MASACRE YANOMAMI EN EL
ALTO ORINOCO
“Abogados y especialistas en derechos humanos definen el
asesinato de los cuatro indígenas yanomamis de Parima B, sur de Amazonas, a
manos de militares de la aviación de la
FANB, como una masacre y una ejecución extrajudicial
que puede constituir, incluso un delito de lesa humanidad”. PROVEA, FORO PENAL, SOS ORINOCO,
FUNDAREDES. 23 de marzo de 2022.
“Esta fue la tercera
masacre que ocurrió en el Estado, siendo la primera en el año 1993, donde
asesinaron a 16 indígenas yanomami en Haximú, la segunda ocurrió en la
comunidad Irotatheri en el 2012, donde vivían alrededor de 80 indígenas
yanomami, pero solo sobrevivieron 3 personas” Roberto Yavinape. Coordinador de la Confederación Indígena Bolivariana de
Amazonas. Pueblo originario de Ñeegatu. 23 de marzo de 2022
“El Estado reconocerá
la existencia de los pueblos y comunidades indígenas… así como su habitad y
derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan
y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Además
garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, la cuales serán
inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles, de acuerdo con
lo establecido en esta Constitución y en la Ley”. Artículo 119. DE LOS DERECHOS DE
LOS PUEBLOS INDIGENAS. CONSTITUCION DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
1999.
“Porque el problema
sucedió aquí y no en su pueblo, aquí es donde tiene que cerrarse el caso, por
favor, si ustedes se los llevan, ellos van a estar con su familia y mi familia
ya no va a estar más conmigo porque ya lo están viendo. ¿La ley dice que un
problema que surja en un pueblo Yanomami se resuelve en su tierra o no? Ayúdennos, porque nosotros no hicimos nada,
somos inocentes, ellos no tenían por qué usar sus armas”. Reclamo
airado de una mujer Yanomami ante los militares enviados a la comunidad. 23 de
marzo de 2022.
En América latina los pueblos indígenas han sido los eternos
parias. Desde la invasión española a
finales del siglo XV hasta nuestros días la destrucción de su cultura y
modelos civilizatorios es evidente. Sus herederos ancestrales y antropológicos han
sido reducidos, diezmados, ignorados, intervenidos, incorporados en condiciones
desventajosas a la civilización del blanco, vistos con mucha compasión en
situaciones de mendicidad en ciudades principales, como es el caso de la
capital de Venezuela. Siempre se ha hablado que las etnias indígenas presentes
son una muestra digna de resistencia cultural, de allí que se le haya cambiado
el nombre de “Día de la raza”; “Día del Encuentro de dos Mundos” por
“Día de la resistencia indígena”.
Sin embargo hemos visto que ni el cambio de nombre ni el reconocimiento en el
texto constitucional de 1999 con un Capitulo denominado “De los Derechos de los Pueblos Indígenas” y ocho artículos basados en sus derechos y
protección del Estado, ha podido detener el atropello y la criminalidad con el
cual son tratados de manera manifiesta y testimonial, demostrando humillación,
desprecio y sometimiento a los designios militares, estatales, terratenientes,
guerrilla colombiana y garimpeiros
brasileños.
Señala el antropólogo Esteban
Emilio Mosonyi que en “Venezuela se
cree que no hay resistencia indígena por ese nivel de “protección” del
Gobierno, asegurando que con el
Socialismo del Siglo XXI y la Revolución Bolivariana todos los problemas están
resueltos y habrá progresos y
desarrollo cuantitativo y producto, que integraran las ciudades comunales, en
un proceso que no es más que su asimilación cultural. En el fondo se estaría fraguando las condiciones para que ocurra un exterminio de las comunidades y culturas
indígenas, ahora mucho más por la
expansión minera (Arco Minero),
agrícola-ganadera, las políticas de asimilación y aculturación, la represión
militar”. En correspondencia con lo señalado por este antropólogo que tiene
investigaciones en el campo de la lingüística indígena de más de 20 lenguas
indígenas e idiomas, podemos recordar los hechos más recientes en esta ofensiva
violenta: Asesinato del Cacique Sabino
Romero, quien fue asesinado por sicarios por denunciar a terratenientes y
el monopolio de las tierras en la Sierra de Perijá, en el año 2013. El proyecto del Tendido eléctrico desde Venezuela hasta Brasil,
atravesando el Parque Nacional Canaima y
la Reserva Forestal del Imataca. Este proyecto se ejecutó desde 1997 hasta
2001 generando fuerte impacto de deforestación y apertura de trochas que además
de favorecer el desarrollo de la minería causa significativas fragmentaciones
de la biota y las sinergias socioambientales que de allí se derivan. En tal
sentido la comunidad Pemón
reactivaron sus derechos territoriales y como no hubo acuerdo derribaron cinco
torres y secuestraron vehículos de la CVG.
Al final el gobierno de Chávez y sus
enviados dividen a los indígenas, se descalifica a los opositores y se
interviene militarmente la zona, quedando sin resolver los temas sustantivos
del conflicto. La situación alimentaria
y de salud de las comunidades indígenas
en el país es cada vez más precaria, de los cuales buscan auxilio en
territorios fronterizos de Brasil y Colombia, comunidades atacada por la
malaria y la tuberculosis, contando con
ninguna ayuda de la dictadura implantada por Nicolás Maduro y el respaldo
militar ni de las gobernaciones aledañas a las etnias. Más aún, con el Mega Proyecto del Arco Minero planteado por el régimen de Nicolás
Maduro desde 2016, se ha materializado una vasta explotación
irregular de recursos minerales donde participan empresas trasnacionales, la FANB, en cooperación con grupos
disidentes de la FARC y el ELN. De aquí es lo que se denomina la fiebre por el
oro y ha llegado hasta lugares tan intricados y selváticos donde solo viven
Comunidades Indígenas Yanomami. La ONG
SOS ORINOCO señala que la mayor parte del oro sale por contrabando y de
denomina “oro de sangre” porque “todo ese
oro desde su origen empieza con sangre, empieza con violencia, con unas
condiciones espantosas para los mineros…y además está financiado por el
terrorismo internacional, a través de estas guerrillas”. (Informe de la OCDE Flujo de oro desde Venezuela. 2021).
En esos territorios del Estado
Amazonas y Roraima es donde se encuentra el lugar donde acaecieron los
hechos. PARIMA B del alto Orinoco es una zona tupida,
con mucha vegetación y selva alrededor. En esa zona no hay más de cien personas
y la totalidad de ellos son indígenas
Yanomami que viven en Shabono. Lo
único exógeno es un puesto militar fronterizo que antes ocupaba el ejército y
ahora la aviación militar. Esos lugares también están sometidos a la minería ilegal controlada por garimperios
y sindicatos venezolanos con apoyo de la
FANB que han militarizado todo el Estado. Es allí donde el pasado domingo
20 de marzo de 2022, aproximadamente a las 4 pm. Se producen los hechos, el
cual tiene dos versiones: Una
discusión por un router que sería
propiedad de los indígenas y que fue prestado para que los militares se
comunicaran con otras bases, y al negarse a entregárselos se produjo la amenaza
de los militares con sus armas contra arcos y flechas de los indígenas. Como se
verá la desproporción entre las armas y los militares prepotentes de creerse
superiores a los indígenas PRODUJERON
ESTE HECHO DE SANGRE, donde es lógico suponer, que los muertos fueron de
los yanomami: Iznardo Borges (21 años),
Cariban González (22 años), Jhonatan Silva (30 años) y una mujer de nombre
Martina González (45 años); más un joven indígena herido de 16 años. Por la
parte militar dos soldados heridos, capturados por la tribu y sometidos a la
justicia de la Comunidad Indígena Yanomami. (Ver Articulo de la Constitución Venezolana donde señala que se debe
respetar las leyes indígenas y la FANB deben estar sometidas a las
autoridades indígenas.)
La periodista
venezolana SEBASTIANA BARRAEZ,
especialista en asuntos fronterizos e indígenas nos da otra versión, bastante
veras y creíble: “No, no, no es por el
aparato de Internet. Qué tontería es esa, si en la selva no hay electricidad. Esa
comunidad yanomami es nómada y vive en el shabono. ¿Qué prioridad tiene para
ellos el internet si todos viven en el mismo lugar en medio de la selva? La verdad es que los funcionarios de la
Aviación trataron de convencer al Cacique
Sabino y demás miembros para que permitan
la minería en espacios completamente vírgenes.
Las comunidades les negaron el permiso y eso causó la fuerte discusión con
los militares, quienes decían que ellos debían pagarle una fuerte cantidad de
oro al General de la ZODI y al Comandante de la Aviación. Los militares atacaron a los hermanos
Yanomami con armas de fuego, matando e hiriendo a varios”.
Posteriormente los indígenas, ante el asesinato de los Yanomamis, cercaron a
los militares y los mantienen presos.
Al final esta dolorosa noticia solo nos dice que no es
cuestión de una Constitución que prácticamente es letra muerta en Venezuela, y
más si estamos hablando de un régimen militarista y totalitario que poco le importa la vida humana y mucho
menos de nuestros hermanos indígenas, de lo cual el antropólogo Emilio Mosonyi señala su “dolor por las acciones represivas de los
cuerpos militares en las comunidades indígenas venezolanas. Ese lento
exterminio va contra la biodiversidad y son estas comunidades los guardianes
ecológicos que debemos preservar y cuidar para tener ambiente y tener planeta,
añade, que el exterminio de la poblaciones
indígenas, a nivel regional como latinoamericano le costaría bastante caro incluso a los
exterminadores”.
Finalmente dejo para su lectura este párrafo de la FUNDACION MANA sobre esta tragedia y
exige castigo a los culpables: “Los asesinatos de indígenas en América no
gozan de justificación alguna y deben ser repudiados enérgicamente debido a la
supremacía armamentística que tiene el Estado criollo. Jamás puede calificarse
estos tipos de asesinatos como hechos de defensa propia utilizando las leyes de
las cuales se valen los ejércitos para mantener la presencia militar en la zona
de los Yanomamis y explotar el oro a cambio de sangre en nombre de la licitud.
De cualquier manera y por todos los medios es condenable el asesinato con odio
y sentimientos xenofóbicos a comunidades que mantienen el equilibrio ecológico”.
Que lamentable situación se vive en el país. Las leyes y los habitantes son pisoteados y no hay valor por la vida. Lamentablemente lo valioso es el dinero, el poder, el oro...
ResponderBorrarLo demás, está demás.
Los militares del régimen pisotean el hábitat natural de nuestros indígenas.
ResponderBorrarDios mío!
ResponderBorrarDenunciar y denunciar, documentar y documentar éstos hechos es lo que se puede hacer, hasta que las acciones judiciales puedan ser recibidas y atendidas.
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