miércoles, 15 de septiembre de 2021

EL REGRESO DE LA MADRE EN MARIELY BEATRIZ CHACON

 

EL REGRESO DE LA MADRE EN MARIELY  BEATRIZ CHACÓN

 


A todas las madres que han ofrendado su vida, a aquellas que han visto sus hijos partir sin esperanzas de volverlos a ver. AL MUNDO Y A SU DOLOR. A LA AURORA DEL MAÑANA SIN NUBES TENEBROSAS QUE SE INTERPONGAN.



El excelso poeta cumanés Andrés Eloy Blanco (1896 – 1955) escribió un poemario titulado “TIERRAS QUE ME OYERON” (1921), y allí está uno de los poemas más escuchados de su extensa obra poética: EL REGRESO DE LA MADRE, un canto a la madre, a su generosidad eterna, a su amor infinito y tierno, a su desprendimiento firme, a su entrega al hijo que lo necesita. La primera estrofa es elevada:

Cuando falte a mis hombros, madre mía, la fuerza; / cuando cerca del surco donde me siembren llegue; / cuando ya hasta el más leve remolino me tuerza / y hasta el peso del alma me doblegue… / tu recuerdo – ese fardo de diamantes, / seguirá siempre firme sobre mis hombros muertos, / ¡porque en todas mis penas, tu  Amor es un gigante / y el cariño es un Hércules con los brazos abiertos!



Al enterarme de la proeza de Mariely Beatriz Chacón, no dejo de encontrar una real similitud entre el poema citado y esta mujer oriunda del Estado Táchira, tierra de hombres y mujeres de temple corajudo. Es probable que en esa balsa improvisada a partir del momento que sufren el naufragio ni siquiera lo pensara  en la decisión  a tomar. Fueron cuatro días y tres noches inmensamente largas donde José David de 6 años y María Beatriz de 2 años soportaron calor y humedad, fuego y deshidratació, con el elixir que le proporcionaba su joven madre, para no desfallecer totalmente pudieron soportar los días inciertos.  Escribe el poeta Andrés Eloy en su poema ANUNCIACION:

“¡Que hermosa estás, qué hermosa / con los niños abrazado a tu cuello! / ¡Que hermosa de lo grave que vas, de lo anunciada / de lo sembrado en el presentimiento!



Mariely hablaba con Verónica de Jesús, buscando que el tiempo pasara. Verónica cuidaba sus hijos desde que nació la pequeña María Beatriz, y la amaban  tanto como a Mariely. Calmaba la desesperación de los niños,  alentándolos a esperar a los otros, entre ellos a su papá Remis, que habían  salido nadando a pedir auxilio  y  pronto estarían de vuelta. Cuando llegaba la noche y el aire fresco,  les cantaba canciones para dormir, les hablaba de su niñez y algunas aventuras inventadas. El  tercer día sus hijos    entraron en crisis y ella sin perder la calma les mencionaba que ahora si estaba segura  vendría, la distancia era lejos para su regreso  (mentiras blancas para tranquilizarlos) Tenía el presentimiento que no regresaría jamás,  recordaba su despedida con un beso en ese momento de azares. Les habló de su abuela y la crianza amorosa y desprendida que les brindó y ahora ella lo continuaba con sus dos grandes amores.   Les habló  de  Dios, ese señor al que había que aferrarse para los milagros de la vida, anunciando  que pronto estaría allí en una embarcación nueva para rescatarlos, los invitó a no desmayaran ni perdieran la fe, entonces les interrogaba: ¿Vendrán por el sur, por el este, por el norte o el oeste?  ¡Adivinen? . Ese martes, primero les hizo escuchar el ruido de la avioneta en señal de aviso y después   casi al mediodía,  con voz debilitada les mencionó que escuchaba el motor del barco, que ya estaba cerca, que la dejaran dormir un rato. Mientras tanto calmaba su sed con su pecho, cada uno succionando sus pezones. Al final, un poco antes de llegar el barco de rescate, los afianzó a sus brazos y  les dijo: “Ya escucho el barco, ánimo mis amores”, los acaricio mucho y cerró sus ojos, la vida se le fue extinguiendo con una sonrisa que María y José la sintieron en sus pequeños corazones.  Dios había salvado a sus  dos pequeños hijos en manos de los rescatistas. Lo que vino después ya es noticia que circula por las redes sociales.  

 


En el poemario GIRALUNA, escrito por el bardo Andrés Eloy Blanco, escrito en 1955, tiene otro poema muy citado y cantando por otros poetas y recitadores. Nos referimos a  LOS HIJOS INFINITOS” con una estrofa muy significativa



“Cuando se tiene un hijo / se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera / se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga / y al del coche que empuja la institutriz inglesa / y al niño gringo que carga la criolla / y al niño blanco que carga la negra / y al niño indio que carga la india / y al niño negro que carga la tierra.”

Mariely,  y Verónica, sentían el dolor por los niños y su desespero ante ese momento imposible de comprender. No era el momento de dar explicaciones sino de sobrellevar el momento y mucha esperanza y mucha fe. Venezuela y el mundo entero conmovido por esta odisea de desprendimiento de la madre y la continuación de la vida en los hijos tiernos de la infancia.  

Más adelante escribe el poeta:

“Cuando se tiene dos hijos / se tiene la alegría y el ay del mundo en dos cabezas / toda la angustia y toda la esperanza, / la luz y el llanto, a ver cuál es el que nos llega / sin el modo de llorar el universo / o el modo de alumbrar de las estrellas.”

Venezuela y el mundo entero conmovido y atento por esta odisea de desprendimiento en el bravío Mar Caribe, de Mariely, y la continuación de la vida en los hijos tiernos de la infancia.



Escribe la periodista Ana Vaccarella un texto hermoso, que vale la pena reproducirlo integro para una historia valiosa de la mujer venezolana y ejemplo para la humanidad:

Fuiste una Leona defendiendo a sus cachorros del vasto mar

Cada gota de leche que les diste a tus hijos te iba restando vida Marieli, lo sabías, pero en tu corazón no hubo espacio para la duda. Eran ellos o tú

Tampoco dudó tu esposo David,… en dejarte a ti y a los dos niños en una pequeña balsa donde no había espacio para él…

Verónica, la adulta que te hacia compañía, vivió para contarle a la humanidad entera la grandeza de tu acto.

¡No solo a tus hijos le distes vida Mariely! Tu historia sacude las entrañas de un país completo, que hoy entre el dolor y la admiración, amará más a sus hijos. Nos llena de vida Mariely. ¡Nos aumenta el compromiso de hacer que la vida valga la pena! Nos sacude con tu hazaña. Eres y serás el más grande ejemplo. ¡Benditos tus senos Mariely! ¡Bendita tu alma! ¡Bendito tu amor!



MARIA Y JOSE, nombres sagrados  para el mundo cristiano, les toca crecer en un mundo repleto de incertidumbres, les corresponde a ellos y a su generación salvaguardar los valores más importantes de la humanidad como hombres y mujeres de bien. Crecerán sin la savia vital que representó en vida su madre y su padre, pero su ejemplo lo llevaran en el recuerdo eterno.

Algún día, al paso del tiempo, volverán a esas aguas turbulentas del Mar Caribe y cantaran con el poeta Andrés Eloy Blanco el poema REGRESO AL MAR:

 


“Vamos de nuevo al mar, quiero encontrarte

La hora más azul para besarte

Y el lugar más allá para quererte

Donde el agua es al par agua y abismo

En la alta mar, en donde el aire mismo

Se da un aire al amor y otro a la muerte.

                            Andrés Eloy Blanco. Tomado de GIRALUNA. 1955

 

POSDATA: Marielys falleció por deshidratación severa y lactancia prolongada. La madre decidió mantener vivo a sus pequeños a como diera lugar y los hidrato amamantándolos. Incluso bebió de su propio orine para hidratarse. Según información forense del Periférico de Pariata, en La Guaira, explico que la joven madre sufrió un colapso en sus órganos vitales por falta de electrolitos debido a la deshidratación. (Martes 07 de septiembre de 2021).

3 comentarios:

  1. Q muestra de amor y entrega nos deja para la reflexión está joven madre.Sus hijos crecerán con la firme convicción de haber nacido de una guerrera q sin duda alguna no será olvidada tan fácilmente.Paz a su alma.

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  2. La belleza de la poesía nos muestra la esencia profunda y conmovedora de ésta trágica, valiente y ejemplar historia de la mujer venezolana. Es una manera hermosa y extraordinaria de contarnosla. Saludos!

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  3. Lo guardaré como ofrenda.
    Agradecida estoy por tan hermoso relato.. gracias..

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