VENEZUELA O EL PORVENIR DE UNA
ILUSION. Por Angel
Gustavo Cabrera
Porvenir. Está por venir. Detrás. Llegará. Qué cambiará. Qué
cosa es la felicidad que nos está esperando. El único porvenir seguro del ser humano es la muerte. Porvenir está
lo que no tenemos. Siempre estamos
privados de algo. Siempre estamos esperando ese algo que nos llene el vacio que
llevamos por dentro. La inconformidad es nuestro destino trágico. La venida del
porvenir la llamo un loco hace 300 años. Porvenir porque sabía lo que nos
estaba esperando, un destino trágico, si señor un destino trágico. Y ahora
que, cuantos porvenires nos esperan,
porvenir. Tomado de el film “El porvenir
de una ilusión” de Franco de Peña. 2007.
“Pero en realidad me parece que este país es un asco. Y me
gustaría irme sobre todo por mi hija pequeña, que cuando crezca no tendrá aquí
ningún futuro”. Tomado del libro
“Salitre en el corazón” La vida cotidiana en la Cuba del siglo XXI. Rafael Osìo
Cabrices. 2003.
“La aparición del socialismo de mercado chino, la liquidación
del comunismo soviético y el fin de la URSS representaron un golpe demoledor a
la visión marxista del mundo y al modelo de organización social estatista”. Tomado del libro “Latinoamérica y el asedio
revolucionario” Carlos Raúl Hernández. 2015.
“La ideología marxista al consagrarse a los intereses
universales de la humanidad, se apropia del derecho a guiar a la humanidad; al
convertirse en el servidor del pueblo soberano, se apropia de la soberanía
sobre el pueblo. Al crear el mito del proletariado, mesías salvador, cuyo
suplicio va a regenerar al mundo, se apropia con el mito de la salvación y la misión del mesías proletariado, de las
energías religiosas del judeocristianismo, y se apropia de todos los derechos
sobre el proletariado y sobre la
historia mundial”. “El método”. Las
ideas. Tomo 4. Edgar Morín. 1992.
“El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce
mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de
estabilidad política”. Simón Bolívar. Discurso de Angostura. 1819
En mi archivo de cine encontré un video editado por la
antigua Cinemateca Nacional de Venezuela en el año 1997 llamado “El porvenir de una ilusión”. Un
cortometraje de 52 minutos que relata la vida de varios personajes emblemáticos
de la sociedad cubana. Veamos lo que dice la
sinopsis para adentrarnos en el tema y su relación con Venezuela: “La Habana, 31 de diciembre de 1996. Varios
personajes de esta ciudad esperan que el año nuevo les cambie sus vidas.
Pablito lanza botellas al mar con el
objeto de recibir noticias de su padre. Violeta, la prostituta del barrio,
espera que llegue el amor de su vida. Puly, un malandro callejero, quisiera
cambiar el tipo de vida que lleva. Luisa, la aristócrata, viven en su mansión
en ruinas esperando el regreso de sus hijos. Carmen, la chismosa, quiere
encontrar a alguien con quien conversar…pero el único porvenir seguro en el ser
humano es la muerte, como lo expresa el caballero Michaelis”.
En el año 2001 estuve en Cuba, como participante de un
Congreso Internacional de Pedagogía y la impresión que me causó sirvió para
reflexiones posteriores. Obvio, no observé esos personajes emblemáticos del
documental de Franco de Peña, pero había mucha similitud en el niño humilde que
me pedía ropa usada, alimento no perecederos, y me llamó la atención que estaba
jugando con unas barajitas hechas con cajetillas de cigarrillos y fosforo. Dos
niños de escuela que al preguntarles sobre que significaba para ellos Fidel
Castro, me dijeron casi al unísono: “Es
como mi padre para nosotros”. Un viejito que se me acercó y me pidió dólares enseñándome la tarjeta de
racionamiento y diciéndome que eso no le alcanzaba para nada, si noté que tenía
un poco de miedo, lo cual lo confirma cuando me dijo: “yo pido pero no me dejo ver con aquellos porque son del CDR” *. Una
maestra que le decía a otra casi al oído: “eso
que está diciendo Fidel es pura mierda porque lo que ganamos no nos alcanza
para nada”, yo solo escuchaba en silencio en aquel inmenso auditórium
repleto de gente. Un joven estudiante que se sonrió con aires de incredulidad e
imposibilidad cuando le dije: “te voy a
dejar mi dirección en Venezuela para que algún día visites mi país, te acerque
a mi casa”, luego comprendí la casi imposibilidad de salir de la isla. Una mesonera con la cual conversaba amenamente
cerca de una playa de turistas y al rato se acercó otra persona, se sentó sin
ser invitada y la mesonera cambio el tema, luego me entero que esa persona era
del CDR y que en Cuba no hay privacidad pública de conversación. Un profesor
cubano que esperaba que los visitantes
se asomaran en su marcha para decirle a sus estudiantes: “muchachos póngase a trabajar que por allí viene la comitiva”, yo
que me había adelantado al grupo me pude dar cuenta de la impostura, además de
confesarme que el aparte de maestro era taxista para poder mantener la familia.
Otros detalles, Una Habana vieja que da
la sensación que se quedó atrapada en los años sesenta, con viejas consignas
alusivas a la revolución y el culto a
Fidel Castro y a los héroes de la revolución, los edificios desvencijados y sin pintar, construcciones arquitectónicas
sin terminar ocupadas por familias pobres, mucha pobreza contrastando con lo
que se le ofrece al turista y a la clase política gobernante que vive
parasitando a expensas del Estado Cubano. Al final, cuando regresaba en el
avión pensaba que no sería partidario de esa forma de vida en mi país,
acostumbrada a la pobreza material, al discurso grandilocuente y redentor de un solo gobernante, a la
censura y falta de libertad de expresión, al miedo como forma de vida, a un
Estado controlador de manera absoluta. A un socialismo lleno de promesas que
nunca cristalizaban. Se quedaban en el imaginario colectivo como el porvenir de
un mundo utópico, como el paraíso de los cristianos.
Han trascurrido 17 años de esa visita y lo que ayer temía
para mi país hoy es un hecho que sufrimos todos los venezolanos. Vivíamos con
muchas comodidades, de manera modesta y ahora no tenemos nada. Una democracia que
fraguó un porvenir para las grandes mayorías y sectores sociales a una
desesperanza transformada en porvenir socialista, convertida en una mascarada, en un fantoche de burla y
promesas. Una democracia convertida en dictadura comunista que aspira, y lo
está logrando, a que vivamos escasamente, a expensas de la dadiva del todo
poderoso Estado; que la gente se resigne a morir en los hospitales; al consumo
controlado y “necesario” de alimentos; que se desmembré la familia con la huida
del país de casi una tercera parte de la población y no pase nada; una sociedad sin libertad de expresión, sin
prensa libre y ofrecimiento de cárceles para quien proteste; unos prisioneros
políticos con nuevos métodos de tortura y una indefinición para recuperar la
libertad porque los derechos son letra muerta; un país que se acostumbre a que
sus instituciones no son independientes de los dictámenes del poder central,
vale decir del presidente de la república con aquella vieja conseja
autoritaria: “Ordene que nosotros
obedecemos”. Un país con grandes
riquezas que en democracia era gobernada por diferentes sectores
representativos a un país bajo la tutela
de una sola voz de mando. Cuba y Venezuela, hoy están unidas, les aqueja el
mismo mal. Una gobernada por una familia desde hace sesenta años y nosotros con
apenas veinte años gobernada por un triunvirato perverso. El mismo porvenir, el porvenir de la muerte.
El punto de quiebre fue el año 2014
y 2017. El primero Maduro enseñó sus
garras violentas en las manifestaciones estudiantiles y más de cincuenta
manifestantes asesinados. En mayo de 2017 violó la Constitución
Nacional con la elección de una Asamblea Constituyente fraudulenta que el pueblo rechazó y el costo fue más de centenar de manifestantes asesinados, heridos
y detenidos. A esto se le agrega la masacre de El Junquito, donde a los oponentes
no se les permitió rendirse, dramático fue ver por celular la rendición de
Oscar Pérez y su asesinato a plena luz del día y sin oponer resistencia.
Hoy, mayo de 2018,
víspera a unas elecciones presidenciales adelantadas y con el triunfo
manipulado y tramposo bajo sus axilas, con un CNE, una Asamblea Constituyente y
un Tribunal Supremo arrodillado, no se puede esperar otro resultado este
domingo 20 de mayo. Ya está cantado y asegurado. El porvenir casi es semejante a Cuba. Solo nos
queda un halito de esperanza: la expectativa de que algo pueda suceder
inesperadamente en los próximos días y así el porvenir utópico
socialista-dictatorial se convierta en un infierno para ellos, los que
sostienen el poder. Como decía nuestro gran poeta Harry Almela en Contrapastoral:
huye de tu anhelo/ de todo abalorio/ que te confunde/ del prócer atroz/ que te entretiene/ te hablo desde esta
oscuridad/para que no pierdas/ el sentido de la luz.
“Los revolucionarios se
proponen liberar al ser humano… oprimiéndolos” Rafael Cadenas
* Comité
de Defensa de la Revolución.
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