“LAS LANZAS COLORADAS” DE USLAR
PIETRI REVISITADA. Angel Gustavo Cabrera
“El dolor tallaba la
carne de los hombres que habían de transformar la tierra. Había sobrevenido una
hora maldita. Ya no era posible estar en paz. En el fondo de las almas se
multiplicaban monstruosas florestas de pasiones. Se amaba o se odiaba
ciegamente. Se amaba o se odiaba a los republicanos o a los godos, criollos y españoles
que servían al rey. Parecía que después de la larga calma de la Colonia fuera
el momento de un carnaval de locura.” LAS
LANZAS COLORADAS. Arturo Uslar
Pietri. Pag 64.
“… - A mí eso de la
patria me suena lo mismo que eso del amor. ¿Usted no ha visto por ahí, pues,
esas gentes que se enamoran y andan suspiro y suspiro y no consiguen nada? Pues
lo mismo. La patria es puro suspiro. No hay que enamorarse, sino barajustarle a
la mujer.” LAS
LANZAS COLORADAS. Arturo Uslar Pietri. Pag. 93
“La sangre chorrea de
las lanza, corre por las asta, se coagula en el labrado de las mano, trepa por
los brazos tensos, alcanza los cuerpos y baña la mitad del caballo. (…) Los hombres sienten la sangre secarse
sobre los brazos como el revestimiento de una armadura, salpicar y tejerse
sobre el pecho como unos alamares absurdos.” LAS LANZAS
COLORADAS. Arturo Uslar Pietri. Pag.190
Confieso con amargura no haber leído esta novela en mis
tiempos de joven con avidez intelectual. Es ahora en mi adultez de libre
pensador que la he leído con la madurez política e histórica que modestamente
poseo. Fueron aquellos años de los setenta que mi formación marxista me lo
impedía por la estigmatización que teníamos de su autor. Para nosotros, los
comunistas, Arturo Uslar era un viejo burgués, fascista y reaccionario,
adulante del Imperio del Norte e identificado con la derecha capitalista. Cuan
equivocado estaba, comprendo, ahora, que desde el dogma ideológico solo se aprende
un catecismo de idioteces que se debe repetir como verdades inconmovibles sin
poder construir realmente un pensamiento nacional ajustado a nuestro continuo histórico, que no
tenga su origen en Marx, sino en todos los que forjaron esta patria en la
construcción de la República, tanto en la formación intelectual como en la
acción. En otra oportunidad escribiré un ensayo sobre este controvertido e
importante personaje que le dio al país importantes aportes en la política, la
economía, la historia, el periodismo, la literatura en el siglo XX.
Quien revisite esta novela histórica y establezca algún
parangón con lo que nos está sucediendo en la Venezuela del siglo XXI puede que
encuentre argumentos para el debate nacional sobre interrogantes importantes
muy a pesar de la distancia que marcan los acontecimientos allí narrados en la
novela publicada en 1931. ¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Hacia dónde vamos?
Son preguntas que infiere la mencionada novela. LAS
LANZAS COLORADAS no es una novela histórica para dejarla es aquellos
albores de la independencia y el fracaso marcado por la sangre regada en los
campos de batalla cuando se pierde la República. El escritor Salvador Garmendia escribe
en el prólogo de una edición especial publicada por El Nacional, año 2000, lo
siguiente: “En LAS LANZAS COLORADAS el infortunio y la desolación de la tierra
arrasada, la sombra del fracaso y el derrumbe de los ideales, son hechos vivientes que salen de la
historia para debatir en el presente con realidades más cercanas. Es el momento en que la Primera República
despierta de una ilusión retórica inspiradora de la declaración de
independencia, para enfrentar la realidad aterradora de la guerra, en una sociedad inmadura, cuyas más oscuras contradicciones
han hecho posible la irrupción de un caudillo, José Tomas Boves, y la
aniquilación del ingenuo proyecto republicano.” LAS
LANZAS COLORADAS se adentran en una espiritualidad conflictiva de
personajes movidos más por sus convicciones personales que por su verdadero
patriotismo, en una cruenta guerra que termina en un baño de sangre.
El siglo XXI inaugura en Venezuela un nuevo ciclo que ya
amenaza con los clarines de la guerra. No es para menos, son veinte años de
conflicto, de hegemonía chavista, de tierra arrasada por donde pasa, de
comparar a Bolívar con Chávez con unos ideales y praxis que en nada se parecen
al primero. De una interpretación dogmática marxistoide de la realidad
venezolana que la muchedumbre vio con simpatía porque hablaba de una redención
de los pobres y una renta petrolera administrada de manera populista. No
pudo fundar Chávez La Venezuela Socialista del siglo XXI por su temprana muerte pero deja un terreno abonado a la intromisión cubano-soviética para darle
continuidad a un proyecto absurdo de corte totalitario y militarista. A pesar
de que la guerra no ha sido declarada ya son más de seis mil los muertos por
enfrentamientos de pueblo contra las fuerzas del orden, torturados, atropellados,
prisioneros en cárceles infernales. El éxodo de aproximadamente cuatro millones
de personas, familias enteras huyendo del país. Los grupos paramilitares, las
milicias y colectivos armados auspiciados por el gobierno enfrentan las
protestas legítimas de ciudadanos por el hambre, la falta de alimentos y
medicina. Han violentado toda la institucionalidad democrática para imponer una
dictadura bestial engañosa y de propaganda tramposa. El Informe de la Alta
Comisionada de la ONU, Michell Bachelet, es como para llorar sobre un mapa de Venezuela.
La Venezuela moderna que teníamos ha desaparecido y hasta enfermedades como la
malaria que había sido superada con los adelantos de la medicina, de nuevo está diezmando nuestros pueblos indígenas. No es la Venezuela
de comienzos del siglo XIX con una guerra sangrienta sin norte claro en la
plebe de que significaba patria y colonialismo. Ella se forjó en la guerra con
Bolívar, emergiendo de las derrotas y
haciendo cuajar un proyecto de
independencia. La Venezuela del siglo XXI
ha sido conducida por unos bárbaros que muestran espejitos de Socialismo
atados a nuevas dependencias, desbaratando valores de la república, la
democracia, la pluralidad, nación, Constitución, que tanto nos
ha costado construir a todo lo largo del siglo XX. Esto es lo que marca la diferencia con el
pasado histórico. Incluso hoy sabemos que el chavismo alentó y aumento el drama
de los pobres por conveniencia política e ideológica desde una óptica ortodoxa
marxista.
El fracaso del proyecto chavista y las enormes grietas que ha
abierto deja mucho que pensar del futuro de este país, de su inmadurez y falta
de una verdadera cultura política para no seguir creyendo en demagogos ni
vendedores de ilusiones. Venezuela sufre de una enfermedad de poder político
donde los políticos aspiran llegar para el usufructo y el lucro. El arribismo
político de los partidos viejos y emergentes es un hecho. La falta de unidad de
objetivos ha colaborado para que el
chavismo-madurismo continúe haciendo estragos. ¿Cuál será el próximo caudillo o
aprenderemos la lección? Lo cierto del caso es que los costos en vidas humanas
perdidas, en una economía quebrada, en una sociedad dividida por las enormes
heridas, etc. superan con creces los de la sociedad colonial en veinte años de
guerra de independencia. Aunque todavía falta por salir de este modelo fascista
que un día con un indefenso POR AHORA compramos, sumiéndonos en la barbarie. Es ahora,
cuando parece que estamos despertando de una ilusión retórica y
populista que ha marcado las últimas dos décadas.
Finalmente es importante destacar la falta que nos hace hombre como ARTURO USLAR PIETRI, no solo
por su obra literaria sino por su alta calidad como intelectual honesto, trabajador incansable y
político sensible ante los problemas del país. Fue un venezolano
universal.
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