedaba para una reunión con Medina Angarita y cuando habló con él expresaba con incoherencia mostrando un desorden mental. No pudo recuperarse ante la atención médica y  el 11 de septiembre de 1945 un avión enviado por el presidente norteamericano Harry Truman despegaba de Caracas a Los Estados Unidos para su recuperación, cuestión que no se logró, muriendo años después. Ante la indisposición mental del frustrado presidente el General Medina propuso como candidato de consenso a su Ministro de Agricultura, Ángel Biaggini, el cual no contó con el respaldo de Acción Democrática y el mismo Betancourt lo considero “Anodino y gris”. Este vacío y esta discordia fueron aprovechados por un sector militar  joven que tuvo como cabecilla al General Marcos Pérez Jiménez y el Cadete Carlos Delgado Chalbaud,  y del lado civil,  militantes del Partido AD, dirigidos por Rómulo Betancourt. Lo demás es otra historia.



Por su parte Edmundo González Urrutia es un internacionalista, diplomático, político y escritor venezolano, de 74 años de edad. Digamos que ya recogido en sus cuarteles de invierno, es llamado por la oposición democrática mayoritaria a jugar un papel preponderante en los destinos del país. En su primera entrevista concedida al periodista Cesar Miguel Rondón, ante la pregunta ¿Edmundo, preséntate ante el país, ¿Quién eres tú? El responde después de titubear: “Bueno mira no es fácil hablar en primera persona, pero yo pertenezco a la Venezuela democrática de los años de la República Civil, yo nací y viví en La Victoria, Edo. Aragua por dieciséis años, hijo de una familia modesta,  sin bienes de fortuna. Mi padre cuando yo empecé a estudiar en la universidad me decía – caramba tú te vas a estudiar eso de diplomacia, eso es una carrera para ricos, porque así se pensaba en ese tiempo. Yo estudié en un colegio público tanto la primaria como la secundaria y me gradué de bachiller hasta el año 1965 que me vine a Caracas a estudiar en la UCV. Ingresé al servicio exterior de Venezuela en el año 1971  por concurso de oposición, hice mi posgrado en Relaciones  Internacionales en una universidad de Estados Unidos con los costos cubiertos por el Ministerio de Relaciones Exteriores, es decir por el Estado Venezolano. Mi formación y funciones básicamente han estado ligadas a la Relaciones Exteriores y a la diplomacia. Y allí he estado  por treinta años, no de ninguna parcialidad política. Yo recuerdo, como anécdota, que el Ministro de Relaciones Exteriores, Reinaldo Figueredo,  en el gobierno de Carlos Andrés Pérez decía que estaba rodeado de directores que no pertenecía al partido de gobierno, y eso habla bien de su amplitud de lo que debía ser la política exterior de Venezuela donde se debe respetar sus las orientaciones y principios básicos de la política exterior de un país democrático. Yo ingresé con el Presidente Caldera en el primer año, serví  con el Presidente Lusinchi, estuve en los dos períodos del Presidente Pérez. En Washington en su primer mandato y como embajador de Argelia en su segundo mandato. Con el presidente Caldera trabaje los cuatro años como Director de Política Internacional y al final me designó Embajador de Argentina.”   



Como podemos observar posee una hoja de servicio inmejorable en el marco de un país democrático y mucho más para una transición en paz y con el concurso unitario de los líderes y partidos políticos demócratas. Es una reserva moral y ética de la tan vilipendiada “cuarta república”. Como puede notarse no es un hombre de partido, sino un demócrata cabal.  No pongo en duda   el absoluto respaldo que va obtener de la población venezolana en este momento crucial.  Pero todos sabemos que esto no basta, que las fuerzas de la tiranía madurista, atrincheradas en  Miraflores,  sabemos que no se van a dar por vencida y aparte de  los trapos rojos que pongan en práctica para evadir las elecciones presidenciales limpias y transparentes, pueden materializar nuevas inhabilitaciones, de la que el mismo Urrutia no se escapa. Es la hora de dormir con un ojo abierto y el otro cerrado porque cuando el enemigo siente que puede perder el poder, no tiene escrúpulos y cualquier artimaña, trampa o violencia es válida, como lo ha venido haciendo hasta ahora, donde una mayoría ciudadana de todos los estratos sociales ha dicho a viva voz y en contundente mayoría:  ¡QUEREMOS CAMBIO, YA BASTA!



La diferencia y similitudes  entre la transición de ayer y la de hoy, es clara.  Ayer el camino entre los protagonistas estelares (oposición-gobierno) estaba allanado en esa figura de alto prestigio llamada Diógenes Escalante,  lamentablemente no se  pudo  por las razones ya expuestas. Hoy la dictadura, aun pérdida no quiere dar su brazo a torcer poniendo las cosas más tensas y difíciles ante un proceso electoral que se sabe perdedor. Esperemos que no se empañe en los derroteros de la Venezuela Democrática y podamos coronar con éxito unas negociaciones políticas para recuperar la democracia y la inmensa tarea que nos toca.  Ese ayer era una Venezuela rural-pre petrolera,  que recién estaba saliendo de una de las dictaduras más largas (27 años) que hemos tenido con sus frutos y sus cuestiones negativas en la represión, presos políticos y torturas,  asesinatos políticos  y sin libertades civiles. Este hoy, 25 años del siglo XXI, lleva por las menos dos generaciones con el secuestro del sistema democrático. La sociedad entera clama por   un respiro de libertad y justicia,  y recuperar así el  Estado de Derecho y la división de los poderes públicos, el  respeto a los derechos humanos,  la decencia pública,  una educación de calidad, un país sin presos políticos, libertad de prensa y de reunión pública,  etcétera. La ciudadanía no desea transitar el camino de Cuba y Nicaragua. Ya no hay engaño posible y el régimen chavista es completamente tóxico.



En el pasado la transición no se logró porque al no haber consenso con el candidato propuesto por Medina Angarita, un grupo de militares conjuntamente con AD promovieron un golpe de estado, 18 de octubre de 1945 y posteriormente ese mismo grupo militar le da el golpe al escritor Rómulo Gallegos en 1948. Felizmente se recupera la democracia, después de diez largos años con la huida del dictador Marcos Pérez Jiménez, con el ascenso por vía electoral de Rómulo Betancourt. Allí queda una gran lección que no vamos a dilucidar porque nos escaparíamos a elucubraciones, no obstante hay  historiadores que sostienen que de haber llegado Diógenes Escalante a ser Presidente Constitucional nos habríamos ahorrado esa cruenta dictadura pérezjimenista y más tiempo para una educación republicana democrática que nos alejara de desviaciones militaristas y caudillistas. Es decir probablemente el finado Hugo Chávez no hubiera llegado al poder y hacer lo que hizo.



La historiadora Margarita López Maya ha agregado: “Bajo el régimen chavista se ha hablado de transición, en 2012, en 2015 con las parlamentarias, incluso hay quienes dicen que estamos en un proceso de transición. Lo cierto del caso es que ni entramos ni estamos por entrar todavía. Pero claro cada vez que aparece la unificación de la oposición y con algún agregado de presiones internacionales, entonces la gente empieza a tener más esperanza en la posibilidad de un cambio político. Creo que lo positivo en la actual coyuntura es que hay una unidad estratégica y una ruta electoral y todos están remando hacia ese mismo lado. A esto se agrega una coyuntura internacional, no tanto por lo que digan los Estados Unidos y Europa, sino a nivel subregional las declaraciones de PETRO Y LULA han sido muy importantes. Petro y Lula son amigos de Maduro, pero tiene intereses y ello tiene que ver que se detenga el flujo migratorio que tiene desangrado esas economías. Aunque Maduro tiene sus amigotes, Rusia, China, Turquía, Irán, pero están lejos  y tienen muchos problemas. Considero que nosotros muchas condiciones para llegar a una transición, pero tenemos un gran obstáculo, casi que insalvable, y es la poca disposición del gobierno para ir a una transición. Él no ha dado las señales ni la disposición para eso, como si lo dio el General López Contreras en su momento.  Vemos como sea fallado en las negociaciones porque se dialoga, se firman acuerdos de buenas intenciones, pero posteriormente el gobierno hace caso omiso y ahora ni siquiera se puede pensar en que la salida sea la electoral, que no debería depender de ninguna negociación sino que la dictadura cumpla con unas elecciones limpias y transparentes. Ese es el panorama actual. Si llegamos a esas elecciones es casi seguro que las Fuerzas Democráticas la ganen. Esa es la gran incertidumbre que tenemos que el gobierno no está dispuesto      a perder las elecciones.”



Por lo pronto todos deseamos un cambio y por el bien de la patria tenemos que lograrlo. Detener cualquier imponderable que lo impida y llegar a buen puerto con el timonel elegido. Derrotar a un enemigo que consideramos imposible es el sueño de todos los venezolanos y todos aquellos amantes de la democracia y de la paz.

Hay que seguir de manera inteligente desarrollando estrategias para llegar a la meta.

4 comentarios:

  1. Es el gran sueño. Elecciones libres y transparentes. Pero... Ahí está el detalle...

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  2. El artículo de opinión es una versión muy liviana y con anacronismos e impresiciones del tiempo historico de referencia; algunas precisarían una ampliación y otras una corrección (p.e.: Carlos Delgado Chalbaud para la época de la crónica del pronunciamiento del 18 de octubre del 45 no era cadete, era el militar de mayor rango). Es si una comparación llamativa por solo 2 aspectos: DE y EGU, han sido diplomáticos; relativamente, eran desconocidos por el común nacional. Saludos.

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  3. Gracias por sus aclaraciones. Siempre son necesarias. Las investigaciones históricas señalan, que eran diplomáticos de carrera, desconocidos por las grandes mayorías populares.

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  4. Facho de porquería que antes era comunista.

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