GOODBYE A MAFALDA
“Mis temáticas preferidas tienen que ver con la relación
entre el poder y la gente, la indiferencia frente a los dramas sociales, la
burocracia, la corrupción… cosas que me indignan. Muchas de las cosas que le
molestan a la gente son las que me molestan a mí, entonces la forma de
protestar es a través de mis dibujos. Por eso cuando a veces me preguntan de
que hablaría Mafalda, digo que los
mismos temas que le preocupaba a ella y que me preocupan a mí son los que
aparecen en las páginas de humor que publico actualmente” Entrevista a QUINO. Revista Ñ. Argentina. 2004.
“Mafalda es una verdadera heroína <<rebelde>> que
rechaza al mundo tal cual es. En verdad
tiene ideas confusas en materia política: no consigue entender lo que pasa en
Vietnam, no sabe porque existen los pobres, desconfía del Estado y está
preocupada por la presencia de los chinos. Tiene en cambio una única certeza:
no está conforme”. UMBERTO ECO. Prólogo a la primera edición de Mafalda en italiano.
1969.
El pasado 1 de octubre de 2020 el diario CLARIN de Argentina tenía en su portada la caricatura ya universal
de Mafalda y el gran titular “Adiós,
Quino. A los 88 años, murió el creador de Mafalda y un gigante de la cultura”.
Esta noticia era la misma de todos los diarios del mundo. Igual se extendió por
las redes sociales. El titiritero Alejandro Jara escribe por las redes sociales
un breve mensaje: “Que maravilla el maestro Quino con Mafalda (un sencillo personaje) y
sus colegas sensibilizo, hizo pensar y divirtió a millones. ¡Que sea alto su vuelo!”
Esto es cierto, Mafalda se transformó en un fenómeno social para la década de
los años sesenta y setenta, que trascendió a su tiempo. Quino explica que si <<Mafalda
sigue vigente es porque el mundo sigue teniendo los mismos problemas>>.
Aunque ya no con la fuerza de aquellos años que se desplegó por todo el mundo
en más de 20 idiomas y se convirtió en una marca registrada. Nos acostumbramos
a convivir con los problemas que ella y sus amigos denunciaban. Ya lo señalaba
el mismo QUINO “esas situaciones humanas se
vienen repitiendo desde que el hombre es hombre. La ferocidad está dirigida
contra la condición humana y se ha desarrollado a través de cinco mil años. No
veo que pueda cambiar. Por eso creo que el humor no sirve. Pero bueno es lo
único que yo tengo” Esa
sinceridad del maestro Joaquín Lavado no le quita el valor a su obra, más bien
lo enaltece y en segundo lugar el contexto de Mafalda está muy claro: La
modernidad con sus valores y antvalores.
El elenco está conformado por MAFALDA (curiosa, cuestionadora de las convenciones de los adultos,
rechaza las injusticias y las guerras, no le gusta la sopa) y sus entrañables amigos FELIPE (soñador y tímido), MANOLITO
(ambicioso y materialista pero de gran corazón), SUSANITA (egoísta, prejuiciosa, siente repugnancia por los pobres, detesta las reflexiones de Mafalda,
chismosa ), LIBERTAD (socialista como sus padres, cariñosa, amor por la
limpieza y la gente común) MAMÁ y PAPÁ
(clásico matrimonio de clase media, pasivos, limitados y levemente fracasados),
GUILLE (hermano de Mafalda,
representa la edad de la ternura y de los eternos descubrimientos infantiles,
el único que crece en las tiras cómicas)
y MIGUELITO (ingenuo y con
ganas de filosofar, es una combinación de inocencia y excentricidad. Representa la ilusión y la
inocencia. Pero es explosivo y a veces parece tener la arrogancia de ciertos argentinos.)
QUINO pudo meterle la lupa a la
sociedad moderna emergente tomando como referente a Argentina y países europeos
con sus valores y antivalores, con sus sensibilidades y convencionalismo, con
las preguntas y reflexiones que nadie
quiere abordar. Apartó las trampas de los discursos ideologizados de los
grandes relatos y se dispuso a través de sus personajes desnudar realidades de
conductas humanas y sus comportamientos societarios de los estamentos
culturales, políticos y económicos. El sarcasmo y la ironía inteligente fueron
su arma, nadie se sentía agredido al
leerla. Tuvo su impacto en Argentina y de allí se extendió como reguero de
pólvora por toda Europa, los países latinos y los Estados Unidos y Canadá. QUINO y su creación MAFALDA perteneció a una época de mucho
malestar social y político, de posguerra y reparto del mundo entre dos
potencias mundiales. También de la guerra de Vietnam y los movimientos
insurreccionales en América Latina, de los movimientos contestatarios de los jóvenes,
de los hippies y Los Beatles. Fue una época esplendorosa del mundo capitalista
e industrial con sus contradicciones de clases sociales , los efectos y
consecuencias de la alienación por los medios de comunicación, en especial la
televisión, las secuelas de la grandes luchas de la Reforma Universitaria de
Córdoba en Argentina, la educación laica, el Mayo Francés de 1968 y sus grandes
desafíos de los estudiantes contra el autoritarismo, la burocracia, la guerra
de Vietnam, el poder oficial, marcada por aquellas consignas libertarias “Seamos
realistas, pidamos lo imposible”, “Prohibido prohibir. La libertad comienza por
una prohibición”, “Todo el poder corrompe. El poder absoluto corrompe
absolutamente”. Todo este panorama de índole libertaria y cuestionador
conformó el ideario político de QUINO,
anticlerical y anarquista, que lo
desarrolló a través de una tira cómica y que con MAFALDA solo duro diez años (1964-1973). En la entrevista de la Revista Ñ señala que “algunas
de estas tiras dibujadas hace más de cuarenta años todavía pueden hacer
referencia a cuestiones de hoy. Por ahí con otros nombres como el Sida, la
ecología, la manipulación genética… La Mafalda de hoy está mucho mejor
informada a través de los medios de comunicación que la Mafalda de los 60. Pero
después de todo si se sigue leyendo como antes ¿para qué seguir dibujándola?”.
DEL IMPACTO DE MAFALDA, por allá por la segunda mitad del
siglo XX hasta el 2020 existe un trecho
largo. El mercado y el consumismo
absorbieron a las vanguardias del pensamiento y su praxis ideologizada, el sentir profano y la revolución digital terminó asumiendo el
mando de las conductas humanas. Las tabletas, el celular y sus múltiples
posibilidades de comunicación, las redes sociales y su mundo icónico táctil
influyeron e influyen en las nuevas generaciones donde se legitiman la
mediocridad, la libertad de ser como soy, de perder el temor a expresarme, de
validar mi rostro y mi imagen, del todo vale. Ese mundo banal y vacío es el que
identifica el filósofo Zygmunt Bauman
en la llamada “modernidad liquida”
caracterizado por la inestabilidad, el consumo de la estética, las imposturas
validadas en la imagen digital, la personalidad liquida se concentra el
hiper-individualismo, las relaciones personales, familiares y amistades son mucho más frágiles y ahora se expresan por
las redes sin la solidez de otros tiempos, las relaciones de pareja son mucho
más fugaces a conveniencia y el amor hace tiempo que rompió con el viejo
romanticismo. Todo se concentra en un momento. Dice Bauman “La cultura de la modernidad líquida ya no tiene un populacho que
ilustrar y ennoblecer, sino clientes que seducir” y “La
tendencia a olvidar y la vertiginosa velocidad del olvido son, para desventura
nuestra, marcas aparentemente indelebles de la cultura moderna líquida. Por
culpa de esa adversidad, tendemos a ir dando tumbos, tropezando con una
explosión de ira popular tras otra, reaccionando nerviosa y mecánicamente a
cada una por separado, según se presentan en vez de intentar afrontar en serio
las cuestiones que revelan.”
El arquetipo de la posmodernidad tiene un signo clave: las
relaciones humanas se construyen desde
el algoritmo digitalizado. Las transformaciones post utópicas que se ejecuta
por las redes sociales tienen el objetivo de cambiar radicalmente los hábitos
de millones de seres humanos, validar nuevas conciencias éticas y estéticas. De
esa manera se fortalece un capitalismo digitalizado, dejando en visiones
clásicas todo el andamiaje cultural de la modernidad. Además con la velocidad
de estos tiempos la reflexión y el pensamiento pasan a ser tratados como el
pariente pobre. Facebook, Google, YouTube y toda la plataforma digital tiene
toda una filosofía liquida dirigida por emprendedores, expertos, ingenieros que
trabajan para estas empresas (el documental de Netflix “el dilema de las redes sociales”
evidencia lo que afirmo). Cada vez estamos menos conscientes del túnel en que
nos hemos metidos, pero como los seres humanos somos muy dados a las
innovaciones, mucho más si no tienen costo alguno, entonces caemos fácilmente
en su trampa. Por ejemplo con el fallecimiento de QUINO, la noticia se regó por las redes y empezaron a circular
tiras cómicas de Mafalda a granel. Incluso el libro TODO MAFALDA de 647 páginas, alguien me lo envió por las redes
sociales completamente gratis, igual yo lo envíen a personas conocidas.
¿Cuantos lo están leyendo?, ¿Cuántos están reflexionando sobre su contenido?,
¿Qué reflexiones filosóficas nos deja su autor? Se leerá de a ratos porque lo
acelerado de la vida no permite más. Por ello sostengo que MAFALDA, a pesar que sus decires iracundos, irreverentes y
protestatarios se quedó en una época. Hoy su figura quedó plasmada en una taza de café, un suvenir, una franela, un álbum,
una gorra, una fotografía con la
escultura de Mafalda ubicada en la esquina de chile y defensa en San Telmo de
Buenos Aires, incluso a escasos metros una tienda autorizada para la venta de
infinidades de objetos y banalidades con la figurilla de Mafalda y sus amigos.
El odiado capitalismo más vivo que nunca. Mafalda en la era liquida. GOODBYE MAFALDA.
“Dibujante y moralista del siglo XX. En sus viñetas ha dado una visión
lunática y surrealista de los aspectos cotidianos de la vida ínfima de nuestro
tiempo.” Umberto Eco.
“Mafalda era una niña independiente y aguda, pero adecuada al
espacio social y moral donde vivía su familia. No avanzaba sobre territorios
incomodos. Era distinta pero no ofensiva; critica, pero no una rebelde sin
causa.”
Beatriz Sarlo. Escritora Argentina. Diario El Clarín. 01/10/2020.
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