PABLO MILANES Y MIS SENTIMIENTOS
ENCONTRADOS
“Yo me quedo valdría la pena repetirlo/ para aquello que no lo
oyeron bien/ y para otros que aún eran unos niños/ y su amor y su orgullo
clamaban por nacer/ yo me quedo para ver el futuro/ construyendo lo que canto y
amo como un faro que ilumina tus noches/ solitario y seguro, aquí me quedaré.” Letra
y música de Pablo Milanés, como respuesta al masivo éxodo cubano por el Puerto de Mariel en 1980.
“He dicho que hace falta otra
revolución, porque tenemos manchitas… El sol enorme que nació en el 59 se
ha ido llenando de manchas en la medida que se va poniendo viejo. ¿A qué isla
llevaría Usted a un hombre en el desierto? ,
Pablo responde: Si le digo se va
a echar a reír, A Cuba. A una Cuba con los Castros, pero con arreglos”. Madrid.
El País. 13 de marzo de 2010. Entrevista
a Pablo Milanés.
“Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha
sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al
final lo que ha hecho es encarcelarlo. Desde hace mucho tiempo he venido
expresando las injusticias y errores en la política y gobierno de mí país” Comunicado
de Pablo Milanés de fecha 24 de julio de 2021 en Madrid, ante la ola represiva contra los jóvenes y el
pueblo el 11 de junio del mismo año-.
Con el triunfo de la revolución
cubana emerge un movimiento musical en los años sesenta que se identificó como La nueva trova cubana, entre los
fundadores están Silvio Rodríguez, Noel
Nicola, Sergio Vitier, Amaury Pérez, Sara González y Pablo Milanés, entre
otros. Su propósito apoyar con el canto y la temática revolucionaria a la
revolución cubana en construcción. Entre julio y agosto de 1967, se celebró en
La Habana el I Encuentro Internacional
de la Canción Protesta, auspiciado por La Casa de Las Américas. Allí se
reunieron cantores de dieciséis naciones de diferentes continentes,
manifestando sus preocupaciones y la unidad latinoamericana contra las
dictaduras militares, la invasión a Vietnam, los reclamos sociales y políticos.
En nuestro país Soledad Bravo en una entrevista que le hace
Gloria Martín para su libro “Perfumes de otra época”, señala: “Entonces empiezo a investigar el fenómeno de
La Nueva Trova Cubana y me hago muy seguidora de lo que ellos decían.
Era un momento en que eso era una luz para los jóvenes en Latinoamérica, donde
las dictaduras estaban a flor de piel en todos lados, y la revolución cubana marca
una especie de pauta que fue muy importante, muy importante”. Además de
Soledad, encontramos otros artistas y/o agrupaciones que se hicieron ecos de
sus canciones, grabados sus temas o
emulando la llamada Canción de protesta, caso de Lilia Vera, Alí Primera, Los
Guaraguaos, Grupo Ahora, Gloria Martin, etc. Eran composiciones cuyas letras
exhortaba a la revolución, a las transformaciones, a la denuncia de la
explotación capitalista, etc. Recuerdo que Alí Primera escribió y cantó una canción
titulada “Cuba es un Paraíso”, que entre
otras cosas señala “Cuba es un paraíso para el cubano, no pal de afuera señor”…
Y cabe destacar que no solo en
Venezuela se manifiesta este interés por ese canto de La Nueva Trova Cubana, sino que se extiende por toda América
Latina. Pablo compone una canción en plena efervescencia revolucionaria llamada
“Canción por la Unidad Latinoamericana”
que termina con una estrofa muy elocuente: “La
historia lleva su carro/ Y a muchos nos
montará/ Por encima pasará de aquel que quiera negarlo/ Bolívar lanzó una
estrella/ Que junto a Martí brilló/ Fidel la dignificó/ Para andar por estas
tierras”. Fue un proceso tan envolvente
para América Latina y el culto a la personalidad de Fidel Castro, que
prácticamente fue como un hechizo político-ideológico y nadie se detuvo a pensar en lo que ocurría internamente en la Isla y
mucho menos hacer crítica porque eso era estar a favor del Imperialismo Yanqui.
Decir que en Cuba estaban fusilando y llevando a la cárcel a
los disidentes, era una falaz mentira de aquellos que deseaban que regresara el
capitalismo. Veamos lo que escribe el escritor cubano Juan Abreu en su libro A la sombra del mar: “La década del setenta al ochenta fuen sin
duda la más oscura de estos casi cuarenta años de dictadura (…) todos han sido
malos, pero en esos diez años se sumó a la infamia de las falta de libertades
la humillación de sentirnos colonizados por una potencia extranjera. La idolatría
y la sumisión a los soviéticos llegó a tal extremo que los soldados cubanos,
durante las ceremonias militares, juraban fidelidad eterna no solo a nuestros
país sino también a La Madre Patria Soviética”. El mismo Pablo Milanés recuerda con amargura
como él mismo pasó por el “internado” de
la UMAP (Unidad Militar de Ayuda a la
Producción) en el año sesenta y
seis , con religiosos, homosexuales y todos aquellos que no cuadraban con los
“parámetros revolucionarios” Y afirmo posteriormente: Lamento que nunca nadie
en Cuba se halla disculpado con ellos por aquel episodio tan terrible, incluso
a veces pienso que no fue un hecho
aislado sino parte de un proceso estalinista a intelectuales, artistas y
músicos. El llamado Quinquenio gris, comenzó en 1965 y fueron varios
quinquenios” El País de España. 13. 03.2010.
En la década de los años setenta,
quienes militábamos en la izquierda nos emocionaba cuando llegaba al país algún
cantor de la Nueva Trova Cubana, yo pude ver en persona a Noel Nicola, Virulo,
Silvio Rodríguez ( el cual entreviste en los camerinos de un teatro valenciano
para un suplemento cultural aragüeño) y Pablo Milanés. Pensábamos que sus
canciones creaban conciencia para la revolución en los países nuestros. Nunca
pensábamos en los fines comerciales, que también les interesaba. Lo refiere el
mismo Pablito en una entrevista que le hace el periodista venezolano Víctor
Águila el año 1990 en una gira por
Venezuela: “…Obviamente soy un artista
comercial desde el momento en que mi música se vende en todos los mercados
–discos, cintas, televisión, videos, música impresa, grafica, publicitaria,
etc. Es decir mi labor profesional tiene un destino mercantil”. Más
adelante agrega “se puede entrar a esta
maquinaria, pero creo que hay muchas formas dignas; no necesariamente haciendo
concesiones estéticas e ideológicas”. Que lectura hago de estas declaraciones: Pablo es un artista comprometido con la Revolución Cubana, ello le
otorga privilegios y libertades que otros no tienen. Pablo es un símbolo de la revolución cubana y
de Fidel Castro. Y Pablito lo supo hasta el día de su muerte. Además que
significa dólares que entran al Estado Cubano. Doble interés. Como lo señala no
hizo concesiones políticas e ideológicas. Era un artista del castrismo cubano.
Particularmente me siento estafado,
aunque yo me baje de ese carro de la revolución hace más de veinte años y
además toda la realidad patética de empobrecimiento, asesinatos y presos
políticos, secuestro de las instituciones democráticas y el sometimiento
ideológico del socialismo del siglo XXI a que somos objetos por el
chavismo-madurismo en nuestra amada Venezuela. Pablo fue un hombre débil, como
dicen tibio, ni siquiera con la muerte de
Malecdicto (como llaman a Fidel), ni siquiera se pronunció sobre la
incidencia de la canción Patria y Vida
que echa por el suelo todas las loas de la trova cubana a la revolución.
Después de un mes, refugiado en Madrid, señaló en un comunicado lo siguiente:
“En el año 1992 tuve la convicción de que definitivamente el sistema cubano había
fracasado y lo denuncie. Ahora reitero
mis pronunciamiento, confío en el pueblo cubano para buscar el mejor sistema
posible de convivencia y prosperidad, con libertades plenas, sin represión y
sin hambre” 24 de julio de 2021. Sin
embargo calmada la situación con la violencia de los grupos de choque contra
manifestantes desarmados, atropellados, un muerto, decenas de jóvenes presos
sometidos a juicios, etc. Pablo Milanés solicitó este año (junio 2022) un concierto de despedida en La Habana, probablemente
con algunos acuerdos secretos con Díaz Canel, lo cual cumplió religiosamente. No dijo nada de la situación
cubana, de los presos por los acontecimientos del 11 de junio de 2021, ni del
movimiento Patria y Vida, y para completar detrás del escenario el símbolo de
la revolución cubana por excelencia: Un afiche gigantesco de Ernesto Guevara. Nunca fue verdaderamente un disidente. Al
final se despide con una canción inofensiva que dice: “Ámame como soy, tómame sin temor/
tócame con amor, que voy a perder la calma/ Bésame sin rencor, trátame con
dulzor/ Mírame por favor/ que quiero llegar a tu alma.
¿Qué protegía al final Pablo Milanés? ¿Por qué esa posición tan blanda? No creo
que sea por posiciones ideológicas porque el mismo habla de su fracaso como sistema.
Es posible que su exacerbado egotismo, que sabía disimular muy bien, le permitiera
quedar vigente con esa izquierda maniquea que sigue presente en América latina.
Es garantizar a su familia y a sus hijos los réditos y beneficios pecuniarios y
artísticos por tiempo indefinido. Es
posible que le tema caer en desgracia al decir la verdad sobre el sistema
totalitarista cubano. ¿Será que hasta su muerte creyó en el bloqueo y el porvenir antiimperialista con Los Estados
Unidos. Cuando se tiene la muerte cercana por una enfermedad terminal se piensa,
sobre todo en la posteridad, en su
legado creador de su canto, en su talento creativo. Escribe el escritor cubano
Rafael Rojas (1965) un libro titulado Tumbas
sin sosiego. Revolución, disidencia
y exilio del intelectual cubano, una expresión lapidaria que fue el signo
característico de esa revolución: “Todos fueron testigos de las siniestras acusaciones que el gobierno
formulaba en contra de quienes no lo aceptaban. Todos fueron arrastrados por la
polarización, todos escucharon la palabra traición adquiría connotaciones
catastróficas para sus víctimas.” Y Pablo,
que creció con esa revolución, lo tenía
claro, supo de la maldad y el terrorismo de estado al que se sometía, supo del
camino del exilio de muchos de sus compañeros por critica a Fidel y los pasos
de la revolución, no podía olvidar aquella sentencia del dictador: “Dentro de
la revolución todo, fuera de ella ningún derecho”. Por eso no le quedó otra que
abrazarse al mesianismo y al final pasar agachado con posiciones de sí pero no.
Cosa muy distinta del poeta Reinaldo Arenas, quien en un Comunicado
al mundo libre desde la propia Cuba,
denunció: “Mi delito consiste en haber
utilizado la palabra para expresar las cosas tal como son, para decir y no para
adular ni mentir. Mi delito consiste en pensar y expresar mi pensamiento, cosa
que no se permite aquí a ningún ciudadano… En Cuba se fusila en las cárceles y
en las costas. Y lo peor es que siendo tan sórdidos los aparatos de la censura
y de la persecución, el mundo nada puede saber de los crímenes espantosos que
aquí se cometen días tras días”. Noviembre
15 de 1974. Al final el escritor, dramaturgo y poeta Reinaldo Arenas murió exiliado en New York el 7 de diciembre
de 1990 dejando una importante obra publicada y póstuma. El castrismo lo
perseguía y el decidió escapar en aquel sonado caso de Los marielitos y los
miles de exiliados en 1992. De ese acontecimiento Pablo Milanés escribe una canción titulada “Yo me quedo” en respaldo a la revolución y a Malecdito. Pablo muere en Madrid, España y la
información de su representante señala que se había trasladado a vivir en
Madrid porque en la Isla no había la atención adecuada por carecer de esos
adelantos médicos y técnicos para tratar su enfermedad. Que diferencia entre
Reinaldo Arenas y Pablo Milanés. ¡Cosas
de la revolución mi hermano!
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