CRONICA DE UNA VIOLACION EN ARGENTINA
Thais Campos,
su esposo y sus dos hijas decidieron abandonar Venezuela hace dos años buscando
salir de esa pesadilla en que se había convertido el país: hiperinflación, dinero sin valor, desempleo, universidades con un
futuro incierto (incluso ahora con las carreras humanísticas eliminadas del
pensum de estudio), asesinatos del
gobierno y sus colectivos paramilitares, violación de la Constitución Nacional,
ya ni hablar ni protestar se podía.
Así que juntaron unos dólares vendiendo propiedades y eligieron a Argentina por
unos amigos venezolanos que le hablaban
de la prosperidad económica, el respeto a las libertades públicas y sobre todo
respeto democrático ciudadano. Todo iba bien, trabajaba la pareja y la hija
mayor, pero el padre cayó con un cuadro clínico considerable de hace dos meses
con un ACV que requirió hospitalización en un hospital público y ella, la madre
tuvo que dejar el trabajo para atender a su esposo. Fue así que la menor María
Teresa Campos, ya con 18 años cumplidos, decidió buscar un nuevo
empleo para ayudar con los gastos y mantenimiento de la casa y los servicios.
Fue así como la joven María Teresa
Campos se dispuso a entregar currículo por varios comercios, entre ellos uno
ubicado en las inmediaciones de las calles
Lavalle y Pueyrredón, Paso 693 de la Ciudad de Buenos Aires. Era una
tienda de uniformes médicos con un aviso grande que decía GARZON,
propiedad de IRINEO HUMBERTO GARZON
MARTINEZ, conocido como Santiago Garzón, de 35 años de edad. Allí estaban
solicitando una joven para ventas. Total que el dueño quedó en llamarla pronto.
Así que el viernes 22 de enero del
presente año GARZON le envió un mensaje por las redes sociales señalando que
estaba interesado en sus servicios y la invitaba a una cena que él pagaría. La
joven, se sintió extrañada de tal invitación a lo que rehusó de plano y le señaló que si quería estaría en el local
comercial al día siguiente, sábado 23, para la entrevista de trabajo. Así
quedaron y no hubo insistencia. María Teresa se lo comentó a su madre, quien le
pareció sospechosa tal invitación, pero sin presagiar lo que se avecinaba. Y
solo le dijeron que fuera a la entrevista y mantuviera comunicación con ellas,
madre e hija mayor, porque se necesitaba el trabajo. Thais no la podía
acompañar porque le iban a hacer unos exámenes a su marido, que estaba
hospitalizado.
Ese sábado, 23 de enero, la señorita María Teresa se
arregló, se puso su ropa sport de muchacha joven, no se maquilló pero si se vio
al espejo entre alegre y un poco asustada. Siendo las diez de la mañana llegó
al local comercial y fue atendida por el dueño, la hizo pasar a una pequeña
oficina, le explicó que su función era atender los clientes y le entregó una
lista de precios. No había más nadie allí sino ellos dos, pero no había nada
que temer él estaba en la oficina y ella frente al mostrador Entre las 10 y 30
am y las 1 pm. Todo iba normal y así se lo hizo saber a su madre y a su hermana
por mensaje de WhatsApp. El, de una manera galante y respetuosa le había
ofrecido gaseosa y agua potable. Ella no advirtió nada hasta que finalmente le
aceptó un vaso de agua para apaciguar el calor. A la 1. 52 comenzó
las alertas por el celular. La madre le envía un mensaje: “Todo bien”. María Teresa le respondió con emojis y a continuación: “Me
quiero ir, estoy muy asustada”. La madre alarmada le envió varios mensajes:
“Vente. ¿Qué pasó? Háblame. Y eso está
abierto”. Siguió insistiendo, como temiendo lo peor: “Hijaaaaaa” exclamó Thais a las 2.13 pm. A las 2.14 la madre recibió
un mensaje de Linda, su otra hija: “Maaaa.
Dijo que la vayas a buscar porque el tipo ese le dio agua y después se sintió
mareada”, le escribió. Y a continuación le reenvió un mensaje de su
hermana: “Y creo que el dueño de donde
trabajo me drogó porque me siento mareada”. A lo último a la joven le
costaba escribir, sentía la mano adormecida. Procedió la madre a llamar a la policía
de la ciudad a las 2.23
Lo que vino después es inenarrable,
el dueño de 35 años convertido en un monstruo, en un animal de bajos instintos,
mientras la joven se desvanecía en su letargo producto de la droga, el cerraba las puertas del negocio y la cargó
en los brazos hacia una cama que estaba al fondo. Allí sacio sus bajas pasiones
sádicas y sexuales. Llegó la policía y más atrás su madre y encontraron todo
cerrado y nadie que atendiera al tocar con fuerza la puerta. La señora Thais
insistía que allí estaba su hija hasta que producto del fuerte forcejeo
lograron abrir y al fondo se divisaba al animal
saciado poniéndole los pantalones. Lo curioso es que no estaba asustado
y se entregó sin oponer resistencia, mientras su madre no dejaba de llorar y
gritar “maldito, que le hiciste a mi hija”, “violador despreciable”. Tuvieron
que someterla porque deseaba entrarle a
patadas al asqueroso personaje. Al poco tiempo llegó la ambulancia y se llevó a
la joven agraviada en sillas de ruedas semiinconsciente para unos exámenes forenses.
Pero aún faltaba más. No habían
pasado 48 horas cuando la Jueza en lo
Criminal y Correccional 15 Porteña, Doctora
Karina Zucconi, dejó EN LIBERTAD
al monstruo Garzón Martínez por
considerar que no tenía antecedentes penales y que la acusación era ABUSO
SEXUAL SIMPLE, con impedimento de salir del país. Rápidamente la
defensa de la joven, abogado Pablo Baqué
solicitó ante la jueza lo impropio de la
medida y la necesidad de dejar sin efecto la libertad del imputado. Igual lo
hizo saber la fiscal del caso Abogado Silvana Russi, quien se opuso desde un principio a la liberación
del imputado, “no midió lo que estaba
pasando”, agregó. Esta presión y ante las evidencias del caso, hizo que para
el miércoles 27 en horas de la noche la Jueza Karina Zucconi cambiara la medida
por ABUSO
SEXUAL AGRAVADO CON ACCESO CARNAL, no obstante el monstruo sigue en
libertad.
Al día siguiente, jueves 28 de enero,
se llevó a cabo una manifestación de
ciudadanos venezolanos y argentinos que no llegaban a trecientas personas,
frente al local comercial del violador después en horas del mediodía se fueron
hasta los Tribunales con ruidosas consignas: ¡Justicia!, ¡Garzón violador te
sale prisión! Pancartas que decían: “Ellos libres, nosotras encerradas…Basta de
Justicia Patriarcal”; “Dra. Zucconi ¿La privativa de libertad se dictamina de
acuerdo a su criterio ético-moral o de acuerdo a las leyes?”; “Para violar y
truncar el presente y el futuro de una persona no se necesita antecedentes”;
“Tan violador es el que lo hace 10 veces como el que lo hace 1 vez”.
Y después de la marcha me regresé a casa pensando en esa familia, en esa
tragedia que es la misma tragedia que vivimos los venezolanos con violaciones a
todos nuestros derechos. Triste por el futuro de esa jovencita traumatizada en
un país que se dice tener un gobierno democrático avanzado, que aprobó recientemente el derecho al aborto
y la justicia deja libre a un violador que le dañó su integridad moral y humana
para siempre. Como entender que le da derecho a la mujer para que aborte pero
no castiga al hombre que la agrede. ¿Qué alguien me lo explique? Más aún porque
las mujeres argentinas, feministas, no estuvieron allí presente con sus
banderas y la protesta contra las violaciones de los hombres, que según parece
son tan usuales en este país, ¿Dónde quedan los derechos de los emigrantes
venezolanos en un país que dice ser abierto a los extranjeros europeos?, ¿Será
que ellos son menos que nosotros?, ¿Y los políticos del gobierno y de la
oposición porque no se pronuncian ante lo infame de su justicia y legalidad
constitucional? ¿Cómo es que este abominable hecho ha causado más indignación y
rechazo a nivel internacional que en la propia Argentina? Peor aún,
como es que los miles y miles de venezolanos que se encuentran en Buenos
Aires se mantuvieron indiferentes y solo un pequeño grupo de la sociedad civil
organizada se manifestó. Parece que la indiferencia como emigrantes nos
está afectando y solo nos interesamos por la rutina egoísta. MUCHAS
PREGUNTAS PARA SANCHO, VERDAD. AMANECERA
Y VEREMOS.
Nota: El
nombre María Teresa no es real, para resguardar su identidad.
29/01/2021
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