LAS MISCELANEAS EN
TIEMPOS POSMODERNOS.
Angel Gustavo Cabrera
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Mezcla,
unión y entretejimiento de una cosa con otra. Obra o escritos en que se tratan
muchas materias inconexas y mezcladas.
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Literatura,
obra en la cual hay textos de diversos temas
“Es desgarrador el que las ideas fundamentales con los cuales
uno le encuentra sentido al mundo ya no le sirvan”. Edgardo Lander. 1990. Contribución a la crítica del marxismo
realmente existente.
Últimamente me ha dado por utilizar la palabra miscelánea para
identificar aquellos momentos distractores, separados de lo que hacemos, o bien cuando se pierde el tiempo en
banalidades que impiden el cultivo del intelecto y el cerebro las termina
borrando por ser insignificante. Inclusive llegué hasta pensar que había
posibilidades de sacarle provecho a las misceláneas cuando aprendíamos algo que
completaba el crucigrama o la pieza que faltaba del rompecabezas de algún
proyecto significativo para nuestras vidas. Por ejemplo, me ocurría que cuando
estaba en sesiones de trabajo con un artista plástico
amigo surgían momentos de compartir misceláneas con otra persona que llegara al
grupo para decirnos algo, según su punto de vista, importante. Siempre le decía
a mi amigo -“llegó el momentos de las
misceláneas, vamos a ver que nos trae”. En el caso de Venezuela las
misceláneas aparecen con cierta frecuencia por el predominio de la cultura oral, aunque nadie las registra por
escrito cuando vale la pena. Aclaro las miscelaneas no son chismes ni rumores de pasillo.
Lo interesante del punto es que hurgando en Wikipedia encontré
no solo sus diversas acepciones de acuerdo al contexto, sino su cultivo como
género literario. Dice, entre otras cosas:
“Aunque cultivada en la antigüedad
grecorromana y en la edad media, es un género típico de la omnímoda curiosidad del uomo universale
u hombre universal del Renacimiento y, elaborado por humanistas, constituye uno
de los principales precedentes del ensayo o género ensayístico, aunque a veces
la compusieron caballeros de amplias y desordenadas lecturas… Consiste es una colección de curiosidades o
materiales heterogéneos que sólo tiene en común el suscitar el interés del
compilador y del público que precisamente va a comprar la obra, mezclando la
opinión, la instrucción, y la diversión y, a veces también el adoctrinamiento
moralizante”.
De un compendio de misceláneas puede salir ideas y
textos escritos literarios, novelas, dramaturgia. Todo tipo de historias o
personajes pintorescos, agudeza, prosa, versos, etc. Se me ocurre pensar en las
obras dramatúrgicas del venezolano José Ignacio Cabrujas y sus obras dramáticas
o bien sus ensayos ocurrentes, mordaces y críticos. El periodista venezolano, ya fallecido, recogió muchas miscelaneas a partir de crónicas de la sociedad caraqueña, que posteriormente las publicaba.
Sin embargo el título de este ensayo Misceláneas en tiempos posmodernos viene a colación no solo por recoger historias
y sucesos que al ojo común pueden pasar desapercibidos, sino en estos tiempos
caracterizados por la posmodernidad, que según los teóricos la identifican como
la era liquida, instantánea, banal, efímera, la era híper individual, sin
sombras, donde todos podemos ser felices con solo tener
un celular de última generación, por el
solo hecho de utilizar el tacto con un dedito para comunicarnos con el mundo,
ningún esfuerzo del pensamiento, es casi automático, escribir frases comunes y colocar figurillas hasta el
cansancio con destinatarios indefinidos. No tienes que ser dibujante no crear
nada, ya todo está hecho para ti y tu
dedo. Veamos el siguiente acontecimiento
de un hecho fortuito, curioso, ocurrido
recientemente. Me reservo los autores, excepto el mío, para no herir
susceptibilidades
Una noche, hora de
descansar, escucho que mi celular
repite el sonido de una gota de agua que cae, de manera incansable. Me paro
para ver la novedad y me encuentro que alguien colocó en el grupo, identificado como IDEAS, donde sus
participantes muy poco se conocen, un
Sticker de globulitos de colores repetido 37 veces. Al ver esta insignificante secuencia pensé que era
una broma o estupideces de esas que aparecen en las redes sociales tales como
cadenas de oraciones, peticiones materiales bajo el señuelo de recibir prebendas, figuras religiosas, vulgaridades, etc.
Al mensaje de marras enviado por Wasap le respondimos dos
personas. La primera: “-No tienes otras
cosa que hacer”. Yo le respondo más duro: “-La posmodernidad permite estas estupideces y más. Convierte a muchos en
seres banales e idiotas. Que le vamos a hacer. De todo hay en la viña del señor”.
Al día siguiente, en el trascurso de la mañana, responde la persona que produjo
los sticker de esta manera: “-Ruego disculpas, fue un accidente, se activó
indebidamente, a cualquiera le ocurre”. Luego, probablemente un amigo que la
conoce personalmente escribe: “-Lo peor
de la ignorancia es la que no se reconoce y se expresan juicios al prójimo.
Obviamente era un accidente.” Ella, sintiéndose interpretada en su queja
escribe: “-Gracias infinitas Ray." En ese particular Yo le respondo con un texto
más extenso y explícito: “-Estimada amiga. En virtud que el grupo
llamado IDEAS se creó para el debate,
me desagrado esa repetición inclemente de una figurilla de manera sucesiva. En
tiempos modernos a estos errores se le llamaba duendes traviesos de la
imprenta, ahora en tiempos posmodernos se les llama accidentes cibernéticos.
Gilles Lipovesky en su libro La Era del vacio identificas estas conductas como
banales e insípidas. Aunque no sea su
caso es un fenómeno posible.” Ante esto responde Ray: “-Lo que no es procedente en el juicio
insultante, eso no es debate, es irrespeto, imprecisión y pobreza analítica,
atribuyéndoselo a la posmodernidad el permiso para cometer estupideces.” Yo
le respondo: “-Si vamos a hablar de
estupideces amigo debe saber que todos los humanos tenemos una dosis de
estupidez. Desde que Descartes le dio importancia a la razón y dijo: “Pienso
luego existo”. lo que sucede es que en tiempos posmodernos se ha exacerbado. A lo que responde: “-la
razón, el pensar y la historia de la estupidez es mucho antes de Descartes,
proviene de tiempos inmemoriales. Yo, finalmente le respondo: “-Es cierto amigo, desde el homo sapiens.”
Finalmente, y aquí viene a parte más perspicaz,
la Señora que directa o indirectamente produjo el accidente escribe: “- El accidente lo produjo una anciana de 90
años que se sentó sobre mi celular y activo
por contacto unas teclas no deseadas. De todas maneras mire lo que salió
relucir: modernidad, posmodernidad, Descartes, homo sapiens, etc.” Entonces
le expreso: “Vaya, que interesante, de
aquí sale una historia o un cuento
posmoderno, permítame pensar, luego le envío a su correo electrónico el texto.”
Ella me envía su dirección de correo, fuera del grupo y un poema en prosa de su autoría: “MI PUNTO CARDINAL: “Proa al
norte … susurré al cielo, camine en besos al Sur donde la tierra es fuego y
crepúsculos; agité mis alas mariposas
vía al Este donde mora el puño que late al cauce de mi embaulado rio, Gire proa al Oeste, justo allí, quise besar las lámparas de luz;
hoy encendidas donde se apagan las mariposas para cambiar por trinos de pájaros
y ecos al viento que viene…. en búsqueda
de orilla.” Ante este hecho de estar
frente a una poetisa le escribo, para poner fin al relato lo que sigue: “Tiene tu poema signos de búsqueda y vuelo en
la distancia. Imagínate por esta invención que llaman celular llegué a tu
calidez poética. Y por esta invención me aproxime a un adjetivo
calificativo. Te pido mil disculpas,
aunque mira todo lo que generó. Que tengas un feliz día poetiza.”
Para no dejar las
cosas en una miscelánea curiosa y hacerme más preguntas sobre esa ancianita del
siglo pasado sentada encima del acierto
más estelar del este siglo por la ultra sensibilidad del aparato, me puse a leer alguna bibliografía que tiene que ver
con los mensajes en las redes y la virtualidad de este tiempo. La era
posmoderna toma de la modernidad conceptos tales como comunicación de masas,
imagen, individuo. La diferencia está que al hacerla híper critica (caso de los guerreros del teclado soslaya la crítica
auténtica); híper imagen (exceso de reproducción de imágenes automáticas, la
palabra escrita desaparece por la imagen dejando a un lado la reflexión
intelectual); híper individuo (el
otro desaparece. Bauman sostiene que todo se ha individualizado). hiper cónica (cultura social automática en respuestas con figurillas, no exclusivamente visual sino multisensorial). En ese sentido el nuevo relato posmoderno se construye es un tiempo sin narración, sin pasado ni
futuro, es el instante.
En un trabajo de investigación teórica Carlos Colina en su
libro titulado El Lenguaje de la Red escribe
“La realidad virtual traslada la estructura laberíntica presente en el
hipertexto, y su abanico de opciones arborescentes, al campo de la
sensorialidad y la aventura topográfica.” Como analizar esta afirmación en la
era posmoderna, que según Edgar Morín puede conducir al reino automático de la
cibernética sobre el hombre, atrapado en redes, sin pasado ni relatos que lo
sostengan. No estoy clamando por ello volver atrás y desconocer los grandes
avances para el hombre con la cibernética sino finalmente alertar sobre los
peligros de esta era en nuestra vida cotidiana. Más aún, como me sentenciaba un
gran amigo italiano, Saverio Cecere, “Estamos ante una era que puede
transformar la psiquis humana de una manera irreversible desde una visión
antropológica”. ¿Un homo cibernético?
De tal manera que no me interesa la anciana de noventa años
que se sentó con la fragilidad de sus años sobre el celular de la poetisa y el
“accidente” que produjo. Me interesa el devenir de esta era y el papel de las
nuevas generaciones. Yo llegué tarde al reparto de los panes, y probablemente la abuelita, pero que hay de las nuevas generaciones que aun esperan