jueves, 18 de marzo de 2021

ENTREVISTA AL LIDER OPOSITOR ALEXEI NAVALNY

 

ENTREVISTA AL LIDER OPOSITOR RUSO ALEXEI NAVALNY



Vivir es arriesgarlo todo (…) De lo contrario eres solo un trozo inerte de moléculas ensambladas al azar, a la deriva, donde quiera que el universo te lleveAlexei Navalny

No tengo miedo y les pido a todos ustedes que tampoco tengan miedo”. Yulia Navalnaya, esposa del líder opositor Aleksei Navalny. 15 de marzo de 2021.

Putin y su régimen han pasado millones de horas de trabajo fortaleciendo su poder… Solo lo venceremos si invertimos decenas de millones de horas de trabajo”. Aleksei Navalny. 2020.

Vladimir Putin es un asesino”. Joe Biden, Presidente de los Estados Unidos. 18 de marzo de 2021.  

 


¿En las últimas dos décadas Usted se ha dado conocer ante el mundo como un aguerrido opositor a Vladimir Putin, el Presidente de Rusia, que busca, cuál es su objetivo?

A N: La democracia amigo periodista. Después de la Perestroika de Mijaíl Gorbachov a finales del siglo XX donde se planteó la revisión exhaustiva del sistema totalitarista que teníamos y las críticas al régimen estalinista, lo que aspirábamos el pueblo ruso era un sistema democrático abierto, que se respetara los derechos humanos, civiles  y políticos,  que estuviese abierto a la alternabilidad democrática y gobiernos decentes que enfrenten la corrupción administrativa, no que la utilicen como mecanismo para perpetuarse en el poder  con la hegemonía sobre los demás poderes, sobre todo el poder judicial, eso es más de lo mismo pero revestido de un baño seudo democrático.  Revise Usted la historia de este siglo XXI, son veinte años con un solo gobernante, porque Dimitri Medvedv que fue Presidente de Rusia de 2008 a 2012 era su mano derecha mientras él era Primer Ministro, hasta que regresa al Kremlin en 2012 hasta ahora con artimañas e introduciendo reformas en la Constitución aspira llegar hasta 203O. Tenemos que abrir los ojos, porque estamos en un retroceso y se cierne una amenaza del regreso del Hombre Rojo, el homo sovieticus que representa una sumisión esclava al poder, como muy bien lo identificó la premio nobel Svetlana Alexsevich. No puede ser que Putin sea el que decide todo desde el Kremlin, eso es estalinismo.  



¿Pudo Usted y su equipo sacar conclusiones sobre su envenenamiento que lo llevó al borde la muerte? ¿Determinar la autoría material e intelectual del mismo? ¿Por qué querían matarlo?

A N: Déjeme responderle que tanto el equipo como yo hemos sido muy persistentes y a cada hostilidad o tranca que nos ponen seguimos adelante y Vladimir Putin  sabe que no me voy a detener en las denuncias fundamentadas que he venido haciendo de los actos de corrupción administrativa de funcionarios, autoridades y empresas rusas controladas por el Estado. Ahora mismo está circulando por las redes sociales un video conocido como El Palacio de Putin, que es la historia del mayor soborno acerca del Palacio que tiene Putin a las orillas del Mar Negro en Gelendzhik. Y no estoy solo en estas denuncias, tuve que conformar una Fundación Anticorrupción con personalidad jurídica para estudiar y denunciar cientos de caso. Y déjeme decirle, antes de pasar a lo otro, que tengo el respaldo de millones de rusos en todo el país que se manifestaron el 23 y 31 de enero aún con la pandemia y la bajas temperaturas. Aspiramos  no regresar al pasado de miedo y hegemonía política, a la represión estatal como mecanismo a las demandas sociales. No es nada fácil porque aquí se formó una cultura de índoles fascista y desmontar todo eso lleva  tiempo.




En relación al envenenamiento, le voy a contar la historia completa. El 20 de agosto del 2021 fui hospitalizado en estado de gravedad en la Sala de Cuidados Intensivos del Hospital Omsk en Siberia presentado un cuadro de intoxicación por haber ingerido una sustancia extraña a la salida de un hotel. Se encendieron las alarmas por los antecedentes de envenenamiento que tenemos en Rusia con los disidentes, entonces mi familia, amigos  y la presión internacional contribuyeron a mí  traslado a Berlín, al día siguiente. Allí pase cinco meses en  una recuperación lenta. Y se demostró por los exámenes de laboratorio que la sustancia pertenece al grupo de la colinesterasa, altamente tóxico. La investigación que abrimos determinó ocho implicados del Servicio Federal de Seguridad  y exigimos al Comité de Instrucción de Rusia la apertura de un proceso penal, aunque sabemos que eso no va a prosperar, porque detrás de eso está la mano de Vladimir Putin, como lo he expresado públicamente. No me van a ser callar.



¿Pudiera explicar en detalles la acusación que hay en su contra y la violación a la libertad condicional que esgrimen como causa para el juicio que se le sigue y la restitución de la prisión? ¿Por qué decidió regresar si sabía que una vez en suelo natal lo meterían preso?

A N: No tengo condición personal para andar vagando fuera de mi país y estar como exiliado político denunciando lo que aquí sucede. Eso es lo que quiere Putin, para buscar convertirme en una  escoria. Lo repito, así como lo dije ante los jueces y fiscales: “No podía presentarme ante las autoridades como requería los términos de la libertad condicional porque estaba convaleciente en Alemania tras el envenenamiento y regresé cuando mi salud me lo permitió, el mundo entero sabe dónde estaba”. La Corte Europea de Derechos Humanos insto al Kremlin a dejarme libre por la naturaleza y alcances del riesgo que corrí para mi vida, pero hicieron caso omiso y el Ministro de Justicia Konstantin Chuichenko ha  señalado que tal reclamación es infundada y que no van a permitir injerencia en el sistema de justicia rusa. En el fondo es un intento desesperado de silenciar la crítica.



Con relación a las acusaciones en mi contra datan, la primera de 2013 cuando fui acusado de robar grandes cantidades de madera de una compañía estatal y aunque no hubo pruebas y el caso estuvo por cerrarse, las autoridades me dejaron libre para participar en las elecciones municipales de Moscú, y contra todos los pronósticos obtuve el 27 % de los votos, siendo la segunda figura más votada, aunque sospecho que el porcentaje fue mayor. Luego del impacto de las elecciones los fiscales montaron otra acusación contra y mi hermano por supuesta malversación de fondo en perjuicio de la compañía de belleza Yves Rocher, sin embargo la empresa se negó haber sufrido alguna pérdida. Finalmente fuimos condenados a tres años y medio de prisión y  gruesas multas. Pese a esto yo gozaba de libertad condicional por lo que desde 2016 decidí presentarme a las elecciones presidenciales de 2018 e instalé una red de oficinas electorales en todo el país, sin hacerle caso a la notificación que recibí en 2017 de la Comisión Electoral Central señalando que mi candidatura era imposible porque tenía antecedentes penales y las leyes lo prohíben. Como se ve son patrañas del Estado para torpedearme el camino hacia el favoritismo electoral por recuperar el país hacia una democracia decente y nacionalista. Esto representa la cooptación de la justicia que favorezca sus intereses.  




¿Hay un problema político  de índole generacional entre Putin y el liderazgo que representa?

A N: Eso es evidente. Estoy en total desacuerdo con reivindicar ese espíritu de la gran potencia que descanse en la autocracia que tenemos. Vladimir Putin pretende imitar el modelo que tenía la Alemania Oriental con una visión totalitaria y absolutista del poder. Aspira y sueña extender sus tentáculos hacia áreas de influencia en regiones fronterizas como Crimea, Bielorrusia y América Latina, como es el caso de Venezuela, Nicaragua y la ya clásica isla de Cuba. Vladimir Putin es un Stalin posmoderno. Yo tengo 44 años, nací en 1976, de tal manera que como político joven no tengo pasado siniestro como Putin, ex agente de la KGB.  Pertenezco  a las nuevas generaciones de lo que representó la histórica caída del Muro de Berlín de 1989, alejado de dogmas, de totalitarismos, culto a la personalidad y de obediencias ciegas a doctrinas. Soy cristiano, libre pensador, nacionalista, democrático,  creo en las libertades individuales,  creo en el capitalismo y en el mercado. Amo mi país y estoy dispuesto a todo por él. Lamento, si, que en una parte de la población no se comprenda los tiempos en que vivimos y siga conectada con el pasado, es un problema cultural, como te dije hace rato, pero con los últimos acontecimientos se han venido dando cuentas. Es cuestión de tiempo.



Transcendió en los medios de prensa occidental parte de tu discurso ante Los Tribunales con citas de la Biblia y del libro de Harry Potter. ¿Lo recuerdas?

A N: Bueno, soy un lector empedernido, leo de todo, y un poco me gusta utilizar el sarcasmo, las ironías y las similitudes. Hay que salirse de los planos cerebrales y racionales. Total, ellos me entienden y al final les queda su mala actuación en su conciencia. La mía está tranquila siempre. Les dije a viva voz: “La tarea del gobierno es asustarlos y convencerlos entonces de que están solos. Nuestro Voldemort, que representa al villano antagonista de Potter en la saga de J.K Rowling, en su palacio, también quiere decir que yo me sienta aislado¨ …Imagínense  lo maravilloso que sea la vida sin mentiras constantes, imagínense lo genial que sería trabajar como juez cuando nadie pueda llamarles y darles instrucciones sobre el veredicto a emitir” Así que el Juez me increpo diciéndome que no estaban allí para discursos aleccionadores y les dije que esa mi manera de ver el asunto y nadie me podía callar al expresarlas.



Finalmente mi amigo,  Alexei Navalny, se encuentra en la Colonia Penal en Pokrov, alejado por más de cien kilómetros de Moscú. ¿Cuál ha sido el impacto?

A N: Debo confesar que el sistema carcelario ruso logró sorprenderme. No imaginaba que fuese posible armar un verdadero campo de concentración a cien kilómetros de Moscú. Tres cosas me siguen sorprendiendo: el cielo estrellado sobre nosotros, el imperativo categórico en el fondo de cada uno y la increíble sensación de pasar la mano por mi cráneo recién afeitado. Aquí hay incontable número de reglas, que incluyen la prohibición estricta de decir palabrotas o hablar en jerga. Imagínense una cárcel en la que no se dicen palabrotas, algo terrible. Al estilo de la novela “1984” de Geroge Orwell. En todas partes hay cámaras y ni la menor infracción pasa inadvertida, una especie de “educación” por medio de la deshumanización. Soy objeto de una constante vigilancia e incluso de noche soy fotografiado por los guardias de cada hora. Al final me duermo tranquilo pensando en que hay gente que se acuerda de mí y nunca me perderá de vista. ¿No es algo formidable?

 


La entrevista al líder opositor ruso Aleksei Navalny fue el  producto de una investigación de sus declaraciones, opiniones dadas y de su posición política, por lo que la comparación con la realidad no proviene de la ficción del entrevistador.

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