RAFAEL
CADENAS: POETA DE LA DESMESURA. PREMIO INTERNACIONAL DE POESIA FEDERICO
GARCIA LORCA
“Que cada palabra lleve lo que dice
Que sea como el temblor que la sostiene
Que se mantenga como un latido”. Rafael Cadenas
A este poeta lo conocí hace
una década en un ambiente
familiar austero donde la palabra se
sostenía sin imposturas ni ambages. Su
voz tenue y prístina, sin autoridad ni sentencia, permitía entrever que estábamos frente a un juglar de siglos
pasados, que clamaba por el hombre perdido.
Nadie habló de su enjundiosa
obra ni adjetivos sobre el personaje. Él estaba allí meditabundo, absorto, casi sacramental, como
le corresponde a los sabios que no necesitan de posturas ni artificios. Nos
habló del país y sus libertades conculcadas, de las amenazas en un futuro
inmediato, de la caída de las
ideologías prisioneras del pensamiento y
de los grandes males de la humanidad y sus consecuencias en el planeta. Terminó
hablándonos de la poesía y la mayor libertad que siente al escribir desde la
existencia, y una interrogante que nadie
respondió porque no era la intención: ¿Qué se espera de la poesía sino que haga más vivo el vivir?
Posteriormente
me dediqué a conocer su obra y llegué a
la conclusión que Rafael Cadenas es un poeta que abraza la naturaleza del vivir en medio de su complejidad y
avatares existenciales. “Lentitud sagrada. Hemos dejado pasar los días desde un
vasto olvido. Nos anego la indolencia. Entregamos las armas. El sitio duró
poco. Desheredados, el lugar se adueñó de nuestra historia. La volvió espera”.
(Tomado del poemario Una Isla).
La poetisa Ida Gramcko escribió hace muchos años sobre
Rafael Cadenas, lo que transcribo a continuación : “Concédeme/ la humildad de extraviarme/ sin que el ceño se endurezca”
expresa Rafael Cadenas. Pues asumimos la desventaja y a la vez la gracia del
vivir, la amargura no ayuda en nada ni viene a cuento. Nuestro cuento es esa
humildad que inviste el poeta; la de extraviarse aunque hayamos esgrimido la
espada reluciente de la rebeldía y de la creación. Creo que la espada se va
tornando cada vez más capaz de soportar, y aunque el cuento sea largo,
triunfar. No es la humildad del tonto que se consuela con la suprema voluntad
divina sino la del que de continuo hace y rehace su vida con todo riesgo”.
Por su parte,
más recientemente (2009) Arturo Gutiérrez Plaza escribe un
párrafo final, introductorio de una selección de poemas, que nos hace conocer
más aún al personaje: “Ese reclamo permanente de anteponer la vida a lo
literario es el que señalara, en buena medida, el curso de su obra poética:
viaje del desborde verbal al ascetismo; de la catarsis y el embrujo de la
palabra, al ansiado silencio y el despojamiento. Trayecto entre el estallido y
la calma que nos recuerda lo que la física hoy nos predica, y que desde muy
antes ha permanecido en el saber religioso de las culturas ancestrales: antes
de todo estuvo el misterio de la nada. El mismo Cadena, en el libro sobre San
Juan de la Cruz, advierte al señalar los arrebatos que el cientificismo le ha
hecho al ser humano y que la ciencia le <<ha devuelto con creces>>,
al reivindicar ese estado de ignorancia
fundamental que surge de constatar que <<mientras más se sabe, mayor es
la perplejidad>>. Quizás una análoga postura es la que ha determinado su
visión de la vida respecto a la literatura, interesándose en esta última, sólo
en tanto compromiso con la búsqueda de iluminaciones, de revelaciones que nos
ayuden a habitar el misterio de existir”.
Rafael Cadenas proviene de
aquella década tormentosa de los años sesenta donde asume compromiso militante
con la izquierda, de lo cual se alejó tempranamente con aquel histórico poema
“Derrota” el cual apareció en un periódico caraqueño un 31 de mayo de 1963.
Cadenas señala: “ese poema tenía que ver con una situación que me deprimía, no
con algún logro literario”. Y reitera recientemente que “Hoy difiero de la
posición que teníamos. El ‘paraíso’ comunista es un gran engaño”. Alejarse a
tiempo le permitió ver realidades sin el filtro dogmático u ortodoxo. Él mismo
enfatiza “De la actividad política me aparté hace como cincuenta años, pero uno
no puede ser indiferente ante lo que ocurre en su país y en el mundo. “No me
interesa la política” es u a frase tonta que se escucha a menudo. Es como vivir
con los ojos cerrados, mientras la casa se está cayendo”. En ese sentido hoy
tenemos a un poeta que ha escrito frente
a los problemas ecológicos , los
desmanes de la sociedad de consumo, la
quiebra de la lengua y de la cultura, los problemas que ha generado la
civilización contemporánea , los regímenes autoritarios y anti democráticos. Con
respecto al de su país, no rehúye ni
acomoda palabras que busquen cierto equilibrio: “Lo que pasa en Venezuela está
a la vista. El régimen no es democrático, puesto que tiene a sus servicios
todos los poderes públicos, los principales medios de comunicación están
dedicados día y noche a la propaganda del gobierno y hostiga espacios libres
como universidades, periódicos, organizaciones no oficiales. En suma, lo
caracteriza desde su inicio un increíble abuso de poder, que es la negación de
un socialismo civilizado”. Cree en un
proceso de transición democrático sin exclusión que una a todos los venezolanos
para crear un país digno sin mentiras.
El premio de poesía “García Lorca” de la ciudad de
Granada se
decidió entre 43 candidatos de 18 nacionalidades distintas que fueron
propuestas por 78 Instituciones, es decir en buena lid, como para que no quede
dudas. Sin embargo las entidades oficiales de cultura, sus poetas y artistas
más renombrados nada dicen. Prefieren hacer mutis por el miedo oficial que les
ha secuestrado su pensamiento. O probablemente separen su poesía de su posición
política, como si se puede separar fácilmente una cosa de la otra en un
personaje integral de la talla de Rafael Cadenas y sobre todo en momentos tan
cruciales que vive nuestro país. Recuerdo, para finalizar, los suplicios en
vida que sufrió el escritor cubano Reinaldo Arenas y como el régimen fidelista
tuvo el descaro de publicar algunas de sus obras después de muerto. Claro los
muertos no hablan. Nos seguiremos leyendo.
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