LA CARTA DE JAMAICA DE
SIMÓN BOLÍVAR REVISITADA (1815-2022)
“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo
Mundo una sola nación… Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y
una religión, debería por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase
los diferentes estados que hayan de formarse; más no es posible porque climas
remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes,
dividen a la América…” Simón
Bolívar. Kingston. 15 de septiembre de 1815.
“En cuanto a la heroica y desdichada Venezuela, sus acontecimientos han sido
tan rápidos y sus devastaciones tales, que casi la han reducido a una absoluta
indigencia, y a una soledad espantosa: no obstante que era uno de los más bellos países de cuantos hacían el
orgullo de la América. Sus tiranos gobiernan un desierto y solo oprimen a
tristes restos, que escapados de la muerte, alimentan una precaria existencia…”
Simón Bolívar. Kingston. 15 de
septiembre de 1815
“…Tengo los pies en la tierra; veo demasiadas realidades
crudas como para andar de gafas rosadas. Pero no apoyo un mercado sin frenos,
el capitalismo brutal, la esclavitud: América Latina ha padecido esas economías de extracción desde la colonia y que se han
convertido en economías de rapiña en la era del auge de China. Miremos la
Amazonía.” Periodista Jon Lee Anderson.
A propósito de su último libro: Los años
de la espiral” Crónicas
Latinoamericanas desde 2010. 18 de Agosto 2021.
Una vez perdida la 2da República (1814) frente a las tropas españolas, Bolívar se refugia en Jamaica, isla
que estaba bajo el protectorado de Inglaterra. Allí pasó siete meses, tiempo
suficiente para madurar las ideas políticas y filosóficas, recogidas en un
histórico documento conocido como LA
CARTA DE JAMAICA dirigida a un comerciante inglés residente de la isla.
Para ese momento Bolívar tenía apenas 32 años, pero tras de sí una formación
cultural de la naciente modernidad, los clásicos filosóficos de la ilustración,
visitante de Europa en viajes personales y misiones diplomáticas, ya tenía una
idea solida de América con las influencias de Bello, Rodríguez y Miranda.
Además estaba convencido que la unión de países de habla hispana era necesario
para lograr la victoria. ¿Dónde
radica la importancia de este documento histórico? ¿Por qué los acuciosos
historiadores la citan con frecuencia? ¿Cuál es su contexto y los anacronismos
intencionados o no al analizar este documento a más de 200 años?
Para 1815, la causa de la independencia de La América Hispana
no gozaba de la total adherencia de las
grandes naciones como Francia, Inglaterra, Estados Unidos, entre otros. Bolívar
comprendía que, aun con la derrota y recuperándose España derrotando a
Bonaparte, no se podía claudicar sino establecer con claridad los designios de
la independencia del Nuevo Mundo como una especie de equilibrio universal ante
el mundo. Escribir un documento que victimizara a la América utilizando la
propaganda de la “leyenda negra contra los indios, pardos y blancos criollos” y ofrecer beneficios económicos y sociales que esta porción del Continente Americano poseía para la Europa anglosajona y para los Estados
Unidos. Allí están las bases programáticas del futuro Congreso americano de
1824, conocido como Congreso
Anfictiónico de Panamá, que quedó en solo un intento de unidad
latinoamericana. La idea del Libertador no era descabellada, era hacer de la
América Hispana una gran potencia que pudiera establecer acuerdo con naciones
amigas y hacer ver que el enemigo era España. Incluso planteaba hacer pactos
haciendo concesiones territoriales y económicas mientras se recuperaban. Ni
siquiera eso fue posible porque, como dice Carlos
Rangel en su libro “Del buen salvaje al buen revolucionario”: Las nuevas repúblicas nacieron
traumatizadas, divididas, débiles, irracionales, inestables, convulsionadas y
confundidas, en contraste con el vigor, la lucidez, la unidad y la salud
política de los Estados Unidos, los cuales llevaban medio siglo de ventaja en
su experimento de vida independiente. Bolívar era un visionario apasionado,
pero también sabia el terreno que estaba pisando, por ello advierte en la
carta: “Cuando los sucesos no están
asegurados, cuando el Estado es débil, y cuando las empresas son remotas, todos
los hombres vacilan, las opiniones se dividen, las pasiones las agitan y los
enemigos las animan para triunfar por este fácil medio”. Al final El
Libertador muere desilusionado, convencido que la unión es imposible, que había
arado en el mar y que la división era inminente, por eso dice en sus últimos
días, ya postrado en cama que el único bien conquistado es la independencia
de España.
Han transcurrido dos siglos con siete años de ese memorable escrito y todavía hay historiadores
que lo leen y lo interpretan exhortando su vigencia. Nada más irreal. LA CARTA DE JAMAICA pertenece a hechos históricos de hace dos
siglos y el mundo ha cambiado, tanto por
la diversidad entre las diferentes
naciones como en sus intereses económicos, políticos, sociales y culturales. Seguimos fragmentados
soportando desarrollos desiguales y los problemas de este siglo son distintos a
los que teníamos hace doscientos años. Ahora somos la región más urbana del
mundo, con un 80 % de la gente viviendo en las ciudades, las desigualdades
sociales y la llamada “grieta” se profundiza, mucho más con el efecto de la
pandemia del Covit 19 que ataca a los sectores sociales más vulnerables y trae
secuelas en los sistemas económicos liberales. La escritora y política colombiana Ingrid Betancourt, en una
entrevista para El Diario argentino La
Nación del 25 de septiembre de 2021 señala que “en nuestras regiones ocurre algo que también pasa en el mundo:
Tendencia al autoritarismo de izquierda y de derecha Nicaragua, El Salvador,
Guatemala, Honduras. Es como si pensáramos que frente a la locura y la
mediocridad de los gobernantes, todo eso muy bien alimentado por la corrupción,
la única manera de salir fuera con mano dura. Un tipo fuerte que imparta
ordenes sin la posibilidad que la democracia medie como árbitro en la sociedad.
Si nosotros queremos volver a blandir el blasón de la democracia en América
Latina, tenemos que acabar con la corrupción. Por ahí pasa el nuevo contrato
social”.
Por su parte el
periodista Jon Lee Anderson en entrevista para La Revista argentina Ñ señala que “para este siglo América se movilizó hacia la izquierda con Chávez a la
cabeza, Cristina, Pepe Mujica, Evo, Correa y Lula, lo que se llamó <<la
marea rosa>> todo auspiciado por el petróleo venezolano y Fidel Castro
comandaba. A comienzos del 2020 Venezuela ya se había convertido en el arquetipo
del fracaso socialista, del socialismo hecho populismo.”. Más adelante
agrega una afirmación de índole geopolítica: “Nuestros otrora próceres de la izquierda latinoamericana lo que les
interesa es monopolizar el poder y no les importa el costo, criminalizan a los
opositores, desconocen la justicia, cierran medios de comunicación, y como los EEUU ya no van a invadir, como
lo hacían antes, tiene un margen de operatividad. Además cuentan con China y
Rusia”. Esto es lo más comprometedor para el destino de la región
porque tanto China como Rusia andan tras nuevos mercados y saben que el dominio
económico y político es clave. El siglo XXI lo caracteriza el capitalismo de
competencia y la búsqueda de nuevos mercados, como el caso de la Rusia de Putin con posiciones híper
nacionalistas, cleptocracia y plutocráticas. De China, de visión más pragmática
y dependientes. El capitalismo chino busca apoderarse de los mercados
ofreciendo beneficios y corruptelas, en lo que se ha popularizado como “la ruta de la seda”, además con el
manejo exclusivo de personal y mano de obra de origen china.
Por su parte el
Director para Las Américas de Human Rights, José Manuel Vivanco, en
entrevista para La Nación (5-12-2021) ha dicho que “América Latina está en un mal momento, probablemente el peor de los
últimos 30 años. El debilitamiento y el descredito de la democracia ha creado
terreno fértil para el populismo”. Además advierte riegos enormes para los derechos humanos universales si la región se
deja seducir por la predica populista, estará aún peor. Hay que fortalecer la
democracia y el Estado de Derecho.
No es descabellado lo que plantea el doctor Vivanco. La dictadura cubana
consiguió una vía de escape hacia el resto de la región a través de un brazo
fuerte como lo que hoy representa Venezuela
con Maduro y Nicaragua con Daniel Ortega más democracias
permeables como lo son Argentina, México, Bolivia, Chile y Perú.
El panorama es delicado porque le corresponde a los sectores democráticos, a
sus capas de intelectuales, líderes y dirigentes más esclarecidos asumir los
valores democráticos como el mayor legado republicano, pero con eficiencia,
libertad y honestidad en el ejercicio público. Dentro de un marco democrático
no se le puede cerrar el paso a los sectores políticos de la izquierda, pero
siempre con un ojo abierto y otro cerrado y estar alerta ante su visión
hegemónica, autocrática, totalitarista, que los ha caracterizado, pretendiendo
acabar con la división de los poderes públicos,
la reelección presidencial indefinida y
secuestrar el poder judicial, el acercamiento a gobiernos totalitarios. Imposible permitir otro Chávez, el cual, no
solo, arruinó a Venezuela y acabó con la democracia,
sino que se la entregó a la Santa
Alianza conformada por Rusia, China e
Irán a través de Los Castros y el llamado Socialismo del siglo XXI.
El ensayista e
historiador mexicano Enrique Krauze en entrevista para el diario La Nación de fecha 08 de enero de 2022 señala que la región ha tenido experiencias
democráticas importantes, excluyendo en la actualidad a Venezuela y Cuba. No
obstante al final de la entrevista señala que ha faltado hacernos preguntas
claves con la ciudadanía desde finales del siglo pasado cuando a partir de la caída
del Muro de Berlín en 1989, parecía dibujarse una solución casi continental de
democracia. “¿Comparar nuestros sistemas
democráticos con otros? Tuvimos la soberbia de creer que ya habíamos ganado la
democracia liberal. Pero la democracia nunca gana de manera definitiva…Debimos
explicar a la gente todo lo que la democracia no es: no es la felicidad, ni
logra por si misma nada más que una forma de convivencia, pero todas las otras
opciones son muy malas. Nos faltó explicar a Lenin, Stalin. A Hitler. Nos faltó
arrojar luz sobre los aspectos oscuros y trágicos de la Revolución Cubana y
como sus sueños se convirtieron en una tiranía. Porque las generaciones
olvidan. Nos faltó explicar lo que vivió Argentina y el fenómeno terrible de
las desapariciones. Y nos falta preguntarnos si no hay más soluciones que las
del neoliberalismo y el socialismo. ¿No hay formas originales e inteligentes de
pensar que podemos hacer para que las personas desprotegidas puedan mejorar?”
El
historiador Enrique Krauze, agrega que lo
único que nos queda es apelar a la razón, al dialogo y al debate porque los
tiempos de las guerras intestinas civiles ofrece más perdidas que conquistas.
Hacer a un lado las ideologías y en última instancia alumbrar ideas concretas
que nos permitan avanzar en consensos democráticos. Sin obviar el conflicto
geopolítico en que estamos inmersos y el papel de las llamadas “izquierdas
progresistas” en Brasil, Chile,
Bolivia, México, Perú y Argentina. Que si bien conviven en sistemas
democráticos y ejercen el gobierno (menos Brasil donde gobierna Jair Bolsonaro),
son capaces de alterar el juego democrático si se les permite, como ocurrió en
buena parte con Venezuela y el régimen chavista.
Los tiempos entre aquellas republicas nacientes y el siglo
XXI son totalmente distintos. Hoy como ayer no tenemos un equilibrio regional
pero los desarrollos económicos, sociales y culturales son sustentables y
pueden encontrar caminos de diálogos y concertaciones útiles para satisfacer
planes y proyectos autonómicos frente a las grandes naciones, teniendo claro que debe ser desde la independencia y la preservación de la
democracia, y allí es precisamente donde surgen los conflictos en el concierto
internacional. Hay proyectos latinoamericanos como UNASUR, MERCOSUR, ALBA, que han fracasado por hegemonías
ideológicas y políticas contrarias a la democracia. Se mantiene la Organización
de Estados Americanos, OEA, que es
un organismo centenario, nacido en 1890 como Unión Panamericana y a partir de
1948 es un organismo internacional de carácter regional de Las Naciones
Unidas. Su fundación y principios son
contrarios a los gobiernos que atentan
contra el Estado de Derecho y pretender irse por esquemas totalitarios de
gobierno, como es el caso de Venezuela y Nicaragua, alegando a una soberanía
para actuar a su antojo. Su Secretario General Luis Almagro ha dicho que “las dictaduras de Venezuela, Cuba y
Nicaragua son “modelos fallidos” que
generan crisis humanitaria, de derecho y crímenes de lesa humanidad”. Aunque se debe reconocer que su intervención
internacional no es fácil porque no posee fuerzas militares aun invocando la
llamada CARTA DEMOCRATICA DE LA OEA.
La otra alternativa regional es la
CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), creada el 23
de febrero de 2010, integrada por 33 países de la región. Esta organización
sufrió un duro golpe al retirarse Brasil, ya que el gobierno de Jair Bolsonaro
consideró que Estados Unidos y Canadá no deberían quedar excluidos de la
alianza. Esto ha conducido a que en las últimas Cumbres se hicieron evidentes
las diferencias políticas. El analista
Rosendo Fraga, Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría escribe
para el Diario Clarín que “En las
últimas Cumbres se enfrentaron por un lado los presidentes de Venezuela, Cuba y
Nicaragua y por el otro los de Uruguay y Paraguay. Los tres primeros
defendieron su posición de que no son regímenes antidemocráticos. Los dos
últimos, en cambio, ratificaron que sus gobiernos no lo reconocen como
regímenes democráticos, posición que comparte con Estados Unidos y la Unión
Europea. La CELAC desde sus inicios
formalizó una relación con China buscando transformarla en una plataforma
regional apta para la relación de América Latina y el Caribe, con la potencia
asiática, organizándose un foro permanente que se reúne en forma bianual. En
tal sentido este organismo corre con el peligro de servir de medio de
penetración de dominios no occidentales y no democráticos mundiales como los
que representa la llamada SANTA ALIANZA
de este siglo formado, como ya dije, por Rusia,
China e Irán. Y esta, por último tenemos el ALBA, Alianza Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América, idea de Fidel y Chávez en 2004. Organismo
creado con otros gobiernos de izquierda de la región a partir del llamado Foro de Sao Paulo. No tiene gran incidencia, pero le sirve a las
dictaduras de izquierda para establecer redes en la región y buscar
entronizarse con el modelo comunista.
Hace doscientos años estaba naciendo La América independiente
de España. Su proceso histórico dista
mucho del imaginario utópico de Simón Bolívar. Han prevalecidos las ideas
liberales es cierto, excepto Cuba, pero su desarrollo económico ha sido
intervenido por la corrupción administrativa, el pillaje, los intereses oligárquicos desmesurados, las
intervenciones extranjeras, las visiones estatistas, etc. El sistema político democrático ha atravesado por situaciones inestables de periodos
dictatoriales, caudillaje, guerras y alzamientos civiles y militares, asedio de
las guerrillas con apoyo internacional y
del narcotráfico, como es el caso de Colombia. Igualmente la versión populista
del Estado donde todos quieren acudir para obtener beneficios, en desmedro del
trabajo y la producción como fin último para el desarrollo de las sociedades y
el bienestar social para todos.
Hoy, la región tiene un alto grado de inestabilidad y está
amenazada por la penetración de modelos no democráticos ante una ciudadanía
latinoamericana que busca gobiernos eficientes que redistribuyan mejor la
riqueza y minimicen las terribles desigualdades entre pobreza y riqueza. El
problema se presenta cuando se afecta al
sistema democrático con modelos de izquierda totalitarios y que tiene sus
representantes en la región. La situación ha llegado al extremo que Rusia recientemente
amenazó con desplegar tropas militares en Cuba y Venezuela
si los Estados Unidos avanzan en Ucrania. ¿Qué significa esta amenaza pública? Díaz Canel y Maduro están del lado de
Putin y puede contar con su apoyo. De todas formas tanto Fidel Castro como Chávez, ya fallecidos, han garantizado esta
penetración en compras de material
bélico, espionaje y adiestramiento militar
ruso desde hace décadas. El ex director
del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) Manuel Cristopher Figuera reveló
que Maduro tiene dos bases militares rusas de exploración de comunicaciones e inteligencia en territorio venezolano, una en Valencia y la
otra en el Estado Miranda.
Hoy como ayer, prevalece un futuro incierto, seguimos siendo
peones en el ajedrez geopolítico mundial ante grandes naciones que ceden
terreno para garantizar su estabilidad. Otras naciones que buscan reeditar
experiencias del período de la “Guerra Fría” (1947-1991) para recuperar
hegemonías pérdidas y otras naciones buscar nuevos mercados que les afiance su
poder económico mundial. Todas movidas en el espíritu de la competencia capitalista. El cronista Lee Anderson enfatiza: “Hoy no hay no una Rusia socialista ni una
China comunista. Hay potencias emergentes como China con aperturas liberales y
un poder político centralizado. Igual Rusia. En América Latina Presidentes
llamados de Izquierda buscan anexarse a estos dos bloques para sostener sus tropelías
populistas con una corruptela estrambótica”. Esta afirmación enturbia más
el panorama y presagia eternos conflictos entre la libertad y la opresión;
entre la democracia y totalitarismos, entre bienestar de todos los ciudadanos
latinoamericanos y aumento de la pobreza y la dependencia económica y política.
Ese fue el dilema para el Libertador
Simón Bolívar y lo sigue siendo en los albores del siglo XXI.
EL SISTEMA DE GOBIERNO
MAS PERFECTO ES AQUEL QUE PRODUCE MAYOR SUMA DE FELICIDAD POSIBLE, MAYOR SUMA
DE SEGURIDAD SOCIAL Y MAYOR SUMA DE ESTABILIDAD POLITICA. Congreso de Angostura.
Febrero 1819. Simón Bolívar.
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