PUEBLO, PODER POLITICO
Y CRIMINALIDAD EN LA HISTORIA DE VENEZUELA
(1era parte)
“La ONG Monitor del Uso de la Fuerza Letal (MUFLVEN) registró 361
muertes relacionadas con las fuerzas de seguridad entre el 1 de enero y el 22
de agosto de 2024. Dicha ONG señala que la
Policía Nacional Bolivariana (PNB) estuvo involucrada en el mayor
porcentaje de casos, seguida de cerca por el
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), las
Fuerzas Armadas y las policías regionales y locales.”
Informe de país sobre prácticas
de derechos humanos 2024: Venezuela. Misión Internacional Independiente de
Investigación de la ONU. 12 de agosto de 2025. Washington.
“El 28 de julio de 2024 quedará grabado en la historia de Venezuela como el día en que el pueblo, incluso en los bastiones del régimen, habló con claridad. Desde las zonas populares hasta las oficinas de los ministerios, los venezolanos demostraron que su voluntad de cambio es indetenible, incluso frente al hostigamiento, el fraude y la represión”. Eduardo González. LA GRAN ALDEA. 28 de enero de 2025.
“El chavismo viene siendo la de un malhechor. Hay que buscar los orígenes y está en la parcela del Gomecismo. Ahí está el abono que lo
sembró. Juan Vicente Gómez como el Ángel tutelar, representación del mal,
la negación de la república, la encarnación de la anti-republica. Entrevista al
historiador Elías Pino Iturrieta. 2023. “El chavismo es la última representación
del Gomecismo.”
El desmembramiento del Estado Venezolano y sus instituciones
ha sido total. Los valores republicanos que tanto costo forjar desde 1830 hasta
1999, hoy están secuestrados por una
elite delincuencial secundado por toda una vasta red criminal, policial y
militar que cumple con el terrorismo de
Estado implantado desde 2014 en adelante y que no se ha detenido en su
carrera criminal y represiva, con la complicidad
de todo el entramado de la justicia
y una burocracia que se conforma con las migajas del reparto del botín. El
Estado que se ha configurado posee una
estructura corporativa donde entran personeros del mundo político, militar,
económico y empresarial, y cuyo espíritu
de cuerpo es lo que lo sostiene, por eso es que de caer el trio Maduro/Padrino/Cabello, todo se viene abajo, con una
especie de efecto cascada. Esto indica que la gangrena del Estado es completa y explica porque cometieron el mayor fraude de
la historia en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 y el nivel
de complicidad con aquellos dirigentes políticos que le quieren pasar la página
al dictador.
Recientemente culminé un importante Diplomado de Historia de Venezuela y su porvenir auspiciado por el Centro de Investigaciones
Humanísticas y el Comando Con Venezuela-Chile, el cual puso énfasis en la
problemática sistémica e histórica de Venezuela con temas diversos desde 1810 hasta nuestros días con intelectuales y
políticos venezolanos de alta calidad y
compromiso en la comprensión de la realidad venezolana y su historia. Me
propongo exponerlos en sus resúmenes y aporte personal en varias entregas. En esta primera edición (1era parte) voy a
abordar dos temas. El primero titulado: El concepto de Pueblo y Poder en la
Historia de Venezuela, cuyos ponentes fueron el Dr. Eloy Torres y el Prof. Juan
Vicente Carrasquero. El segundo tema (segunda parte) titulado: La criminalidad
en la historia de Venezuela y su porvenir, cuyos ponentes fueron Alexander
Gavidia y el Dr. Fermín Mármol León.
EL CONCEPTO DE PUEBLO Y
PODER EN LA HISTORIA DE VENEZUELA
El concepto de pueblo y poder, pasa por el tamiz de la
historia. El historiador Elías Pino Iturrieta sostiene que hay un
hilo conductor a partir de Las
Constituciones Sinodales de 1687, cuya
primacía debe imponerse para el bien de los vasallos: “los indios, los negros y los hombres nacidos de su mezcla carecen
de aptitud para conocer los misterios
del templo y para asumir en términos racionales las normas del régimen civil,
debilidad que aconseja su fiscalización por los asistentes criollos de la
autoridad hasta la consumación de los siglos”. Es decir la casta de los
Blancos Criollos serán los “padres de
familia” sobre la población inferior, conocida como “multitud promiscual”. Además de la sociedad de casta promovida por
la Corona Española a sus colonias. Por
eso vemos que la declaración de la independencia es dirigida por la aristocracia
caraqueña y lo que se desató posteriormente fue una guerra civil entre dos
bandos, los patriotas y los realistas, alimentada por la población, unos
querían seguir bajo la sujeción de la Corona Española, mientras que los otros
con la oligarquía criolla. Simón Bolívar
lo afirma en el año 1813 como un
preámbulo al Decreto de Guerra a
Muerte: “Vuestros hermanos y no los
españoles han desgarrado vuestro seno, derramado vuestra sangre, incendiado
vuestros hogares y os han condenado a la expatriación. Vuestros clamores deben
dirigirse contra esos ciegos esclavos
que pretenden legaros a las cadenas que ellos mismos arrastran…”. Y
agrega: “…con la llegada del Ejercito
Expedicionario de Morillo, se ve claramente cómo después que pisan tierras los
españoles combatientes de Napoleón, comienzan a brotar patriotas de aquel suelo
que parecía agostado por el caballo de Boves”.
Con la derrota final de los realistas viene otra lucha por el Poder Político, ahora
conformada por los caudillos y las
oligarquías de lo que se llamó La Gran Colombia, cuya separación era inminente, después del fracasado Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826. Le corresponde al General José Antonio Páez echar las
bases de la República en 1830,
creando instituciones de gobierno con las mismas bases coloniales y sin una
conexión de mando centralizada, de tal manera que tenemos una República de
caudillos sostenida por los terratenientes, la iglesia y la población en
general, tanto es así que la abolición de la
esclavitud en Venezuela fue en 1854 por vía ejecutiva porque ya era una
mano de obra diezmada e incluso el gobierno de José Gregorio Monagas pago en
compensación a los terratenientes. Los caudillos y jefes militares
representaban los nuevos “padres de
familia”. Posterior a la
cruenta Guerra larga se firma el Pacto de Coche (1863) entre
conservadores y liberales, y es a partir de 1870 con Antonio Guzmán Blanco en la presidencia, quien por tres periodos
consecutivos intenta la conformación de un Estado Nacional, el cual no va ser
posible por los caudillos locales. Es a partir de la llamada “Revolución Restauradora” bajo el lema “Nuevos
hombres, Nuevos ideales, Nuevos procedimientos” dirigida por Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, que combaten y
derrotan el caudillismo disperso y unifica al país bajo un solo caudillo. Y es
bajo el mando de este último, que en buena medida va echar las bases del Estado
nacional con los aportes iniciales de la renta petrolera. Señala el historiador Kleber Ramírez “que muchos Intelectuales apoyaron a Gómez en su periodo “democrático” (1909-1914) y luego se distanciaron de él,
como Rufino Blanco Fombona o el Dr. Paúl Rojas; otros siempre lo adversaron,
como José Rafael Pocaterra, Leoncio Martínez y Francisco Pimentel; otros se hicieron la vista gorda como Teresa de la Parra y Enrique
Bernardo Núñez; otros publicaron obras manteniéndose a distancia, como Rómulo
Gallegos, nombrado director del Liceo de Caracas” (Tomado de Venezuela La
4ta República, 1961. Pág. 34). Incluso
no se metió con el mantuanismo de aquella sociedad, y esta lo aceptó.
Agrega el historiador que Gómez
desarrolló políticas paternalistas del Estado beneficiando a quienes les eran
leales, lo cual representó una variante de la corrupción administrativa. Consolida
la unificación del país, forma el Ejército Nacional, las estructuras de mando
administrativo, la hacienda pública. Mientras tanto toda función política
opositora es reprimida y el pueblo llano, atemorizado, prefiere “no meterse en política”. Esto va a
variar con la llamada “Generación del 28”,
conocida así por ser una generación de jóvenes universitarios que se expresan
con vivas protestas exigiendo libertad
en el año 1928 y posterior a la muerte
del dictador van a jugar papel estelar en lo que se conoce como la era
democrática, la cual tuvo su
interrupción con la nueva dictadura del General Marcos Pérez Jiménez entre 1948
y 1958, destacando la importante actuación de los partidos políticos
democráticos y el partido comunista más la participación del pueblo, sobre todo
el papel fundamental de los estudiantes y
sindicatos de trabajadores.
Con la llegada de la
democracia en 1959, se fortalecen los partidos políticos de diferentes tendencias democráticas y de izquierda, aunque vale la pena acotar la visión sectaria de Rómulo Betancourt al promover el Pacto de Punto Fijo (1958) excluyendo al Partido Comunista de Venezuela, quien posteriormente se le alza en armas y promueve dos Golpes de Estado, que son derrotados por las Fuerzas Armadas leales, además de las guerrillas que cesan a finales de los años sesenta. Crece la participación popular, sin embargo la estructura y el concepto de ese Estado Nacional fuerte, heredado del Gomecismo, va a seguir imperando. Veamos lo que afirma Kleber Ramírez: “El Estado venezolano nació y siendo centralista, todopoderoso, único, paternalista, represivo con la sociedad, pero cómplice con sus cohortes, asentado siempre en los más incondicionales amigos del Presidente y no de los mejores ciudadanos, ligados a intereses extranjeros y con los demás entes conformadores de su estructura: Congreso, Judicatura, Contraloría, Fiscalía, Ejército, Policía, etc. , como dependencias subalternas del Ejecutivo.” Pág. 45. Claro está, que este planteamiento tiene sus variantes a todo lo largo de los cuarenta años de las diferentes gestiones administrativas, sobre todo en los dos últimos periodos de Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez. Con la llegada del Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, la visión estatista hegemónica es total y se mantiene en la dictadura totalitarista que ejerce Nicolás Maduro. No obstante, en el largo periodo democrático de cuarenta años se logran grandes avances en materia de salud pública, justicia, educación pública y gratuita a todos los niveles, universidades en todo el país, desarrollo industrial por la política de Estado de las sustitución de importaciones y las industrias básicas, grandes obras de infraestructura. Sin embargo la dependencia del Estado es absoluta, como lo afirma el Dr. Arturo Uslar Pietri: “Este es país estatizado hasta el fondo, todo en Venezuela está en manos del Estado, toda la actividad en Venezuela está subvencionada por el Estado, vive de la renta petrolera manejada en manos del Estado que la gasta a su real y entender y que ha creado un Estado monstruoso que ha aplastado a la Nación…” (1980). Este proceso democrático va adolecer de una verdadera educación de civilidad democrática ciudadana que respete la legalidad Constitucional por lo que se le abre las puertas al clientelismo político, al populismo de Estado y a la corrupción administrativa que va a minar toda la institucionalidad democrática con efectos en la población que clamaba por cambios estructurales. Se formaron fracciones de poder, cada quien defendiendo sus intereses (los grupos económicos, los partidos políticos y sus seguidores, los sindicatos, el sector militar y policial, la justicia y los grupos de poder en el alto tribunal de la República) ¿Cómo podía desarrollarse un país así, halando cada quien para su lado? Sin importar las consecuencias. Sin olvidar que desde la presidencia de Jaime Lusinchi (1984-1989) se creó la COPRE (Comisión Presidencial para la Reforma del Estado), con importantes líderes políticos e intelectuales, logrado la elección uninominal de los gobernadores y alcaldes, pero dejando intacto los vicios clientelares que habían tomado cuerpo en el Estado Venezolano. Así llegamos o regresamos al caudillo, un militar, que en vez de trabajar por unir las diferentes partes del conglomerado venezolano en el concepto de República y la formación de republicanos, tomar en cuenta los papeles de la COPRE, etc. Se dio a la tarea de destruir lo existente bajo una visión dogmática y ortodoxa, de dividir la sociedad, despertar odios y resentimientos, propia del modelo cubano/ruso. Para esto declara una limpieza en la administración pública bajo un lento proceso de cooptación, de cambios institucionales, ahora la incondicionalidad al régimen y la adulancia era y son el pasaporte del cargo. Al final un Estado Totalitario, represivo, delincuente y criminal sostenido por un funcionariado venezolano que perdió su formación democrática, unas Fuerzas Armadas dominadas por una elite militar y la creación de un estado represivo absoluto. Incluso se interviene la vida de los partidos democráticos mediante la coacción, la compra de conciencia de la manera más vulgar posible. Esto contribuye a una dirigencia política democrática en el exilio más la diáspora que ya supera los ocho millones de venezolanos. La resistencia del pueblo lo ha pagado con creces con represión, criminalidad y cárcel. A esto se agrega la formación de los llamados “miliciano”, que es una especie de paramilitarismo con personas humildes, ignorantes obligadas por los ofrecimientos alimentarios, acostumbradas a las migajas que les ofrecían.
Este cuarto de siglo con la
hegemonía chavista-madurista ha dado mucho que pensar y reflexionar sobre la idiosincrasia del venezolano,
nuestro modo de ser, la debilidad de nuestras instituciones secuestradas hoy
por la dictadura, la maleabilidad de un poder político adecuado a intereses
partidarios, la división de la población y de sus liderazgos políticos, el
poder de la sumisión al cargo público, la corrupción endémica que permeo toda
la sociedad venezolana, el obedecimiento
policial y militar a recibir y cumplir
órdenes contra la población indefensa de parte del Poder Ejecutivo, la
descomposición social y la organización de pandillas de delincuentes,
milicianos de los barrios, etc. contra la propia población civil, como la que
ya se vio con los actos terroristas de
la madrugada del 29 de julio de 1924, cuando la población en masa desconoció el fraude electoral y rodaron las
cabezas de las estatuas de Chávez en diferentes partes del país. Sin
embargo hay que ser autocritico de los errores que hemos cometido, aparte de
estos aluviones de lucha social reclamando lo legitimo de la soberanía. La pregunta que ronda es ¿Qué nos pasó en los cuarenta
años de la democracia representativa que terminó entregándole el Poder Político
a un personaje que atentó contra la Constitución Nacional, sus instituciones y
la democracia mediante el voto popular?,
un personaje que conspiro y dio
finalmente un golpe de Estado con la venia del propio Poder Legislativo en sus
dos Cámaras (Senadores y Diputados) ,
claro que hubo quienes pedían “muerte a
los golpistas” pero era pasar por encima de la ola popular desatada y los golpistas solo pasaron dos años presos con, respetándole sus derechos
humanos y comunicación abierta con los medios de comunicación, hasta que finalmente fueron absueltos por indulto presidencial dado por él presiente Rafael
Caldera a comienzos de su segundo período. Al Teniente Coronel Hugo Chávez Frías se le
respetaron todos sus derechos políticos,
porque según, era lo que pedía la población.
Ahora sabemos que esa democracia
representativa termino en una democracia bobalicona, y que uno de los padres
fundadores, me refiero al Dr. Caldera, termino enterrándola, legitimando el
golpe de Estado provocado por un grupo
de militares insurrectos el 04 de febrero de 1992.
Señala el Dr. Eloy Torres que “todos somos culpables de lo que está viviendo el país”. Es razonable si vemos por el espejo retrovisor lo que dice Kleber Ramírez del poco cambio que sufrió el Estado Gomecista, La Venezuela saudita, las facilidades de vida que nos ofrecía el rentismo petrolero, el estado del Laissez-Faire o dejar hacer/dejar pasar de la sociedad venezolana frente a los grandes problemas del país y sus instituciones, el comportamiento vulgar y corrupto de nuestra clase política. Parece ser que hoy estamos pagando muy caro ese alto nivel de inmadurez y descuido. Hay quienes sostienes que la mayor responsabilidad recae sobre una elite ilustrada que no atendió o no quiso enderezar esos grandes entuertos que de corregirlos a tiempo no hubiéramos llegado a este Estado de decadencia, de deterioro y de desolación. El Dr. José Vicente Carrasquero señala que “el tránsito del Estado clientelar al Estado autoritario chavista no se dio por ruptura sino por continuación”, es importante tomarlo en cuenta para entender que nos pasó en el sentido de las grandes deficiencias del Estado Democrático Representativo, sus represiones militares y policiales, su intensa corrupción administrativa y burocrática. Además que ese Sistema Democrático a partir de la Constitución Nacional de 1961 nace de arriba para abajo, del poder al pueblo, y no lo contrario como ha debido ser, por tanto las bases populares nunca lo sintieron como suya en la construcción de ciudadanía, más bien la tendencia fue paternalista, porque seguramente consideraban al pueblo como inepto para decir como gobernarse, de allí la tesis del historiador Elías Pino Iturrieta de “la pesada herencia que tenemos de un pueblo que no se puede gobernar por sí mismo debido a su ineptitud, según la Ley Canónica de 1687 que significó que por mandato divino estamos condenados a ser gobernados por los padres de familia sobre los defectos de la multitud promiscual” (Son las Constituciones Sinodales que permanecen de manera invariable hasta 1904). Es decir para una explicación más sencilla, el pueblo llano (pardo, negro e indio) debía ser gobernado y conducido por los padres de familia, representado en los blancos criollos, después en los caudillos y jefes militares, más reciente en los partidos políticos, para regresar de nuevo a un caudillo moderno o un representa civil de la genuina multitud promiscual, representado en la triada Maduro-Cabello-Padrino. Este tema lo explicaremos más a fondo en el próximo título: La criminalidad en la historia de Venezuela.
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